Hace muchos, muchos años, cuando yo estaba en el Partido Popular, incluso con cargo de diputado, escribía en toda la prensa, particularmente la progresista y liberal (ya no existen) demandando regeneración, apertura de los partidos políticos y denunciaba la corrupción como mal que aquejaba al sistema. De esto, repito, hace ya muchos años y hay abundantes testimonios públicos. Evidentemente, mi destino era salir de aquella organización de la que, además de ello, consideraba que había abandonado el centrismo para actuar verdaderamente como un partido muy a la derecha. Pero lo que más me alejó fue ver las nada edificantes actitudes de no pocos dirigentes donde la verdad y la ética eran muy extrañas.
Ya entonces, hace muchos años, repito, postulaba públicamente la necesidad de una regeneración profunda y mi creencia de que ello era posible. Advertía que la gente no tenía que resignarse a elegir sólo entre dos partidos y que habría un momento en que nuevos movimientos políticos harían cambiar el rumbo de ese oligopolio cerrado que era el PP-PSOE.
En ese contexto, aplaudía que algunos, entonces con poco apoyo, pudiesen ser emergentes. Particularmente, Ciutadans. Cierto es que en su origen casi toda su actuación era oponerse al nacionalismo catalán excluyente y si bien a mi parecer incurría en excesos, me resultaba atractiva su valentía y su nadar contra corriente. Eran diferentes y refrescante respecto el statu quo catalán carcomido por una clase política decadente.
Hace cuatro años, con la explosión heterogénea de sentimientos de indignación, esto fue expresado y canalizado exclusivamente por los sectores más jóvenes y con más compromiso social y democrático pero Ciutadans (que no estuvo en ningún grupo de indignados) decidieron bastante tiempo después, aprovechar ese clima y aunque hace apenas un año su resultado en las elecciones europeas fue modesto (no tenían el inmenso apoyo mediático y empresarial actual), ahora son una fuerza muy emergente. ¿Por arte de magia?
En la construcción del clima social de rechazo al putrefacto régimen montado por el PP y PSOE (verdaderamente estos son los antisistema de la democracia), Ciutadans no estaba. Ni en el movimiento 15M en la Puerta del Sol en 2011 (con todavía Zapatero) se encontraba nadie de Ciutadans ni tampoco en las calles adyacentes. Tampoco en las protestas que después inundaron Madrid o Barcelona en defensa de la sanidad, el derecho a la vivienda contra los desahucios, la educación, las ayudas a los más vulnerables como las personas dependientes, el gran poder de los bancos, las limitaciones de los derechos políticos (Cifuentes los reprimió en Madrid) se subirían ahora a la grupa ese partido de marketing rápido aun con resultados muy modestos en las elecciones europeas.
Pero bueno, era perdonable su no presencia y silencio porque sus postulados ideológicos de derecha no iban en esa línea de crítica social y de denuncia de la regresión democrática. Pero, en todo caso, quiero dejar claro que para mí, aun con divergencias, seguían representando una fuerza renovadora, diferente, alternativa al modelo bipartidista y, por tanto, a tener en cuenta e incluso digna de apoyar. Todo lo que fuese cargarse de verdad el bipartidismo, era bienvenido.
La gran emergencia de un partido rompedor y verdaderamente trasversal como Podemos y sus resultados en las europeas, hizo que algunos sectores poderosos financieros (que mantienen a los mediáticos) lanzara el producto Ciudadanos como fuerza “renovadora” ante lo que era evidente: toda la idea de regeneración estaba dirigida por un grupo de origen de izquierdas y eso no podía ser. Como antes dije, está teniendo Ciudadanos un inmenso e inaudito apoyo (como ningún partido en 37 años de democracia) a nivel mediático. Todos los periodistas que más les impulsan son muy de derechas y reparten su corazón entre PP con toda una prensa escrita sometida (y rescatada financiera en algún caso) al poder y con unos apoyos empresariales muy claros que veían el riesgo de que alguien como Podemos, como encarnación del único cambio real pudiera ocupar un lugar decisivo.
Al mismo tiempo, esa exaltación del guapo líder Rivera (todavía no he visto publicada una imagen que no le favorezca fotogénicamente) ha llevado aparejada la mayor campaña mediática en contra de un partido, Podemos. Sin perjuicio de indudables errores de estos últimos por la inexperiencia, entre ellos el de construir idearios entre sus diversos círculos y no encargárselos a alguien que vive en Londres, o pretender hacer realidad inmediata algunas utopías, está siendo más que desmesurado, hipercrítico y sospechoso el inaudito tratamiento mediático contra un partido que los poderosos consideran subversivo.
La existencia de unas elecciones autonómicas y locales seis meses antes y sus expectativas como la espuma les ha hecho a Ciudadanos abrirse a todos buscando candidatos de todo pelaje, en algunos casos pertenecientes ayer a otras fuerzas que huyen como ratas pero que son excelentemente acogidos por Ciudadanos. ¡Todos sean bienvenidos! En esos fichajes de todo el que se ofrece, conozco y juro algunos casos de gente que aseguro van a dar graves problemas de corrupción a C's en un futuro (los que ya tienen ahora los ha tapado muy bien la prensa vendida al poder). Sin embargo, con tal de rellenar listas, han admitido a todos y no dejar en manos de Podemos la idea de verdadero cambio. Lo pagarán.
