Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
En la ciudad de Madrid, un bebé nacido en 2019 estuvo expuesto a niveles peligrosos de contaminación ambiental un 65% del embarazo
La contaminación del aire: una amenaza global
La contaminación ambiental es uno de los factores más claros asociados a la mortalidad y morbilidad en todo el mundo. Según algunas estimaciones, casi el 99% de la población mundial está expuesta a niveles de contaminación que ponen en peligro su salud, al aumentar el riesgo de sufrir diversas enfermedades. En los países de altos ingresos, las principales fuentes de contaminación ambiental son el tráfico y las centrales eléctricas y, en menor medida, la actividad industrial y la climatización doméstica. Estas fuentes emiten una combinación compleja de contaminantes del aire, entre los que destacan las partículas en suspensión (PM2.5 y PM10), el dióxido de nitrógeno (NO2), el dióxido de azufre (SO2) y el monóxido de carbono (CO). Los potenciales efectos adversos para la salud de estas sustancias incluyen las afecciones cardiovasculares y respiratorias, el síndrome metabólico o el cáncer de pulmón. En esta entrada nos centramos exclusivamente en el dióxido de nitrógeno, NO2, una sustancia que refleja bien la contaminación en entornos urbanos no industriales de países ricos. Madrid es una de las ciudades europeas en las que el tráfico genera mayores niveles de NO2, muy por encima de los niveles establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) e incluso a menudo de los recomendados por la UE, que son sustancialmente más laxos. Madrid es de hecho la ciudad europea que presenta la mayor mortalidad atribuible al NO2.
La exposición a contaminación durante el embarazo y la salud neonatal
En esta entrada analizamos cómo afecta la exposición a la contaminación del aire (en concreto, al NO2) a la salud de los recién nacidos de Madrid. Para responder a esta pregunta combinamos datos de todos los nacimientos que tienen lugar en la ciudad de Madrid, para los que disponemos de información sobre el distrito de residencia, con los niveles de contaminación que se registran cada hora en los medidores oficiales distribuidos por los 21 distritos de la ciudad.
Nos centramos en dos indicadores, el bajo peso al nacer (que se define como aquel por debajo de los 2 kilos y medio) y la prematuridad (el nacimiento que tiene lugar antes de término, por debajo de las 37 semanas). Estas dos medidas se utilizan recurrentemente como aproximaciones fiables de la salud del recién nacido. Nacer con bajo peso o antes de que la gestación esté completa tiene consecuencias importantes y duraderas. Por una parte, el bajo peso y la prematuridad son los causantes más evidentes de morbilidad y mortalidad neonatal (aquí). Por otra, correlacionan de manera clara con una peor salud a lo largo de toda la vida (aquí) y con limitaciones en el desarrollo cognitivo –que pueden tener consecuencias adversas, por ejemplo, en el logro educativo (aquí).
Durante la gestación, la placenta es un órgano crucial para el desarrollo fetal. El NO2 puede causar estrés oxidativo e inflamación y activar vías de daño celular y molecular que tienen consecuencias negativas para la salud de los recién nacidos. Puede incluso provocar una mayor susceptibilidad a desarrollar enfermedades, respiratorias y de otro tipo, en etapas posteriores de la vida.
Mostramos la influencia de la exposición a NO2 durante el embarazo solamente para los nacimientos del año 2019, el último disponible no afectado por la pandemia. Queremos así evitar las exposiciones posteriores, en las que cayeron drásticamente los niveles de contaminación ambiental como consecuencia de la parada de la actividad económica. También pudieron cambiar las condiciones socioeconómicas de las madres, así como su estado general de salud.
El Gráfico 1 muestra los niveles de NO2 en cuatro medidores ubicados en distintas zonas de la ciudad de Madrid, en la ventana completa de exposición de los bebés nacidos en 2019, es decir, entre mayo de 2018 y diciembre de 2019. La línea discontinua horizontal refleja los niveles medios de NO2 recomendados por la OMS, que se sitúan en 25μg/m3. Aunque con cierta estacionalidad (hay más concentración de NO2 en invierno), se observa que lo más habitual es que los niveles sobrepasen, por mucho, en casi todas las zonas los valores permitidos. De hecho, si atendemos a la media de días en los que se excedieron los niveles aconsejados por la OMS en ese periodo, un bebé medio nacido en 2019 había estado expuesto a niveles peligrosos de contaminación ambiental durante dos tercios del embarazo.
