La muerte de un destacado líder de la disidencia cubana, Oswaldo Payá, y del también opositor Harold Cepero ha abierto la caja de los truenos. La versión oficial cubana es que el vehículo en el que viajaban ambos fallecidos se salió de la carretera, se precipitó por una pendiente y chocó de frente contra un árbol. Pero, a la espera de que se aclaren las circunstancias concretas de lo ocurrido, muchos han dudado de forma más o menos velada de que no haya una 'mano negra' tras lo acontecido. ¿Cuáles son los hechos hasta ahora y quiénes son las voces que han sembrado de dudas la investigación?
El régimen castrista ha perseguido y persigue a la disidencia cubana desde hace décadas. Lo hace impidiendo sus salidas del país, como es el caso de la conocida bloguera Yoani Sánchez, con detenciones recurrentes, como es el caso de Guillermo Fariñas, cuando no con encarcelamientos. Si ante cualquier hecho sin esclarecer caben sospechas lógicas, más lógico parece dudar de la versión ofrecida por una dictadura que no se ha caracterizado por la transparencia o la tolerancia ante los disidentes. Pero ¿es más fiable la versión de la disidencia? more
El diario El Mundo publicaba la mañana del martes en su portada una información sobre lo ocurrido contando que Ángel Carromero, ciudadano español, miembro de Nuevas Generaciones del Partido Popular y a la postre conductor del coche accidentado, había declarado a la Policía cubana que no vio una señal de tráfico, perdió el control del coche y cayó por un terraplén.
En la versión digital del mismo diario la información ofrecida cambiaba el tono. Hablaba de la “detención” de Carromero y el otro pasajero, el cuarto, el sueco Jens Aron Modig. Saquemos la historia de Cuba y llevémosla a España. ¿Acaso la Guardia Civil de Tráfico no detendría al conductor de un vehículo accidentado con dos víctimas mortales para intentar esclarecer lo ocurrido? ¿Es noticia, pues, que se detenga a alguien en dichas circunstancias?
Desde el primer momento en el que se conoce la noticia empiezan a aparecer las dudas sobre la versión oficial dada por Cuba. Desde el diario El País, que publica un texto de la disidente cubana Yoani Sánchez en el que habla del accidente “aún sin aclarar”, hasta La Razón, que se preguntaba qué hay detrás de la muerte de Payá. El hermano del fallecido apuntaba que ya había sufrido un accidente similar tiempo atrás, Inocencio Arias firmaba una columna sobre lo ocurrido y las webs más conservadoras hablan directamente de sospechas “más que justificadas”, de embestidas entrecomilladas que luego no aparecen en el texto o de la muerte “de un hombre de corazón grande”. El entorno del fallecido apuntaba a que unos testigos habían asegurado que un coche golpeó al de Payá y fue el causante del accidente.
Así, comenzaron a aflorar las declaraciones: desde las palabras de Cayo Lara que tuvo que rectificar, a las declaraciones del candidato republicano Mitt Romney, hasta las de nombres como el diputado Toni Cantó, el periodista Hermann Tertsch o la propia disidente Yoani Sánchez, que aseguraba que testigos presenciales hablaban de un coche que había embestido al vehículo en el que viajaba Payá:
En la disidencia las acusaciones han sido mucho más directas, según recoge un portal de noticias con sede en Miami, donde viven exiliados gran parte de los disidentes cubanos;
Rosa María Payá (hija del opositor)
Ángel Moya Acosta
Luis Enrique Ferrer García
Durante la noche del lunes al martes el Partido Popular, un férreo defensor de la disidencia cubana, exigió el esclarecimiento de los hechos. Horas después en Exteriores reconocieron que el régimen cubano se había volcado en la investigación de lo sucedido y destacaron “la colaboración” de las autoridades de La Habana. En la nota de las agencias sí se deja claro que el interrogatorio a Carromero es “el protocolo establecido en estos casos”.
Aprovechando el funeral de Payá, la Policía cubana ha detenido a un buen número de disidentes que se habían reunido para despedirle, entre ellos Guillermo Fariñas. La investigación sigue adelante mientras los opositores al régimen y representantes conservadores de todo el mundo siguen sugiriendo que tras el accidente está el Gobierno cubano.