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Mujeres y poder
Ante los últimos y desgraciados acontecimientos de Afganistán desearía trasladar dos demandas con el fin de ayudar a la gente de allí:
-En primer lugar creo que las fuerzas internacionales de los aeropuertos que impiden la entrada de la gente por no cumplir requisitos, deberían acoger a toda persona que requiera huir para salvar su vida, ya que les está negando el derecho a asilo político y humano.
-En segundo lugar pienso que independientemente de cómo quede el entramado político de la región, los gobiernos de Europa y de España no deberían reconocer al estado talibán.
Es verdad que la política exterior, desde el feminismo, tendría más candidatos al amparo pero también que como mujeres estamos obligadas a señalar a nuestros gobernantes lo que nos parece primordial. Reconocer como estado a un gobierno que demuestra semejante desprecio a la vida de las mujeres, me parece tal anacronismo y retroceso que pienso que animaría a los gobiernos ubicados en estas estelas de machismo y feminicidio a recrudecer sus medidas y sobre todo, a sentirse fuertes.
Además, supondría tal retroceso en los derechos humanos en la región asiática que afectaría a nuestras democracias, por cierto con una endeble política exterior al respecto.
Comprendo que se han de establecer contactos con los señores de la guerra que las estrategias pretendan establecer, pero no obliga a su reconocimiento legal (que no legítimo, ya que se han aupado por la fuerza).
Su legalidad supondría aceptar que, ante la guerra, todo es lícito y la violencia contra la mujer aceptada por unos gobiernos hipócritas, que claman contra ella pero pretenden algo inédito en nuestro tiempo, el reconocimiento del primer gobierno del mundo que desde la casilla de salida dice que quiere esclavizar e invisibilizar a la mitad de sus habitantes.
Pienso que si las víctimas fueran hombres o representantes de multinacionales, la reacción de nuestros gobernantes hubiera sido otra, así que como mujer debo decir que hasta aquí habéis llegado. Me niego al reconocimiento del régimen talibán por ellas, por las afganas y sus chiquitines, que tienen derecho a crecer en igualdad y libertad.
Pero sobre todo porque lo exige la Carta de Derechos Humanos, firmada por nuestros gobiernos y los países de la ONU y cuyas políticas deben inclinarse por apoyarla.
Ante los últimos y desgraciados acontecimientos de Afganistán desearía trasladar dos demandas con el fin de ayudar a la gente de allí:
-En primer lugar creo que las fuerzas internacionales de los aeropuertos que impiden la entrada de la gente por no cumplir requisitos, deberían acoger a toda persona que requiera huir para salvar su vida, ya que les está negando el derecho a asilo político y humano.