Podemos llamarle nuevo periodismo, periodismo lento, digital, comprometido, de investigación, con datos. Podemos seguir perdiendo el tiempo debatiendo si papel o internet. Podemos creer que cambiando el traje arreglaremos nuestros problemas. Podemos, sí, seguir pensando que las marcas, las cabeceras, están por encima del compromiso de servicio público del oficio. En definitiva, señores empresarios, directores, editores, redactores, incluso podemos seguir pensando, aún hoy sucede, que esto pasará y todo volverá a ser como antes.
La realidad sin embargo es incontestable. Mientras casi todos los grandes medios (y medianos) se van empequeñeciendo poco a poco, en periodistas, en influencia y en facturación, surgen otros que les roban la atención de la gente y ocupan sus espacios y, además, eso es una buena noticia, la mejor, para los lectores.
Escribo desde Medellín (Colombia), sumergido por tres días en los debates sobre el presente y el futuro del periodismo que se están dando con motivo de la entrega de los premios de la Fundación Gabriel García Márquez (FNPI). Hay aquí mucha gente que está haciendo cosas verdaderamente interesantes. Que están abriendo caminos y debates creativos sobre cómo mejorar el periodismo, desde perspectivas éticas y formales, pero también buscando nuevas fórmulas de financiación.
Y salvo alguna excepción, casi todos están en medios pequeños, experimentales, financiados por fundaciones o por sus propias audiencias, o son periodistas independientes que hicieron sus proyectos por pasión sin tener un destino cierto de publicación.
La innovación se le está atragantando a los medios más establecidos. Sus ejecutivos están muy preparados para despedir periodistas, pero no se dan cuenta de que hay que contratar nuevos talentos e invertir en estrategias de futuro. El pánico y su falta de criterio les tiene paralizados. Más pendientes de sus deudas, fusiones y la cotización en bolsa que de lo verdaderamente importante: qué periodismo quieren hacer, qué papel quieren desempeñar en el nuevo ecosistema, a qué comunidad se dirigen y cómo van a fomentar su relación, su conversación con ella.
Les dejo un enlace para que disfruten de los trabajos ganadores. En texto, Eduardo Suárez, de España, por su reportaje sobre el Exxon Valdez en El Mundo. En imagen, Manolo Sarmiento, de Ecuador, por su documental sobre la muerte de Jaime Roldós. En Cobertura, César Batiz y su equipo de Últimas Noticias de Venezuela, por su trabajo sobre los sucesos del 12F. Y en Innovación, Radio Ambulante (Perú, Colombia y EE UU).