La portada de mañana
Acceder
Feijóo confía en que los jueces tumben a Sánchez tras asumir "los números"
Una visión errónea de la situación económica lleva a un freno del consumo
OPINIÓN | La jeta y chulería de Ábalos la paga la izquierda, por Antonio Maestre

PP, PSOE y UPyD, a favor del linchamiento de Vulcano

Tengan cuidado: cuando ustedes matriculen a un hijo, a una hija suya en una universidad (hoy en día, con enorme esfuerzo, probablemente), puede caer en manos de un profesor que defienda el linchamiento hasta la muerte de un animal por pura diversión, un profesor que considere que esa violencia extrema contra un ser inocente supone un bien etnográfico y antropológico. Tengan cuidado porque ese profesor puede serlo de Ética Periodística y ustedes creerán que, siendo así, estará transmitiendo a sus hijos los mejores valores de nuestra sociedad, cuando lo cierto es que aprovechará el poder de su estatus y la engañosa denominación de su materia para transferir a sus hijos ideas como que perseguir a un toro que huye despavorido, que es acosado por hombres a caballo y acuchillado con lanzas hasta caer de rodillas en el polvo (donde ha llegado a ser rematado clavándole reiteradamente un destornillador en la nuca), “saca lo mejor del ser humano”.

Que hacer todo lo descrito saca lo mejor del ser humano lo ha soltado, literalmente, un profesor de Ética Periodística cuyo nombre preferiría no escribir para no darle el más mínimo espacio de atención, pero que escribo porque deben ponerse los nombres y los apellidos de quienes son un peligro para nuestra sociedad, y por si ustedes van a matricular a sus hijos en la Universidad Europea Miguel de Cervantes, en Valladolid, donde se pueden encontrar con ese profesor. Se llama Miguel Ángel Quintana y es el portavoz de un “Manifiesto a favor del Toro de la Vega” presentado en Tordesillas, localidad internacionalmente despreciada por la celebración de ese “torneo” consistente en el linchamiento y asesinato público de un animal. Como a los toros que serán asesinados con tal ensañamiento en Tordesillas también se les pone nombres, por su desgraciado destino hemos conocido, año tras año, los nombres de Valentón, Moscatel, Platanito, Volante. Al que será torturado mañana lo han llamado Vulcano, y queremos que su nombre se recuerde también.

Vulcano no sabe del dolor y del pánico que va a sufrir mañana. No sabe que mañana una horda de otros animales, los humanos, en quienes hoy quizá confía todavía, se va a divertir a costa de su sufrimiento y de su muerte. Aún no sabe que es la víctima elegida para un terrible e injustificable crimen. Vulcano tampoco sabe, claro, quién es Miguel Ángel Quintana. Y, como acaso aún confíe en los animales humanos que conoce, no podría sospechar que el tal Quintana defiende la inmerecida condena que ya pesa sobre su hermoso cuerpo. El tal Quintana, profesor de Ética Periodística. El tal Quintana, cuya responsabilidad universitaria es la transmisión a sus alumnos de las normas morales que han de regir su conducta humana y profesional. El tal Quintana, formando a futuros periodistas.

El tal Quintana es miembro del Consejo Político Nacional de UPyD y en 2011 fue el candidato nº 1 de UPyD a las Cortes de Castilla y León por Salamanca. Son datos muy interesantes para quienes rechazan la barbarie del Toro de la Vega y para quienes buscan una alternativa política al bipartidismo del PP y del PSOE, formaciones que, entre otras ignominias, protegen, desde la Junta de Castilla y León (el PP) y desde la alcaldía de Tordesillas (el PSOE), tal vergüenza nacional y moral. Quizás algunas personas hayan pensado en UPyD como esa alternativa política. Que sepan que Miguel Ángel Quintana forma parte del núcleo duro de ese partido y considera que el Toro de la Vega “saca lo mejor del ser humano”. Que sepan que su ética no contempla la compasión por el dolor ajeno y fomenta la violencia. Y que voten en consecuencia.

Que voten sabiendo que UPyD es un partido integrado por personas como el tal Quintana, que fue Responsable de Estudios, Programa y Comunicación de Castilla y León por UPyD. Vaya usted a saber si no asesoró también a Toni Cantó para su sonrojante discurso sobre derechos animales en el Congreso de los Diputados, cuando se admitió a debate la ILP que pretende considerar la tauromaquia Bien de Interés Cultural a nivel nacional. A tenor de las declaraciones del tal Quintana sobre el Toro de la Vega y de la ridícula actuación en el hemiciclo del tal Cantó, no extrañaría que sí, que lo hubieran preparado mano a mano (aunque Cantó citó entonces a Fernando Savater, que viste más un discurso, y no mencionó a Miguel Ángel Quintana, cuyo discurso es una nulidad). Que los votantes sepan que esa es la ética de UPyD, que ese es el nivel.

El pasado sábado, una manifestación multitudinaria, convocada por el Partido Animalista (PACMA), recorrió las calles de Madrid y mostró antes las sedes del PP y del PSOE el masivo rechazo de los ciudadanos del siglo XXI hacia crueles prácticas medievales como es la del Toro de la Vega. Miles de personas dieron su voz a Vulcano, indefenso, porque no tiene voz, ante su arbitraria sentencia. En una sociedad en la que los humanos sufren los continuos abusos de los responsables políticos, cada vez son menos los que aceptan callarse y aceptar lo inaceptable. De lo que están haciendo los políticos del PP y del PSOE en todos los aspectos de interés público depende su futuro político. Y el futuro político de UPyD depende también de lo que están haciendo sus políticos y sus consejeros. Que se sepa que todos ellos, PP, PSOE y UPyD, están a favor del linchamiento de Vulcano. Que se sepa que todos ellos coinciden con el tal Quintana en que el Toro de la Vega “saca lo mejor del ser humano”. Que se sepa que los responsables de las principales formaciones políticas de nuestro país consideran que lo mejor que llevamos dentro es la crueldad, el acoso, el ensañamiento, la humillación, el gusto por infligir dolor y muerte a otro. Que lo mejor que llevamos dentro los animales humanos es maltratar por diversión a un animal no humano. Creen eso. Y por eso nos tratan en consecuencia.