Fue la frase más repetida en las primeras horas tras el brutal ataque de Hamás: “Israel tiene derecho a defenderse”. Pronunciada por todos los gobiernos occidentales, las autoridades europeas, Ursula von der Leyen, Borrell, la OTAN, el Papa, editoriales de medios, articulistas y tertulianos: Israel tiene derecho a defenderse. Sin más añadidos, pues se imponían la conmoción y la solidaridad. Bueno, algunos sí completaban la frase, como el presidente estadounidense, Joe Biden: “Israel tiene derecho a defenderse y nos aseguraremos de que tenga todo lo necesario para defenderse”. Lease armas. Y para que no fueran solo palabras, desplazó un portaaviones a la zona.
En los días siguientes, según Israel iba concretando en qué consistirá su “derecho a defenderse” (cortar todo suministro vital a Gaza, exigir la evacuación de la franja, bombardear masivamente y preparar la invasión terrestre), los mismos del primer párrafo mantuvieron la frase, pero añadiéndole alguna coletilla: Israel tiene derecho a defenderse pero respetando la legislación internacional, Israel tiene derecho a defenderse pero sin castigar a la población civil, Israel tiene derecho a defenderse pero con una respuesta proporcionada, Israel tiene derecho a defenderse pero sin causar una catástrofe humanitaria…
Todos, no: la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, viajó a Israel, se fotografió con Netanyahu y dejó claro que Israel tiene derecho a defenderse y punto, no hay peros que valgan. Y Estados Unidos subrayó la frase sin añadir coletilla, y no con palabras sino con hechos: enviando un segundo portaaviones y advirtiendo a otros agentes regionales para que no se metan en el conflicto.
Es previsible que en los próximos días la frase se enriquezca con nuevos añadidos, que se irán intensificando a medida que avance la represalia militar: Israel tiene derecho a defenderse pero sin masacrar a la población civil, Israel tiene derecho a defenderse pero sin matar periodistas y trabajadores humanitarios, Israel tiene derecho a defenderse pero sin reducir a escombros toda Gaza, Israel tiene derecho a defenderse pero sin cometer un genocidio…
No me hagan caso, pero si una frase necesita tantos peros, a lo mejor es que lo problemático y cuestionable es la frase en sí misma: el derecho de Israel a defenderse. Que no digo que se queden cruzados de brazos tras las matanzas contra su población civil de hace una semana. Pero como recordaba Olga Rodríguez, el “derecho a defenderse” lleva décadas convertido en coartada para continuar y legitimar la política israelí de ocupación y opresión contra los palestinos. No ha hecho otra cosa Israel en el último medio siglo que “defenderse”: ha invocado ese derecho en cada operación militar, en cada usurpación de nuevas tierras y recursos, en cada violación del derecho internacional. Y se ha sabido respaldada, por acción u omisión, por todos los del primer párrafo, que siempre le reconocen su derecho a defenderse aunque añadan coletillas tan escrupulosas como inanes.
¿Añaden también coletillas cuando reconocen el derecho de los palestinos a defenderse? No me acuerdo, voy a buscar las veces en que los del primer párrafo han reconocido el derecho de los palestinos a defenderse, luego les cuento.