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Los hermanos Jorge y Antonio Gallardo Ballart legalizaron un patrimonio opaco de casi 113 millones de euros en la amnistía fiscal. Estos fondos estaban ocultos en varias cuentas de Suiza, a través de dos empresas de Panamá. Así se desprende de la investigación Los Papeles de la Castellana, elaborada conjuntamente por las redacciones de eldiario.es, La Marea y Diagonal, a partir de una documentación remitida al buzón filtrala.org procedente de distintos despachos de asesores tributarios ubicados en el Paseo de la Castellana, el distrito financiero de Madrid.
Los hermanos Gallardo son dos de las mayores fortunas de España. Son los máximos accionistas (66%) de la catalana Almirall, una de las mayores farmacéuticas españolas, con un valor en bolsa cercano a los 2.500 millones de euros y que fabrica, entre otros, el ‘Almax’, popular medicamento contra la acidez de estómago. Pero sus negocios se extienden a muchos otros sectores: inmobiliario, hotelero, de energías renovables y, muy especialmente, sanidad privada. Desde residencias para ancianos, personas con trastornos de conducta y clínicas dentales (a través del fondo G Square Capital, con la marca SAR Quavitae) hasta hospitales privados, con Vithas.
Con 12 hospitales y 13 centros especializados, Vithas es el segundo grupo del sector de la sanidad privada en España por ventas. Su crecimiento exponencial ha sido paralelo a la crisis, por medio de una agresiva política de compras de otras empresas. Es el primero de capital nacional: el líder del sector en España es IDC Quirón (la antigua Capio), controlada por el fondo británico CVC. Los Gallardo controlan el 80% de Vithas. El presidente de la compañía es Jorge Gallardo Piqué, hijo del presidente de Almirall, Jorge Gallardo Ballart.
La creación de la marca Vithas se anunció sólo una semana después de que el 14 de noviembre de 2012, Jorge y Antonio Gallardo Ballart legalizaran un patrimonio de 112.979.114,13 euros que los dos habían mantenido oculto al fisco español. Gracias a la amnistía fiscal de Cristóbal Montoro, también conocida bajo el eufemismo de Declaración Tributaria Especial (DTE), esta fortuna oculta pasó a ser completamente legal.
Jorge Gallardo (1941), presidente de Almirall y expresidente de la patronal farmacéutica (Farmaindustria), afloró un patrimonio de 55.818.421,65 euros con la amnistía. Su hermano Antonio Gallardo (1936) regularizó otros 57.160.692,48 euros. Este último es expresidente de Almirall y de la Asociación Catalana de la Empresa Familiar. Exvicepresidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), preside el grupo Landon, la sociedad patrimonial del clan.
La cuota que pagaron al Fisco ambos hermanos fue de 2.732.800,27 euros: apenas el 2,4% del patrimonio que ocultaban, gracias a la rebaja en las condiciones de la amnistía que decidió aplicar el Ministerio de Hacienda a mediados de 2012 para hacerla más atractiva para los defraudadores.
Así, Jorge Gallardo pagó a Hacienda 1.360.400,66 euros por esos 55,8 millones: el 10% de la rentabilidad obtenida (13.604.006,61 euros) por los activos ocultos en los ejercicios no prescritos, pero solo el 2,4% del total del dinero que, hasta 2012, permanecía oculto. En el caso de su hermano Antonio, la cuota que pagó fue de 1.372.399,61 millones, también el 2,4% del total.
Los Gallardo escondían esos fondos en cuentas en Suiza. Jorge Gallardo, en los bancos JPMorgan y Lloyd´s, y Antonio Gallardo, en esas dos entidades y en Banque Privée Edmond de Rothschild, en Mónaco. Esas cuentas, amparadas por el secreto bancario helvético, estaban vinculadas a dos sociedades opacas en Panamá que ambos disolvieron tras presentar las DTE. La instrumental panameña de Antonio Gallardo se llamaba Bodeman Enterprises y la de Jorge Gallardo, Trisfal Corporation. Ambas fueron creadas en enero de 2005 y estaban gestionadas por un despacho panameño, Vives y Asociados, y administradas por los mismos testaferros profesionales.
El dinero legalizado por los Gallardo con la amnistía supera con creces los beneficios obtenidos en todo el ejercicio 2012 por Almirall, cuando la empresa ganó 77,8 millones. Los dos hermanos son la segunda generación de la familia que controla la compañía. La fundó su padre, Antonio Gallardo Carrera (1908-1988), en plena posguerra (1943) y actualmente tiene una plantilla de más de 2.000 personas. Los dos hermanos pilotaron la expansión internacional de Almirall, que dio el gran salto con la compra de su rival Prodesfarma, en 1997.
La empresa salió a bolsa el 20 de junio de 2007 mediante la colocación de un 27% del capital y facturó el año pasado 769 millones (un 45,4% menos), con un beneficio de 131,8 millones, un 70,6% menos, por los menores resultados extraordinarios. Su medicamento más conocido es el ‘Almax’, que lleva en el mercado desde 1984 y al que la consultora especializada IMS Health cita cada año entre los más vendidos de España. El año pasado, este fármaco facturó un 10,2% más y fue el quinto más vendido en el ránking de medicamentos sin receta.
Los Gallardo controlan el 80% del grupo de hospitales privados Vithas en alianza con La Caixa, que tiene el 20% restante. Susana Gallardo Torrededia –hija de Antonio Gallardo y casada con Alberto Palatchi, socio y fundador de Pronovias– es consejera de Caixabank desde 2007 y también es vocal del grupo de autopistas de peaje Abertis en representación de la entidad catalana.
Los hermanos Gallardo figuraban el año pasado en el puesto 16 de las mayores fortunas de España con un patrimonio conjunto estimado de 2.300 millones, según Forbes. La familia tiene una de las mayores sicavs de España, Elitia Invest, que en el primer trimestre de este año gestionaba más de 371 millones de euros, de los que más del 90% están fuera de España. El patrimonio de esta sicav se disparó exponencialmente tras la amnistía fiscal de los dos hermanos.
El presidente de Almirall, donante de la extinta Unió Democrática, es contrario a la independencia de Cataluña: “Supondría la exclusión de la Unión Europea”, y un “grave quebranto” para su empresa, dijo en septiembre pasado, una semana antes de las elecciones autonómicas del 27-S. Jorge Gallardo también ha sido muy crítico con la evasión fiscal de la familia Pujol y su paso al independentismo: “No nos hemos llevado nada a Andorra, nadie me puede dar lecciones de catalanidad”, declaró tres años después de haber legalizado sus cuentas en Suiza.
Jorge Gallardó citó el pasado 22 de enero a su hijo Carlos Gallardo Piqué y a su sobrino Antonio Gallardo Torrededia como herederos al frente del negocio. Sin embargo, en la última junta de accionistas de Almirall, el pasado 6 de mayo, el presidente de Almirall, que en septiembre pasado cumplió 74 años, aclaró que no prevé dejar el primer puesto de la compañía “a corto o medio plazo”.
A preguntas sobre este asunto, los hermanos Gallardo y su family office de inversiones, el Grupo Corporativo Landon, no han querido hacer comentarios.