Netflix ha anunciado recientemente que la serie documental “The Goop Lab” (El laboratorio Goop) llegará a su plataforma el 24 de enero (incluyendo España). La docuserie, que consta de 6 episodios de 30 minutos en la primera temporada, tratará sobre Goop, la empresa de “bienestar” de la famosa actriz de Hollywood Gwyneth Paltrow.
Goop comenzó en 2008 como una simple newsletter en la que se explicaban recetas de cocina. En sus inicios, contaba con poco más de 10.000 suscriptores. Con el paso del tiempo, esta empresa fue expandiendo su marca y diversificándose al incluir todo tipo de productos relacionados con el bienestar, el estilo de vida y el fitness. En la actualidad, Goop es tanto un fenómeno mediático como un negocio internacional que vende centenares de productos diferentes, genera beneficios multimillonarios y ha sido valorado en más de 250 millones de dólares.
Pero ¿qué es exactamente Goop? Para entenderlo hay que distinguir el envoltorio (la propaganda) del contenido. Goop se promociona como una forma de ver la vida saludable, feminista, libre de prejuicios, abierta al sexo, aderezada de filosofía New Age y tintes orientales que se asocia con la popularidad y el éxito de estrellas mediáticas como la propia Paltrow o la televisiva Oprah Winfrey (la Ana Rosa Quintana de Estados Unidos). Más allá del envoltorio, tras esta propaganda saludable, se encuentra una empresa que promociona y vende pseudoterapias, difunde desinformación sanitaria, pone en riesgo la salud de sus clientes, mientras sigue a rajatabla un lema no escrito: “Todo está permitido”.
Pasear por la web de Goop es como introducirse en una tienda de los horrores para la salud medieval, donde la magia impera sobre la razón y la ciencia y la Ilustración todavía no ha llegado ni se la espera. Repelentes antivampiros, gemas curativas, huevos de jade vaginales, esencias florales que dicen curar la depresión, enemas de café, médiums sanadores, baños de vapor vaginales... La médica y columnista Jen Gunter analizó 161 productos de Goop y encontró que el 90 % de ellos no contaban con ninguna evidencia científica que respaldara sus supuestas propiedades saludables.
A pesar de que Goop ha sido condenada en varias ocasiones por afirmaciones engañosas, Paltrow niega que su empresa esté basada en “pseudociencia”. Para defenderse, Paltrow cae, paradójicamente, de bruces en la pseudociencia: “Realmente creemos que existen formas de sanación que han existido durante miles de años, y que quizás contradicen a un médico occidental muy convencional que podría no creer necesariamente en los poderes sanadores de los aceites esenciales o en cualquier variedad de acupuntura, cosas que se han usado y probado durante cientos de años”.
La actriz, además, ha sabido recurrir con inteligencia al lavado rosa o pinkwashing para promocionar Goop como una herramienta liberadora para las mujeres, que se encuentra con resistencias precisamente por ello. Paltrow declaraba en una entrevista: “Creo que cada vez que intentas marcar la diferencia e intentas empoderar a las mujeres, encuentras resistencia y creemos que eso es parte de lo que hacemos y de lo que estamos orgullosos de hacer”.
En realidad, Goop hace justo lo contrario de empoderar a las mujeres: siembra la desinformación entre ellas y las estafa con productos que no sirven para nada en el mejor de los casos y que incluso ponen en peligro su salud en el peor. Hace tan solo unos meses, una paciente de 62 años sufrió graves quemaduras en su vagina y útero por la práctica que había popularizado Paltrow a través de Goop: los baños de vapor vaginales. Ginecólogos de diferentes partes del mundo tuvieron que declarar públicamente la barbaridad que supone para las mujeres introducir agua hervida y mezcla de hierbas en la vagina. A pesar de este panorama, Paltrow ataca de nuevo y simula una vagina para promocionar su serie en Netflix, otra forma más de hacer del feminismo su bandera para engañar y estafar a sus principales clientes: las mujeres.
En definitiva, Goop es un disparate para la salud pública que usa la salud y el bienestar como envoltorio promocional, cuando lo que realmente se vende es esoterismo adaptado a los tiempos modernos. Lo que separa a Paltrow del charlatán que iba de pueblo en pueblo vendiendo sus curalotodo es un moderno imperio mediático y económico que le permite vender sus pócimas sin tener que coger el carromato.
La nueva serie de Netflix permitirá que el carromato pintado de rosa de Paltrow llegue hasta los hogares de millones de personas para mostrar los más delirantes tratamientos. Un negocio basado en el espectáculo, las apariencias y la popularidad que destroza cualquier vestigio de ciencia, pensamiento crítico, honestidad y responsabilidad.