Los políticos son dueños de sus palabras y sus silencios. Todos los días vemos ejemplos de los que creen que pueden ignorar la segunda parte. En ocasiones, hay políticos que cometen el error opuesto: ante el fuego del enemigo, se encierran en la fortaleza y esperan que el tiempo solucione todos sus problemas. Si la cosa empeora, denuncian una conspiración. En España, no tardan mucho en alegar que hay una causa general contra él y su partido. Juan Carlos Monedero es el último ejemplo.
El origen de la polémica está en los 425.000 euros ingresados de golpe en pago por consultorías realizadas dos años antes en Latinoamérica en una empresa sin empleados y sin actividad y creada después del trabajo efectuado. Algunas de las dudas sobre el cumplimiento de las obligaciones fiscales de la empresa, como el pago del IVA, no tenían sentido, pero existía la duda de cómo había solventado Monedero, como particular, sus pagos personales a Hacienda tras un ingreso de tal calibre. ¿Cuánto dinero había pasado de la empresa a su cuenta personal y cómo lo había declarado a Hacienda?
El dirigente de Podemos afirmó que había cumplido como cualquier ciudadano, pero después nos enteramos de que había hecho una declaración complementaria a Hacienda y realizado un pago de 204.000 euros (176.000 por el IRPF no abonado más un 15% por el retraso). Nadie regala dinero al Estado si no debe hacerlo. Eso no es ser solidario. Es ser idiota. Pero la versión oficial de Podemos es que “Juan Carlos Monedero optó por elegir la opción que fuera más favorable para la Hacienda pública” con esa declaración complementaria.
¿Fue una especie de donación? ¿Había existido un error antes? Es difícil saberlo tras leer el comunicado. El texto insistía en que no había ningún fraude. Un error no es sinónimo de fraude ni descalifica por completo a la persona que lo haya cometido, en especial si esa persona se ha apresurado a corregirlo. Pero la palabra 'error' no aparece en ningún momento en el comunicado, con lo que debemos deducir que Monedero no admite que haya existido. Eso es algo que como mínimo tiene que sorprender a cualquier contribuyente.
El dinero ingresado por Monedero procedía de varios Gobiernos latinoamericanos interesados en su asesoramiento sobre un proyecto de moneda común. Eso ha dado lugar a unas cuantas fabulaciones en la prensa de derechas sobre una supuesta financiación de Podemos obtenida de esas fuentes (básicamente, la malvada Venezuela). Si fuera así, habría que decir que todo ese dinero de Monedero le luce muy poco a Podemos.
En las elecciones de 2011, el PP se gastó 13,8 millones (ejem, esa es la versión oficial). El PSOE, 12,7. Queda claro en qué cifras nos movemos si queremos valorar la importancia de ciertas aportaciones de dinero.
Monedero sostiene que todo ese dinero recibido de Latinoamérica lo ha utilizado para financiar 'La Tuerka'. Ese programa de televisión en internet fue decisivo para que las personas que tiempo después lanzaron un nuevo partido continuaran haciendo política en los medios de comunicación sin depender de intervenciones esporádicas en televisiones privadas.
¿Fue dinero de Monedero o dinero de esos Gobiernos latinoamericanos –por ejemplo, el venezolano– que estaban interesados en que hubiera un medio de comunicación que no se dedicara, como los principales periódicos, a pintar de tonos satánicos al Gobierno de Chávez?
Esas preguntas y otras son legítimas mientras Monedero no presente los documentos que él dijo que podía ofrecer para justificar sus trabajos en Latinoamérica. Hay algo de extraño en eso de que un Gobierno encargue un informe sobre un asunto de gran importancia y no lo pague hasta dos años más tarde. A partir de ahí, cada uno puede montarse su propia película, pero lo que es indudable es que la gente tiene derecho a saber lo que ha ocurrido con esos trabajos y esos pagos. Cualquier respuesta que se base en denunciar una conspiración nos coloca otra vez en la estrategia con la que el PP ha respondido a las denuncias sobre su financiación ilegal.
Monedero dio de inmediato una entrevista a Público.es, en la que el entrevistador no tenía mucho interés en poner en aprietos al entrevistado, y tuvo dos intervenciones en programas de La Sexta y Cuatro. En todos esos casos, fue antes de que presentara la declaración complementaria. También participó en un mitin de Podemos en Leganés, justo después de arreglar sus cuentas con Hacienda, básicamente para insistir en que todo se trata de una conspiración y para retar a Montoro (con el que ya estaba en regla desde unas horas antes por mucho que el ministro de Hacienda continúe con su estilo de matón callejero que reclama que le paguen lo que le deben por la venta de sustancias que atentan contra la salud pública).
Un mitin no es la forma en que se responden a las preguntas que los medios de comunicación pueden hacer sobre una conducta que ha generado dudas razonables. A fin de cuentas, es lo que hizo Rajoy en su famosa sesión de plasma.
Monedero ha desaparecido de las ruedas de prensa de Podemos para que no le pregunten sobre el tema. Tampoco se le ve en las tertulias televisivas en las que aparecía con frecuencia. Los lunes Podemos celebra su rueda de prensa semanal. Si no está presente Monedero este lunes, será otra oportunidad perdida para aclarar un asunto que debería estar nítido desde hace algún tiempo. Contra toda evidencia, los dirigentes del partido, el último Sergio Pascual este viernes, afirman que Monedero ha dado todas las explicaciones que había que dar.
Transparencia y rendición de cuentas son dos conceptos que Podemos ha manejado con frecuencia para diferenciarse de los partidos del sistema. No se puede decir que haya ocurrido eso en el caso de Monedero.