En este blog publicamos los artículos y cartas más interesantes y relevantes que nos envíen nuestros socios. Si eres socio/a puedes enviar tu opinión desde aquí. Consulta nuestras normas y recomendaciones para participar.
Mil esperanzas y cien contradicciones
Habrá quien diga que peco, por juventud, de ilusa. Habrá quien diga que no conozco lo suficiente el funcionamiento de las estrategias políticas como para adentrarme en este asunto. Y puedo asegurar que, en este sentido, habrá quien no se equivoque porque me faltan horas en el día para ser perfecta y experta en todo. Ni falta hace que diga que no pretendo serlo.
Pero a su vez, no quiero que ser joven signifique que tengo que aprender callada desde la distancia, y me concedo en este texto la oportunidad de errar en la práctica. Escribo a continuación con la más pura intención de navegar mis coherencias e incoherencias fruto de unas jornadas que he dedicado a leer y reflexionar sobre las diferentes perspectivas que han surgido sobre el (des)encuentro de la izquierda los últimos días.
Llegados a este punto y antes de entrar de pleno en el tema, espero haber convencido a quien me lea para que lo haga con el mismo cariño con el que escribo estas palabras.
El 2 de abril, despertaron en mí mil esperanzas y cien contradicciones. Por una parte, me entusiasma la ilusión recuperada y la activación política de los numerosos ciudadanos que en este día se reunieron para compartir un espacio de ideas con el fin de construir un proyecto común. Por otra parte, observo este evento desde la distancia con el miedo de que se convierta en una lucha de egos partidistas que alimenten el ruido y la confrontación, incapaces de potenciar el entendimiento y la cooperación que tanto lleva demandando la ciudadanía.
Estos últimos años se ha demostrado que existen oportunidades políticas que nacen de una chispa que prende con fuerza rápidamente con el desencanto de la población durante un estancamiento político, como ocurrió con el 15M. En otros casos, esta chispa prende de forma orgánica de la mano de un liderazgo efectivo de una figura, prácticamente desconocida hasta hace apenas tres años, que cosecha numerosos resultados en su labor política pública.
Asimismo, me veo en la obligación de destacar la evolución electoral reciente (a nivel autonómico) que viene ya avisando de la imperiosa necesidad de nuevas planes de actuación por y para la izquierda, ya sea a través de transformaciones de “lo conocido” o de nuevas propuestas políticas, para movilizar a quienes nuevamente se quedaban en casa sin votar. En el actual contexto nacional, lo primero no aconteció, aunque aún está a tiempo. Lo segundo, ocurrió el primer domingo de abril.
En cualquier caso, estas fuerzas son más complementarias que contrarias, aunque a veces se enfrenten (flaco favor) perdiendo el objetivo común que comparten con muchos ciudadanos: la voluntad de dialogar y construir juntos políticas progresistas. Estamos en estos momentos ante una oportunidad de activar el entusiasmo, plantear acuerdos e impulsar la acción colectiva frente a los intereses individualistas. Si bien, este esfuerzo ha de producirse de manera transversal, desde las bases hasta los representantes públicos responsabilizándonos de mantener una comunicación afectiva y efectiva.
Es por ello que, como apasionada de la política pero sobre todo como ciudadana, invito a quienes se disfrazan de Moisés y se empeñan en separar las aguas, a reflexionar y construir por un proyecto de izquierdas común. Invito a dejar atrás el orgullo y a dialogar. Invito a sumar.
Habrá quien diga que peco, por juventud, de ilusa. Habrá quien diga que no conozco lo suficiente el funcionamiento de las estrategias políticas como para adentrarme en este asunto. Y puedo asegurar que, en este sentido, habrá quien no se equivoque porque me faltan horas en el día para ser perfecta y experta en todo. Ni falta hace que diga que no pretendo serlo.
Pero a su vez, no quiero que ser joven signifique que tengo que aprender callada desde la distancia, y me concedo en este texto la oportunidad de errar en la práctica. Escribo a continuación con la más pura intención de navegar mis coherencias e incoherencias fruto de unas jornadas que he dedicado a leer y reflexionar sobre las diferentes perspectivas que han surgido sobre el (des)encuentro de la izquierda los últimos días.