La culpa fue de Twitter, esa válvula de escape que sobre todo utilizo los viernes por la noche cuando ya se me ha acabado el JB. Tenía el iPhone a mano, sobre la mesa, y la entrevista a Pablo Iglesias en la tele. Y sin whisky. Mala combinación.
Lo primero que me chocó fue el tono, porque las entrevistas en La Noche son habitualmente de un discurrir afable, como una conversación en torno a una mesa camilla con brasero. En esta ocasión sin embargo planeó desde el inicio un extraño tono incisivo que no tuvieron que padecer otros invitados. “Ya me gustaría estas preguntas a un ministro” fue mi primer tuit. Ahí empezó mi calvario.
El resto ya lo saben. La cosa fue in crescendo hasta que llegó la pregunta de marras, si es que una felicitación se puede considerar una pregunta. Yo creí que Sergio Martín le iba a interrogar por la reciente excarcelación de Santi Potros. Pero no. Lo que hizo fue darle la ¡enhorabuena!. Fue cuando puse mi segundo tuit: Indignado. Ahí cavé mi tumba.
Sí, posiblemente debí abstenerme de hacer ese comentario tras haber dirigido ese programa en el pasado, pero no pude evitarlo. Trataré de controlarme para el futuro. En todo caso, en mi descargo puedo decir que solo han sido un par de tuits –no una carta al director– y que he aguantado más tiempo que Pedro J. con Casimiro. Por cierto, Sergio no fue mi sucesor en La Noche, como de forma errónea e interasada han publicado, sino Ana Ibáñez, excelente profesional y compañera, una apuesta segura de la casa y a la que felicité también públicamente cuando le dieron mi cargo. Supongo que eso no jugaría en su contra, aunque al final lo cierto es que la acabarían cesando como conductora de ese espacio. Ahora presenta magistralmente el Matinal.
La primera vez que leí el nombre de Santi Potros fue a mediados de los ochenta. Perich, en su inolvidable 'Noticias del Quinto Canal' de la revista Interviú, dibujó una viñeta en la que se leía: “La peste equina permite la captura de Santi Potros”. Me pareció una ocurrencia muy acertada definir a semejante personaje como un ganado apestado. Lo curioso fue que años después detuvieron a Josu Ternera en plena crisis de las vacas locas y empecé a pensar entonces que no era posible tanta casualidad y que a todo ese ganado equino y bovino lo mejor era sacarlo de la circulación para evitar contagios. Una simple pregunta en vez de una irónica felicitación hubiera sido sin duda más clarificadora y también mucho más comprometida para Pablo Iglesias. Así lo expresé en Twitter y se desencadenó la tormenta digital en forma de 'elogios': “Soviet, bolivariano, etarra, independentista, masón, comunista, gallego,...”
Tengo que reconocer que no es la primera vez que me pasa. Cuando me destituyeron, mi amigo y paisano Manuel Jabois me dedicó una carta elogiosa en su blog y enseguida se llenó de comentarios de todo tipo. Entre los mimos y las muestras de apoyo también se deslizaron otros no precisamente cariñosos. Según algunos de esos mensajes lo que más he sido en mi vida es sectario, y en concreto sectario recalcitrante, mientras que Ana Pastor solo era sectaria sibilina, que al parecer en esto del sectarismo hay grados, como en el ejército. También he sido sectario de tomo y lomo, criptosectario y sectario abrasivo, que debe ser ya el no va más del sectarismo. El mejor era el último mensaje: “Ese señor Forbes es un sectario sin igual”, que ya firmaba yo ser sectario recalcitrante, sibilino y abrasivo en la misma noche con tal de llamarme Forbes o estar en su lista.
La novedad en esta ocasión fueron los comentarios en diarios digitales, alguno dirigido curiosamente por un estrecho colaborador del director de La Noche. Uno de los insultos más repetidos que me dirigió fue el de “Rojo”, lo que no deja de tener su gracia teniendo en cuenta el apellido del susodicho director. También soy, al parecer, el candidato de la próxima televisión bolivariana, presidente del soviet de Pontevedra y un baboso que voy por la redacción saltando y gritando “soy el más rojo”, cuando todo el mundo sabe que en realidad soy granate, el color de la bufanda que llevo anudada al cuello cuando juega Pontevedra en Pasarón.
Es curioso esto de las etiquetas. Cuando era director de La Noche para unos era de Intereconomía, para otros tenía la mirada progresista, o era independentista, o españolista, bipartidista, mediopensionista... Posteriormente, al entrar a formar parte del Consejo de Informativos –órgano creado por la ley de 2006 para garantizar la independencia de los profesionales de TVE y elegido por éstos– la actual dirección nos definió como el 'Comando Rubalcaba'. Ahora resulta que al parecer somos también de Podemos. ¿Pero en qué quedamos? En fin, que estoy hecho un lío.
Hay otras afirmaciones que igualmente producen hilaridad, como que mi nombramiento se debió a un empeño del ministro José Blanco. En la tele, la gente de mi entorno sabe que en todo caso fue más bien al contrario. Y los comentarios de la actual dirección sobre mi escasa disposición al trabajo y mi nula aptitud ya ni los catalogo. Ellos mismos se retratan.
Lo último ha salido hace un par de días. Alguien, imagino que tiene acceso a esa información interna desde un alto cargo, le ha pasado a uno de estos diarios digitales el importe de mi plus cuando dirigía y presentaba La Noche en 24 Horas, aunque convenientemente inflado. No debo quejarme, hay peores tipos de guerra sucia. Se le olvidó en todo caso comentar un pequeño detalle. En esa cantidad iban incluidos también los gastos de la vivienda y el transporte semanal, como es habitual en estos casos, porque mi mujer y mis tres hijos, a los que visitaba cada fin de semana, quedaron en Galicia. Yo en realidad quería hacer el programa al modo Errejón, es decir, desde Pontevedra y no desde Madrid, pero no me dejaron. Así que, puesto todo en la balanza, en realidad mis ingresos netos eran inferiores a los de mi anterior responsabilidad como director del Centro Territorial de Galicia. Y ya no les cuento que encima el casero se me quedó con la fianza.
Yo creo que al final todo esto que me está pasando viene a cuento de las críticas que desde el Consejo de Informativos hacemos a la actual deriva de TVE. Hace unos días una información desvelaba una hoja de ruta para el asalto a la televisión pública que incluía la anulación del Consejo, su desprestigio. Si recuerdan, cuando presentamos las firmas de 1.500 compañeros denunciando manipulación y censura, el periódico La Razón publicó una información a cuatro columnas arreándole estopa a nuestro presidente, Alejandro Caballero. Ahora me ha tocado el turno a mí. En fin, pueden ir atando cabos.
Se lo resumo a modo de conclusión: el nuevo modelo de nuestros informativos incluye un director de La Razón, un subdirector de Telemadrid, una subdirectora ex asesora de un consejero del PP, una responsable del área de economía cesada en su día por elaborar listas negras, un jefe de prensa del PP como director de TVE Cataluña, una purga cada viernes por la noche... Casi mejor 'juzguen ustedes'.