Esto es una guerra y, ustedes, el enemigo

El Gobierno se ha posicionado en este incómodo asunto de la Huelga Feminista del 8M. Dicen que “es elitista, insolidaria y promueve el choque entre hombres y mujeres”.

Si quitamos la parte en la que piensan que de verdad vamos a dejar de llamarlos elitistas para llamárnoslo a nosotras mismas, cosa que está muy lejos de suceder, nos quedamos con que en el PP ni siquiera han leído por encima de qué va esta huelga.

Dicen que a la huelga sólo pueden ir aquellas mujeres que tengan trabajo, no pudiendo todas a las que han dejado en paro durante su legislatura. Esto es mentira. Es verdad que con sus políticas y reformas han dejado en la calle, y por bien poco dinero, a miles y miles de personas, pero esta huelga no sólo pide que paren las mujeres con trabajos remunerados, sino que paremos todas nosotras de todos los trabajos que hacemos. Para que los señores del PP me entiendan, dejo este tuit con ilustración de Forges, que se nos ha ido antes de tiempo, lamentablemente.

Los motivos de la huelga, y este punto anterior, ya se han explicado por activa y por pasiva, incluso este medio ha hecho un vídeo explicativo y bien cortito, para perezosos.

Pero el Gobierno no tiene pereza, de lo que sufre es de una misoginia y una prepotencia tan bestial que les impiden siquiera informarse de las fuentes, lo que da como resultado esas nueve páginas donde mienten y desinforman a la ciudadanía sobre la Huelga del 8M. Es el famoso “Miente, miente, que algo quedará” de siempre.

También alegan que la huelga enfrenta a mujeres y hombres. Pasan así del “no nos metamos en eso” de Rajoy, al “metámonos en esto, que estas tipas quieren una guerra”. Denuncian que lo que el feminismo pretende con esta huelga es un enfrentamiento entre hombres y mujeres. Que protestemos porque sean los hombres quienes cobren más, quienes tengan más acceso que las mujeres a miles de ámbitos, que sean ellos quienes perpetren la violencia machista, las violaciones y el acoso sexual es querer pelea, según este Gobierno. Pelear contra los abusos, contra las mil formas de violencia y a favor de nuestra liberación no les gusta a quienes precisamente tienen que trabajar para que la discriminación de las mujeres no exista.

No es que ellos desconozcan cuáles son sus funciones, es que no les da la gana. Lo saben tan bien, que esto es lo que prometían en su programa electoral:

Es sonrojante que un partido político sea capaz de contar tal cantidad de mentiras y que no pase nada, sí, pero no sólo eso, sino que además de no cumplir con sus cometidos y sus promesas para preservar lo que dice la Constitución que parecen llevar tatuada, resulta que se posicionan en contra de las mujeres que queremos gritar en la calle lo mismo que ellos decían querer.

Y que, para colmo, una ministra nos diga que trabajemos el doble para demostrar de lo que somos capaces las mujeres es directamente insultante. YA trabajamos el doble, señora, ¿conoce usted mínimamente a la mujeres del país en el que vive y gobierna? Está claro que no, que nada en absoluto, ya que aseguran también que las reclamaciones de la huelga no representan a las “mujeres reales con problemas cotidianos”. No puedo dejar de recordar a Ana Mato y su momento favorito del día, cuando miraba “cómo visten a mis hijos”. Que esta gente hable de elitismo, como desmarcándose de él, y aseguren saber cuál es la mujer real y sus problemas cotidianos, creo que se comenta solo. 

Señores populares, somos mujeres de más de 150 países, olvídense de intentar disuadirnos o manipularnos. Históricamente nos hemos pasado por el forro las voces y las leyes autoritarias e injustas, y, gracias a eso, hoy podemos hacer y decir lo que a ustedes no les gusta que hagamos o digamos. 

Este 8 de marzo vamos a parar, vamos a abandonar el trabajo, los cuidados, la casa, las escuelas, las universidades, y vamos salir a la calle. Juntas. Vamos a inundarlo todo, vamos a recorrer nuestras ciudades, nuestras calles, a cantar y a bailar, a reír y a gritar. Apártense de nuestro camino, que por mucho que intenten hacernos creer que ustedes no tienen que “meterse en esto”, nosotras somos conscientes de que “esto” es una guerra y, ustedes, el enemigo.