Felipe, Juancar, Pujol y la “señora tal”
Todo menos entrar en el fondo del asunto: los dineros de la presunta corrupción del rey emérito. Las excusas son variopintas. En las últimas horas, hemos pasado de oír que solo es una operación para tumbar a la monarquía, a que Pablo Casado nos diga que es para tapar “el escándalo mayúsculo de Pablo Iglesias y Dina Bousselham” o Felipe González ha asegurado que es “una campaña contra el régimen del 78”. Falta que alguien salga a decirnos que la culpa es de los tiburones de Fernando Simón.
Sorpresa en Las Gaunas, Felipe González se ha puesto a hablar de aquellos maravillosos años cuando le han preguntado por los movimientos de dinero en el extranjero de Juan Carlos de Borbón. González lamenta que “se dé credibilidad a una señora tal”. El problema, señor expresidente, no es que lo diga una persona equis, sino que estemos hablando de las declaraciones ante la justicia suiza, de la amante, de los presuntos testaferros del monarca, de los papeles publicados en la prensa nacional y extranjera, de comunicados de la Casa del Rey... Y usted mira hacia otro lado, por consiguiente.
Dada la gran rapidez de la justicia española, igual es normal que haya gente que quiera saber la verdad, cuando ve que nos van contando a cuentagotas, bastantes años después, los manejos en la jefatura del Estado, que nos cuesta un pico. No es incompatible pedir “presunción de inocencia”, como ha hecho González, con exigir al mismo tiempo explicaciones y transparencia. Uno lee las andanzas del emérito y se le quitan las ganas de decir únicamente, como ha hecho Felipe, que “hizo servicios fantásticos” o que deja un “legado histórico”. Que igual los hizo, pero ¿dónde está el dinero?
Felipe González, que es un tipo listo, comprenderá que haya gente que se mosquee si también recuerda ahora lo que González respondió al preguntarle por Jordi Pujol. Con todo lo que se había publicado ya, el expresidente socialista afirmó: “Nunca he creído” que Pujol sea un corrupto y “me cuesta creer” lo que se cuenta del caso. Por entonces, el expresident ya había reconocido que tuvo una fortuna escondida en Andorra. Esta semana, el juez ha pedido que los Pujol se sienten en el banquillo acusados de “organización criminal”. Nada, Felipe, poca cosa.
Llegados a este punto, señor González, es posible que Juancar y Jordi queden absueltos. Vete tú a saber si entre la inviolabilidad de uno, las prescripciones, que si habrá falta de pruebas o cualquier motivo equis, al final les sale a devolver y hasta tenemos que pedirles perdón. Estamos contigo a tope, Felipe. Ya lo dijo el emérito: “La justicia es igual para todos”. Pujol proclamó: “Si todo hubiera sido tan corrupto, yo no habría aguantado tantos años gobernando”. Di que sí. Y advirtió: “Si vas segando la rama de un árbol, pueden caer las otras ramas y todos los nidos”. Pío, pío, que “la señora tal” ha sido.
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