Niveles de NO2 en cuatro distritos de Madrid, mayo de 2018 a diciembre de 2
En el Gráfico 2 se presenta la probabilidad de nacer con bajo peso y antes de lo previsto, respectivamente, cuando se ha estado expuesto durante el tercer trimestre del embarazo a niveles crecientes de NO2 y neutralizando la influencia de otros factores relevantes para la salud neonatal. Los valores situados más a la derecha en el eje horizontal implican una exposición más intensa –la línea discontinua vertical señala los niveles máximos permitidos por la OMS. En ambos casos, una exposición mayor en la fase final de la gestación implica un mayor riesgo de experimentar mala salud neonatal.
Madrid es una ciudad segregada socialmente: ¿a quién afecta más negativamente la exposición a la contaminación?
Los niveles medios de NO2 se reparten, obviamente, de manera desigual por la ciudad. Los distritos del sur y los situados a lo largo de la M-30 son los que sufren niveles más altos. Pero, a diferencia de lo que ocurre en otras ciudades con elevada segregación socio-espacial, en Madrid no hay una correspondencia perfecta entre el nivel socioeconómico de los residentes y los niveles de polución a los que se exponen. Esto implica que una gran parte de las mujeres con más recursos de la ciudad están expuestas durante su gestación a niveles peligrosamente altos de contaminación. El Gráfico 3 muestra el mapa de la ciudad de Madrid, por distritos, con dos indicadores: a la izquierda, los niveles medios de NO2 a los que se vieron expuestas las mujeres que dieron a luz durante 2019; a la derecha, el porcentaje de madres de bebés nacidos ese mismo año con estudios universitarios.
Por último, en el Gráfico 4 representamos de nuevo la probabilidad de nacer con bajo peso y antes de término para niveles diversos grados de exposición a NO2. Pero esta vez comprobamos si el efecto adverso de la contaminación es o no similar para mujeres con distintos niveles socioeconómicos –en este caso usamos el nivel educativo y una vez más controlamos por la influencia de otros fenómenos relevantes. Los resultados indican claramente que no. En ambos casos, el riesgo al que induce la contaminación es más elevado para las mujeres con menor nivel educativo.
Para todos los niveles de exposición a NO2 durante la gestación, éstas tienen más probabilidad de que sus bebés nazcan con mala salud. Para la prematuridad (a la derecha), la brecha es menos marcada para los niveles más bajos de polución, pero va aumentando a medida que nos movemos a exposiciones más altas. En el caso del bajo peso (a la izquierda), por el contrario, en los niveles más extremos de NO2 el riesgo de ambos grupos converge. Estos resultados sugieren dos implicaciones para las políticas públicas. Primera, que las limitaciones actuales son claramente insuficientes para proteger a los grupos más desfavorecidos de la población, que no casualmente son aquellos que se beneficiarían más de una aplicación más estricta. Segunda, que, a partir de ciertos niveles –que en la ciudad de Madrid se exceden con mucha frecuencia–, los recursos de las madres no son capaces de mitigar las consecuencias adversas para la salud que implica la contaminación. Puedes correr, pero no esconderte.
Nota: Esta entrada forma parte de los resultados del proyecto de investigación PERIFACT: Desigualdades sociales en salud perinatal: factores y consecuencias (PID2019-111564RB-I00 / AEI / 10.13039/501100011033).
La contaminación del aire: una amenaza global
La contaminación ambiental es uno de los factores más claros asociados a la mortalidad y morbilidad en todo el mundo. Según algunas estimaciones, casi el 99% de la población mundial está expuesta a niveles de contaminación que ponen en peligro su salud, al aumentar el riesgo de sufrir diversas enfermedades. En los países de altos ingresos, las principales fuentes de contaminación ambiental son el tráfico y las centrales eléctricas y, en menor medida, la actividad industrial y la climatización doméstica. Estas fuentes emiten una combinación compleja de contaminantes del aire, entre los que destacan las partículas en suspensión (PM2.5 y PM10), el dióxido de nitrógeno (NO2), el dióxido de azufre (SO2) y el monóxido de carbono (CO). Los potenciales efectos adversos para la salud de estas sustancias incluyen las afecciones cardiovasculares y respiratorias, el síndrome metabólico o el cáncer de pulmón. En esta entrada nos centramos exclusivamente en el dióxido de nitrógeno, NO2, una sustancia que refleja bien la contaminación en entornos urbanos no industriales de países ricos. Madrid es una de las ciudades europeas en las que el tráfico genera mayores niveles de NO2, muy por encima de los niveles establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) e incluso a menudo de los recomendados por la UE, que son sustancialmente más laxos. Madrid es de hecho la ciudad europea que presenta la mayor mortalidad atribuible al NO2.