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Viñarock 2022

Jorge Camparolas | socio de elDiario.es

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A falta de otro reflejo en El Diario, aquí van algunos impresiones tras el viñarock 2022.

Quede claro que no soy mi admirado Hunter S. Thompson ni soy periodista así que no será periodismo gonzo. Hay cosas que no se pueden contar impunemente y, de todas maneras, todo depende del cristal con que se mira.

No creo que mucha de la gente que estaba allí lea esto así que os pediré un favor: Si vuestra hija, nieta, sobrina o conocida estaba allí dadle las gracias de mi parte.

Gracias por haber estado allí, por conseguir crear un ambiente que me ha sorprendido tras muchos años de ausencia a festivales en razón de parentalidad.

Gracias porque el ver a tanta persona joven, tanta mujer joven en los primeros cinco o diez metros de casi cada concierto, el espacio que tradicionalmente era un campo de nabos, me ha emocionado.

Porque han conseguido cambiar la manera de estar en esas primeras filas, han conseguido hacer el pogo más cuidadoso, más respetuoso. Y creo que con menos manoseo, por cierto. Ver esos corros abiertos, esperando la subida de la canción para lanzarse al centro… esos seres que a veces se metían en el medio antes de hora, con el respeto y la sonrisa de los demás… esas manos tendidas cuando alguien se caía… Ese subir la silla de ruedas por encima de las cabezas, eso es amistad en estado puro.

¿puede ser todo por la feminización de esas primeras filas? ¿es señal de un cambio social más profundo?

Gracias por permitirme creer que el rock en general, el heavy, el ska, el punk rock en particular... siguen vivos. Porque sois (son) una generación nueva que va a mantener los conciertos, los festivales, el tiempo suficiente como para que mis hijas también los puedan disfrutar si quieren.

Y no solo ha habido punk. Ver a Kase O diciéndonos que bailemos como queramos, tras su impresionante entrada y su ejemplo de sincronización con la banda, impresionante.

Descubrir entre otros a Mafalda, a Tremenda Jauría, a Trashtucada y a La M.O.D.A. todos ellos grupos nuevos para mí, con miles de personas coreando casi cada canción, eso también impresiona.

Y los que me habré perdido, pues tambén le eché tiempo a constatar que muchos de los clásicos han mejorado con la edad: Boikot, Porretas, EUKZ, Lehendakaris Muertos. Y otros que no han perdido, como El Drogas o Def Con Dos.

Y sí, tocaba elegir. O ver un grupo de mi juventud o ver uno relativamente nuevo.

Tan solo marché de Lagrimas de Sangre para ver a Def Con Dos, recordando la primera vez que los ví en la multiusos de Zaragoza tras Manolo Kabezabolo, Dr Explosión, Extremoduro y Silmaris. El primer concierto en mi vida del que tuve que salir porque eran demasiado ruidosos y no conocíamos los tapones para los oidos.

Y si hubo todos esos grupos que dominaban los cánones del punk-rock, La Pegatina hace lo mismo con la musica fiestera. Qué grupazo. Como Mano Negra en lo alto de la ola, y esto es un elogio.

Buen sonido en general, buena distribucion de escenarios… una carpa de DUB en la que pasé muchas horas bailando a mi rollo y donde el sábado ya de madrugada nos dieron toda una lección de remezcla sobre el disco de ZOO, supongo que usando las pistas de la grabación del disco, que aún me tiene impresionado. Un grupo que acababa de descubrir cantando en catalán en la variante de la franja, en valenciano, llámenlo como quieran.

¿Puntos flojos del festival?

No había agua. No había, a excepción de las dos carpas de duchas, ni un maldito grifo para lavarse las manos, la cara o para beber agua. Con la que hemos pasado, dos años de pandemia donde la higiene en las manos era lo más importante… Cuando por fin se esta impulsando que los restaurantes tengan la obligación de servir agua del grifo, y en este festival eran dos euros por la botella de medio litro y le quitaban el tapón para que no puedas ni llevarla en el bolsillo.

Si la fuerza policial presente hubiese dado confianza habría ido a denunciar esto. Pero estaban en plan duro, con un perro, tras el control de entrada y eso no genera confianza.

Y mira que es de agradecer que haya gente armada y entrenada por si acaso vienen malos de los de verdad, como en la Bataclan.

Pero no me dio la impresión de que ese fuera el objetivo.

¿controlar a la gente que ya sale? ¿en serio? ¿buscando a ver si no han consumido todo? ¿con qué criterios se para a la gente? ¿el perro era para buscar fentanilo u otras sustancias peligrosas o para los porros?

España en estado puro.

Como es de marcaspaña que los vasos reciclables no lo fuesen. Eran reutilizables pero no había ningún incentivo para reciclarlos. Gerentes del Viñarock, salgan por Europa y vean cómo se gestionan los vasos en otros sitios. Y verán que no hay ni uno por el suelo.

Y otro consejo: Vamos a mear tantos litros como bebamos, con un pequeño desfase horario y concentrados a la hora en que acaba un concierto.

¿Es tan difícil poner suficientes meaderos y asegurarse de que cuando rebosan se vayan a una alcantarilla y no por el suelo?

Tan difícil, supongo, como garantizar cobertura de móvil suficiente, datos incluidos.

Volveré, espero.

A falta de otro reflejo en El Diario, aquí van algunos impresiones tras el viñarock 2022.

Quede claro que no soy mi admirado Hunter S. Thompson ni soy periodista así que no será periodismo gonzo. Hay cosas que no se pueden contar impunemente y, de todas maneras, todo depende del cristal con que se mira.