Pero, sobre todo, además de acoger a bastantes de UPyD (cuya actividad como partido contra la corrupción no ha sido retórica como Ciudadanos, sino que ha promovido acciones judiciales penales como las de Bankia gastando su propio dinero), la actuación de estos dos meses ha sido acoger muchos nuevos candidatos con una línea ideológica muy confusa pero verdaderamente muy nítida y bastante próxima al PP, de una manera abierta, en algún casos, y en otros de forma más disimulada. Madrid, entre otros, es ejemplo emblemático de lo primero. ¡Parecen candidatos del PP!
Hay que repasar internet para ver que sólo desde hace muy poco hay algunas muy tímidas declaraciones concretas sobre Ciudadanos contra los más corruptos: el Partido Popular. Este último partido no ha sufrido ataques severos directos por el montaje inmoral que tenían organizado. Sí que ha hablado Ciudadanos de la pestilencia de los ERE en Andalucía, pero es muy difícil encontrar declaraciones concretas de Rivera o quienes le acompañan (tiene el partido el mismo carácter personalista que Rosa Díaz). La corrupción es de muchos, pero el que tiene el mayor número de escándalos es el PP. Para Ciudadanos no es así, que reitero, nunca ha mostrado una crítica especial contra el partido con más tramas de robos y desvergüenzas y que debe ser desalojado del poder.
No he encontrado ninguna severa crítica de Ciudadanos al caso Barcenas, Bankia, la trama Gürtel, la Púnica y muchos que afectan a una organización política donde la corrupción organizada lleva a que estén procesados sus últimos tres tesoreros y cientos de cargos públicos. ¿Dónde están las severas condenas de Ciudadanos frente a eso, hacia el presidente de un partido que ha permitido la mayor corrupción organizada de la democracia? El silencio e incluso, cuando a alguna vez le preguntaban a Rivera por Rajoy, declaraba que “no es un pleito concluido”. Ni una mínima critica rotunda salvo retórica genérica “contra la corrupción”. ¡Qué decepción y qué mentira!
Junto al tema económico y las desigualdades sociales generadas donde los postulados de ese viejo-nuevo Partido tampoco han sido nada críticos con el gobierno del PP, hay otro aspecto que les acerca: no he escuchado ninguna calificación de Ciudadanos sobre el retroceso democrático: los indultos dadivosos, el gobierno constante a través de decretos leyes, críticas por las tasas judiciales, rechazo de la ley mordaza, limitación de libertades, critica de la forma de devolver inmigrantes censurada por el Consejo de Europa y tantas y tantas manifestaciones de, acaso, sintonía silente y complice con el PP.
Ha sido una exitosa campaña de pura imagen pero hay algo que muchos tememos: ciertamente aquellos que criticamos el bipartidismo del PP-PSOE y actuamos desde planteamientos nítidamente desde el centro progresista, aun censurando a ambos partidos mencionados, somos más duros por temas sociales, económicos, jurídicos y democráticos con quien ha acaparado últimamente tanto poder y que en estos años lo ha ejercido de forma semiautoritaria y ha hundido tantas cosas, entre ellas, la clase media, (sin perjuicio de la responsabilidad de Zapatero): el Partido Popular.
Pues bien, Ciudadanos aparece (y es sólo) como una representación de Partido Popular más aseado y menos acartonado pero su actuación, tengan por seguro, será determinante para que el PP continúe gobernando en muchos lugares importantes. Con la “excusa” de respetar la lista más votada, pueden salir como gobernantes muchos del PP como sucede en Madrid tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad. Si esto sucede como es previsible ahí y en muchos lugares, (aunque quiera trasmitirlo como que han respetado la lista más votada) y les ha arrancado compromisos (que jamás cumplirá en el PP), habrán sido una estafa porque sería y puede ser la confirmación de que su presencia no era para limpiar Madrid (por cierto, ¡cuánta basura hay!) y muchos lugares, sino para mantener la suciedad que lleva tantos años gobernando.
No tendría reparo la mayor fichadora de corruptos, prepotente y escapista de la policía en asumir propuestas de Ciudadanos que les aparentase exigir firmeza en torno a la corrupción. Son puro cinismo y mentira. Si Ciudadanos permite gobiernos municipales y autonómicos peperos será muy revelador de que posibilitarán unos meses después la gran desgracia: que pudiese continuar Mariano Rajoy gobernando España, pero acaso, antes se descubra por los pactos autonómicos y locales cuál es la verdadera posición de Ciudadanos.
Los que nunca hemos votado a Podemos y observamos hace tiempo virtudes importantes regeneracionistas en Ciudadanos, apreciamos que la mercadotecnia sobre lo que quieren estos representar de cambio (¿?), es una oportunidad para que si quieres un PP un poquito más guapo y menos vergonzante has de votar a Ciudadanos… Para que aquellos continúen. No entrará C's en el poder, pero permitirá que sigan gobernando el PP lugares emblemáticos de lo que está siendo un latrocinio. Otros queremos simplemente y con toda firmeza echar afuera a tanto generador de pobreza, desigualdades y corrupción como ha representado el PP. Y esa no es la línea de Ciudadanos. ¡Qué pena pero que no engañen más!