La generación de expectativas es, en general, contraproducente. Si uno, póngase por caso, cita a sus amigos con la excusa de tener algo terriblemente trascendente que comunicarles y luego se limita a decirles que se va el fin de semana a Baqueira Beret, las reacciones serán, casi seguro, de frustración.
Lo mismo pasa cuando uno quiere destruir la imagen de un partido o de un político. Conviene no anunciar el chascarrillo a los cuatro vientos con palabras altisonantes como EXCLUSIVA (nótese el uso deliberadamente escandaloso de las mayúsculas). Es lo que están haciendo varios medios en su afán por destruir a Podemos antes de que al ingenioso Pedro Sánchez le dé por firmar alguna locura. Lo hizo Antena 3 y, por un momento, pareció que, esta vez sí, los podemitas acababan todos en la trena. Falsa alarma.
Lo que reveló la EXCLUSIVA es que varios miembros de la formación morada viajaron a bordo de un aeroplano bolivariano. Lo hicieron en compañía de las pérfidas gentes de la CUP, con los que asistieron a un sarao sobre ETA. A medida que avanzaba el reportaje, esperaba uno la Gran Revelación, ese inesperado giro en que los de Podemos sacaran las metralletas y empezaran a disparar al aire al grito de “¡Gora ETA y arriba la Yihad!” Tal cosa no tuvo lugar, como probablemente sepas, lo cual dejó al espectador con un lógico desconcierto.
Algo parecido ocurrió cuando un medio digital anunció a bombo y platillo pruebas concluyentes de que a Pablo Iglesias le paga el régimen iraní para hacer de España la zona norte del supercalifato. La investigación, trazada con el rigor propio de un horóscopo, concluía que el programa de Iglesias en HispanTV era, a lo mejor, un poco demasiado caro para el poco decorado que tenía. No parece que tal revelación sea susceptible de un juicio en La Haya, pero dicho quedó y el medio, se supone, algún clic extra sacaría.
Una cosa está clara: en estos momentos hay más de una persona, y probablemente más de dos, dedicadas en cuerpo y alma a destruir a Podemos. Cuentan con la complicidad de varios medios de comunicación, lo cual es una ventaja. Pero también tienen una desventaja, y no es pequeña: carecen por completo de imaginación. Porque, puestos a hacer daño, lo suyo sería renunciar explícitamente a la verdad y a los reparos, abrazar la fantasía, y abrir el informativo con un titular claro y explícito: “Pablo Iglesias se comió a un niño en 1997”.
Aunque, tal y como está el país, a lo mejor hasta ganaba votos.