Supongo que los seres humanos tenemos una capacidad limitada para asimilar momentos Kodak o para hablar en coÌdigos de tarjeta Hallmark. No seÌ a ustedes, pero a miÌ se me agotan desde la primera posada familiar. Abrazarnos y confesar el amor que nos profesamos unos a otros a golpe de calendario, me hace sentirme marioneta de alguÌn titiritero de escasa imaginacioÌn y torpes dedos.
QuizaÌ por eso desde hace algunos anÌos he comenzado a recordar las fiestas navidenÌas mucho maÌs por las lecturas que me depararon las vacaciones que por las aneÌcdotas mil veces contadas del brindis fallido del tiÌo borrachiÌn, los regalos ridiÌculos del intercambio o las lágrimas lastimeras de la abuela.
AsiÌ que desde hace algunas semanas tomeÌ algunas precauciones para cruzar este periÌodo de nieves falsas y renos imposibles. Me he blindado con diez tiÌtulos sabrosos y la companÌiÌa de una mujer descreiÌda, a cuyo lado El Grinch seriÌa miembro de un coro de villancicos. No comentareÌ los tiÌtulos de estos textos porque apenas he comenzado a leerlos. Pero si puedo hacer algunas sugerencias para que usted integre su propia lista.
La ridiÌcula idea de no volver a verte, de Rosa Montero (Planeta) me parece un “debe de”. Es una biografiÌa novelada de Madame Curie que Montero charla, maÌs que escribe, como si estuviera instalada en nuestra sobremesa. El feminismo, el amor, la pasioÌn creativa y el sentido de la peÌrdida repentina son los temas de esta que, a ratos, es tambieÌn una autobiografiÌa de la autora. Al final sabremos mucho de una de las figuras maÌs relevantes del siglo pasado, pero eso seraÌ lo menos importante de lo que habremos aprendido.
LeiÌ a Sofi Oksanen casi por casualidad. Una finlandesa de cabellos vaporosos dispuestos en mechones rojos y azules y un rostro a la Amy Winehouse a la que observeÌ mientras era entrevistada por reporteros en actitud reverencial en la terraza de un hotel de Madrid. Luego entendiÌ por queÌ: a sus 36 anÌos tiene, al menos en espanÌol, dos novelas portentosas: Purga y Cuando las palomas cayeron del cielo (ambas en Salamandra). Esta hija de una mujer emigrada de Estonia ha producido lo mejor que he leiÌdo sobre la vida en la periferia de las repuÌblicas sovieÌticas. Textos impecables e implacables que no le piden nada a la peliÌcula La Vida de los Otros.
El Complot Mongol tambieÌn fue resultado del azar, como todas las buenas cosas. Juan Carlos Galindo, quien dirige un blog sobre novela negra en El PaiÌs, me preguntoÌ queÌ opinaba de esta obra y en queÌ medida habiÌa influenciado a los autores de novela policiaca en MeÌxico. En ese momento no me atreviÌ a confesarle no tener idea de queÌ me hablaba. Pero al diÌa siguiente comenceÌ a leerla y coincidiÌ con Galindo: fascinante, deslumbrante. Fue escrita por el diplomaÌtico mexicano Rafael Bernal en 1969 y ha sido recientemente reeditada por JoaquiÌn Mortiz (Planeta). Una verdadera obra maestra que, luego he sabido, se ha convertido en motivo de culto. El pretexto es un sicario de la policiÌa mexicana que se ve envuelto en un complot entre rusos, yanquis, cubanos y coreanos para eliminar al presidente de Estados Unidos. Un texto duro, a ratos tragicoÌmico, muy bien escrito y que no desmerece frene a la prosa de Dashiel Hammett o Raymond Chandler. No exagero.
Y si ya estaÌn por el geÌnero tragicoÌmico, toda eÌpoca es adecuada para leer a Jorge IbarguÌengoitia. Como los buenos espaguetis, se le puede entrar desde cualquier punto, a cualquier texto. La ironiÌa inteligente que no pierde intensidad, un Tom Sharpe, pero con maÌs muÌsculo, para decirlo raÌpido.
Para los espiÌritus menos osados siempre es uÌtil recurrir a una lectura garantizada. Arturo PeÌrez-Reverte y Stephen King, no habraÌn de defraudarlo. El espanÌol acaba de publicar El Francotirador Paciente (Alfaguara), bien escrita y mejor investigada sobre el mundo de los grafiteros. Y King, un autor que a mi juicio siempre ha sido subestimado por la criÌtica, ofrece una visioÌn ingeniosa y fascinante del asesinato de Kennedy. 11/22/63 (ese es el tiÌtulo, Plaza&JaneÌs), lo pondraÌ justoÌ al lado de Lee Harvey Oswald por la viÌa de un hombre que decide matar al asesino de Kennedy para impedir el atentado en contra del presidente.
Y desde luego, no me quedariÌa tranquilo si no le sugiero leer Los Corruptores (Planeta), de quien esto escribe. Un thriller que desnuda al poder poliÌtico y al mundo del periodismo en MeÌxico con una trama que resulta adictiva y apasionante. Por lo menos eso es lo que ha dicho la criÌtica en EspanÌa y Argentina. Usted me diraÌ, al regreso de vacaciones.