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Sapere aude

Antonio Franco García

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España se iba a romper, ¿recuerdan? La frase que repetía una y otra vez la derecha y sus prófugos hermanos sentados a la derecha de los que se reúnen en la calle Génova de la capital de este país nuestro, o santo reino de España, no se ha cumplido. Lo sabían, pero algo tenían que hacer para desbancar la decisión de la ciudadanía.

Antes de eso (o después, ¡qué más da!) en plena crisis sanitaria, social, económica... originada por el virus bautizado por COVID-19, España iba a convertirse en una dictadura, ¿se acuerdan? “¡Fuera las mascarillas!” vociferaban los habitantes de los barrios más floridos de Madrid. Los más ricos negaban la vacuna, igual que desmentían (siguen desmintiendo) el cambio climático.

España está arruinada, afirmaban los más listos de la clase de primero D ( D de derecha, se entiende). Y meses después de estos mensajes venían a decir que el Gobierno se estaba enriqueciendo a base de la subida de impuestos. Digo yo que se referirían a que España se estaba enriqueciendo con las medidas impositivas del Gobierno. Hay una diferencia semántica. Lo saben, pero un porcentaje del personal no se da cuenta.

La derecha y su primo hermano se opuso por activa y por pasiva en el Parlamento Europeo a la medida progresista de la excepción ibérica en la factura de la luz. Ya nadie habla del excesivo precio en el consumo de la luz en nuestro país.

Como afortunadamente, ETA abandonó las armas, los de la calle Génova y los de la calle del Bambú, cada vez que pueden tratan de recuperar tan nefastos recuerdos. La Democracia venció al terrorismo etarra y con ello dejó enterrado uno de los argumentos de estos partidos políticos. La intencionalidad electoral salta a la vista, no hace falta argumentos para ello. Pero un porcentaje del personal no se da cuenta.

La derecha y sus primos hermanos votaron en contra de la medida de los ERTES durante la pandemia. ¿No se acuerdan de este detalle? No conforme con oponerse comenzaron a criticar que el Gasto Público había aumentado. ¡Pues claro que aumentó! Las medidas para paliar las consecuencias de la pandemia tanto en empresas como en trabajadores supuso un desembolso de Dinero Público inesperado.

También se opusieron a la subida del Salario Mínimo Interprofesional. ¡Ay el Déficit Público! Para la derecha y su primo hermano es más importante la contención del Gasto en favor de la Economía que las ayudas destinadas a la ciudadanía. Ignoro el significado de España para esta gente. ¡Menudos patriotas están hechos!

No voy a entrar en las investigaciones por las denuncias a miembros del Gobierno. Sólo diré que hace “dos telediarios” el Partido Popular estaba salpicado por casos de corrupción y que algún que otro alto cargo acabó en la cárcel. Creo que no son ejemplo de honestidad. Al menos en el pasado más reciente.

Un triste asunto que recordaremos cada anualidad es el atentado terrorista del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Aunque hayan pasado más de veinte años, no podemos olvidar que el Partido Popular con el señor Aznar a la cabeza intentó evitar que se supiese la verdad sobre los autores del mismo. Todo ello porque la ciudadanía iba a relacionar el terrible atentado por parte del integrismo islámico con el apoyo del Gobierno de Aznar a la invasión de Irak antes de ir a votar tres días después. Si no lo recuerdan, al menos no lo ignoren, téngalo presente.

Atrévase a pensar. Sapere aude, que diría Kant.

España se iba a romper, ¿recuerdan? La frase que repetía una y otra vez la derecha y sus prófugos hermanos sentados a la derecha de los que se reúnen en la calle Génova de la capital de este país nuestro, o santo reino de España, no se ha cumplido. Lo sabían, pero algo tenían que hacer para desbancar la decisión de la ciudadanía.

Antes de eso (o después, ¡qué más da!) en plena crisis sanitaria, social, económica... originada por el virus bautizado por COVID-19, España iba a convertirse en una dictadura, ¿se acuerdan? “¡Fuera las mascarillas!” vociferaban los habitantes de los barrios más floridos de Madrid. Los más ricos negaban la vacuna, igual que desmentían (siguen desmintiendo) el cambio climático.