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La familia Blanco, propietaria del grupo palentino de aperitivos Facundo, legalizó un patrimonio opaco de más de 11,2 millones de euros aprovechando la amnistía fiscal que puso en marcha en 2012 el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Los dueños de Pipas Facundo tenían escondido ese dinero en Suiza a través de dos cuentas en el banco helvético UBS. Gracias a las facilidades que dio el Gobierno en la amnistía, la cuota a pagar fue de 337.405,36 euros, el 3% del dinero aflorado. Así se desprende de la investigación Los Papeles de la Castellana, elaborada conjuntamente por las redacciones de eldiario.es, La Marea y Diagonal, a partir de una documentación remitida al buzón filtrala.org.
La mayor parte del dinero regularizado por la familia Blanco con la amnistía correspondió a Rosa María Blanco. De 70 años, es una de las dos hijas de los fundadores de la empresa, uno de los mayores productores de aperitivos de España. El presidente y consejero delegado de Facundo Blanco SA es Vicente Villagrá, casado con Rosa Blanco desde febrero de 1970.
Villagrá, que también se acogió a la amnistía, preside la Cámara de Comercio de Palencia desde hace casi dos décadas y fue presidente del Consejo de Cámaras de Castilla y León entre 2010 y 2012, donde sigue siendo vocal. Las Cámaras de Comercio son corporaciones de derecho público y representan de forma institucional a los empresarios de cada región o demarcación. Administran recursos públicos y están sometidas al control del Tribunal de Cuentas, entre otros organismos.
Las declaraciones tributarias especiales del matrimonio (DTE, el eufemismo bajo el que se bautizó a la amnistía en Hacienda) se presentaron el 23 de noviembre de 2012. Rosa Blanco afloró un patrimonio de 10.961.961,14 euros que tenía escondido en Suiza en cuentas de UBS. A partir de esa cifra, sus asesores fiscales calcularon una base imponible de 3.338.909,41 euros, correspondientes a la revalorización experimentada por los activos mantenidos en esas cuentas durante el periodo que consideraron no prescrito, 2008-2010. A cambio, pagó a Hacienda 333.890,94 euros, un 3% del capital que tenía oculto al Fisco español.
La mayor parte de ese patrimonio escondido, 10.699.198,75 euros, estaba invertido en diferentes productos financieros gestionados por UBS en una cuenta abierta en Suiza el 16 de junio de 2005. Rosa Blanco también era cotitular con su marido de otra cuenta en UBS abierta el 15 de junio de 2000 a nombre de ambos que también legalizaron. Al hacerlo, cada uno de ellos regularizó en la amnistía 262.762,40 euros. Villagrá pagó 3.514,42 euros, el 1,3% del dinero aflorado. Además de sendas DTE, el matrimonio presentó declaraciones complementarias del Impuesto de Patrimonio y el IRPF del ejercicio 2011 para ponerse al día con Hacienda.
Villagrá no ha querido hacer comentarios sobre este asunto pese a las insistentes llamadas para conocer su versión y la de su esposa.
La titular formal de las cuentas de UBS donde estaban esos activos ocultos en Suiza era la española Daviro Inversiones, SL, constituida por Rosa Blanco en Marbella (Málaga) en abril de 2005. La documentación indica que esa sociedad recibía transferencias periódicas de las cuentas suizas de los dueños de Pipas Facundo y que se utilizó para repatriar a España parte de los fondos una vez regularizados.
El día en que el matrimonio se acogía a la amnistía, Rosa Blanco, la única socia de Daviro Inversiones, realizó una ampliación de capital de siete millones de euros de los que 6.995.483 euros fueron aportados mediante instrumentos financieros depositados en las cuentas suizas objeto de la regularización.
Según el acta de decisiones de Daviro Inversiones de aquel día, el objetivo de la ampliación era “aprobar la formalización de las aportaciones realizadas por el Socio Único a la Sociedad durante los años 2005, 2007 y 2008”. Esas aportaciones (6.586.145 euros) habían sido realizadas por las cuentas suizas de Rosa Blanco en esos años “con el objetivo de que la Sociedad procediera a ejecutar una ampliación de capital, pero por diferentes motivos de índole económico y jurídico no se ha acordado la realización de dicha ampliación hasta el día de hoy”, según ese acta.
El matrimonio, que se reparte cargos en las distintas sociedades de la familia (entre otras, Los Girasoles SA, Disfasa SA o Rovida SL) constituyó dos años después de la amnistía (en noviembre de 2014) una sicav, Rodavi Capital, que tiene un patrimonio similar al dinero regularizado con esa medida de gracia. Presidida por Rosa Blanco, tiene como consejeros a su marido y a uno de sus hijos, Vicente Facundo Villagrá Blanco. Rodavi atesoraba un patrimonio de 12,15 millones de euros al cierre del primer trimestre de este año, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Otra persona relacionada con el matrimonio, su cuñada María Fernanda Morán de la Torre, también se acogió a la amnistía fiscal. Regularizó otros 139.434,9 euros. Los tenía en otra cuenta en UBS en Suiza abierta el 7 de marzo de 1989. De esa cifra resultó una base imponible de 16.908,33 euros. Para legalizar ese dinero pagó 1.690,83 euros, un 1,2% del patrimonio opaco.
Fernanda Morán, que a preguntas sobre este asunto dice no saber si regularizó ese dinero, está casada con Daniel Villagrá, hermano del presidente de la Cámara de Comercio de Palencia y que ha rechazado hacer comentarios. Daniel Villagrá, ya jubilado, fue gerente del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC), organismo autónomo dependiente del Ministerio de la Presidencia. El CEPC se dedica a realizar estudios sobre la realidad jurídica y sociopolítica mundial, prestando especial atención a aquellas cuestiones relativas al Derecho español y a las instituciones iberoamericanas, así como a las relaciones de estos países con Europa.
“Facundo da en el blanco”
Rosa Blanco y Vicente Villagrá, que tienen tres hijos, son los propietarios de Facundo Blanco SA. La empresa, con dos fábricas en Villada y Palencia, fue fundada en 1944, en plena posguerra, por Facundo Blanco (fallecido en 1989) y su esposa, María Dolores de la Fuente (fallecida en 2006 y Medalla al Mérito al Trabajo en 1991).
La empresa fue popularizada por su fundador con eslóganes como el de “Facundo da en el blanco” o el del toro banderillado que clamaba “Siento dejar este mundo sin probar las pipas Facundo”. Pipas Facundo comenzó su andadura cuando, con ayuda de un burro repartidor, Baldomero, el matrimonio se lanzó a vender por los pueblos de Palencia cacahuetes y avellanas traídos del sur de España que tostaban con un pequeño horno en la trastienda de su ultramarinos en Villada (Palencia). El gran salto llegó con la venta de pipas, en los años 50.