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Dicen que hay partido
Los que, como yo, se asombran del auge de lo más retrógrado de nuestra sociedad, llevamos días buscando algo que nos permita creer que, después del 23J, no veremos un gobierno que incluya entre sus miembros a la ultraderecha. Por eso buscamos motivos para la esperanza y hay uno que podría ser muy fuerte: Acabar con la guerra cainita que hemos podido contemplar en las negociaciones del pacto para conformar Sumar. Eso implicaría que se olvide -¡Ya!- quién está y quién no está en las listas. No creo que a nadie le vaya suponer una alegría, salvo a la derecha, comprobar el día después de las elecciones que la ausencia de tal candidato o candidata le ha restado a Sumar. Por esto entiendo que los que han sido la cabeza visible de Podemos, Pablo Iglesias e Irene Montero entre ellos, deben salir a reforzar en todo lo que puedan el proyecto de Sumar. Tienen que ayudar para que PP-Vox no puedan manipular y tergiversar, que tan bien lo saben hacer, la imagen de Sumar y de su líder, Yolanda Díaz. Bien saben esos dirigentes de Podemos, en carne propia, la capacidad de manipulación que tiene la derecha y no puede ser que por desacuerdos, que se tienen que superar, no arrimemos el hombro para que el proyecto Sumar tenga un gran resultado el 23J.
Estamos ante unas elecciones cruciales y en este momento es imprescindible un gobierno que mire por las menos afortunadas de esta sociedad y desde la izquierda la protección de los derechos de la ciudadanía, el reforzamiento del escudo social, la apertura de espacios mayores para poder ejercer la libertad, no la de tomarse cañitas, la libertad en serio, está por encima de las personas, los partidos, etc...
Por todo esto seguramente es verdad que hay partido y no se puede desperdiciar eso porque si uno, si otra, si no sé qué. Sería imperdonable.
Los que, como yo, se asombran del auge de lo más retrógrado de nuestra sociedad, llevamos días buscando algo que nos permita creer que, después del 23J, no veremos un gobierno que incluya entre sus miembros a la ultraderecha. Por eso buscamos motivos para la esperanza y hay uno que podría ser muy fuerte: Acabar con la guerra cainita que hemos podido contemplar en las negociaciones del pacto para conformar Sumar. Eso implicaría que se olvide -¡Ya!- quién está y quién no está en las listas. No creo que a nadie le vaya suponer una alegría, salvo a la derecha, comprobar el día después de las elecciones que la ausencia de tal candidato o candidata le ha restado a Sumar. Por esto entiendo que los que han sido la cabeza visible de Podemos, Pablo Iglesias e Irene Montero entre ellos, deben salir a reforzar en todo lo que puedan el proyecto de Sumar. Tienen que ayudar para que PP-Vox no puedan manipular y tergiversar, que tan bien lo saben hacer, la imagen de Sumar y de su líder, Yolanda Díaz. Bien saben esos dirigentes de Podemos, en carne propia, la capacidad de manipulación que tiene la derecha y no puede ser que por desacuerdos, que se tienen que superar, no arrimemos el hombro para que el proyecto Sumar tenga un gran resultado el 23J.
Estamos ante unas elecciones cruciales y en este momento es imprescindible un gobierno que mire por las menos afortunadas de esta sociedad y desde la izquierda la protección de los derechos de la ciudadanía, el reforzamiento del escudo social, la apertura de espacios mayores para poder ejercer la libertad, no la de tomarse cañitas, la libertad en serio, está por encima de las personas, los partidos, etc...