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24-M: ¿Cómo ha cambiado el clima electoral respecto al del 2011?

Si ahora preguntáramos a un ciudadano de cualquier localidad española qué ha cambiado en relación al contexto en el que tuvieron lugar las elecciones autonómicas y locales celebradas hace cuatros años (el 22 de mayo de 2011), es muy probable que, de forma tajante, respondiera “ha cambiado todo”. Y, posteriormente, apuntara a la aparición de nuevos actores políticos que compiten con los partidos tradicionales como el principal factor que hace que sea diferente uno y otro contexto.

El impacto que ha tenido el auge de las nuevas fuerzas políticas invita a extender el foco de atención más allá de la intención de voto a los partidos y de la fragmentación política. Por ejemplo, podemos plantearnos si ahora el electorado está más movilizado de lo que lo estaba antes de las elecciones autonómicas y locales de 2011. O si para el elector pesarán más que hace cuatro años los temas de ámbito nacional a la hora de votar.

Del análisis de los datos del CIS –y, particularmente, de las encuestas preelectorales de las elecciones autonómicas cuyo trabajo de campo se realiza antes del inicio de la campaña electoral- podemos extraer cinco conclusiones sobre las actitudes que tienen hoy los votantes respecto a las que tenían los electores hace cuatro años:

1. Hay una mayor intención (declarada) de participar en las elecciones que hace cuatro años. Comprobaremos el próximo domingo si se ve incrementada o no la participación electoral, pero en nueve de las trece Comunidades Autónomas que celebran elecciones autonómicas ha aumentado respecto a 2011 el porcentaje de electores que antes de las elecciones afirma que irá a votar con toda seguridad. Especialmente se observa un incremento de la intención de acudir a las urnas en Navarra, La Rioja y la Comunidad de Madrid (ver cuadro 1). En Baleares se ha mantenido estable la intención de participar en las elecciones autonómicas, mientras que en la Región de Murcia, Castilla y León y Extremadura se ha producido un ligero retroceso de los que se muestran claramente decididos a votar.

2. En general estos comicios se están siguiendo con un mayor interés que los de hace cuatro años. Hay grandes diferencias por comunidades autónomas y sólo en tres (Asturias, Madrid y La Rioja), el porcentaje de electores que siguen con mucho o bastante interés las noticias y temas relacionados con las elecciones autonómicas supera el 50% (ver cuadro 2). No obstante, en comparación con 2011, el interés de los votantes por estar al tanto de estas elecciones ha aumentado en nueve de las trece autonomías.

3. Hay más indecisos que antes de las elecciones de 2011, pero el incremento no es tan acusado como parece. Una de las “apreciaciones” que se ha extendido sobre los comicios del 24-M es que ha crecido de forma ingente los electores que se muestran indecisos. De acuerdo con los datos comparables del CIS, que se circunscriben a las respuesta de “no sabe todavía” a la pregunta de qué haría en caso de que se celebraran elecciones autonómicas, se observa que en nueve de las comunidades con elecciones autonómicas ha aumentado el porcentaje de indecisos, pero dentro de una tendencia de incremento moderado (con la excepción de Baleares y la Comunidad Valenciana donde el aumento ha sido más notable). En Navarra el porcentaje de indecisos se mantiene estable respecto a 2011 y ha disminuido en Aragón, Asturias y Castilla y León (ver gráfico 1). Además, hay que tener en cuenta que la cifra más alta de indecisos, con un 33,2%, la encontrábamos en 2011 en Aragón, mientras que ahora aunque Aragón sigue siendo la Comunidad donde hay un mayor porcentaje de indecisos, lo es con una cifra menor (31,2%) que en 2011.

Por último, no es descartable que lo que haya aumentado considerablemente respecto a las elecciones de 2011 no es tanto los indecisos como el porcentaje de votantes volátiles, es decir, aquellos que cambian de opinión sobre lo que van a votar de tal forma que en un sondeo pueden decantarse por un partido y en otro sondeo realizado posteriormente pueden optar por otro.

4. A pesar de que ha aumentado el porcentaje de electores que tendrá en cuenta los temas nacionales, se votará más pensando en clave autonómica que nacional (con las excepciones de Madrid y Castilla-La Mancha). En casi todas las comunidades autónomas se ha producido un descenso del porcentaje de electores que tendrán en cuenta los temas relativos a la autonomía en la que vive, mientras que ha aumentado en algunas de ellas los electores que votarán en clave nacional o teniendo en cuenta ambas cuestiones (regionales y nacionales). El caso que más destaca por el ser más diferente es el de la Comunidad de Madrid, ya que aquí se han invertido las proporciones: si en 2011 casi la mitad de los electores pensaba votar en las elecciones autonómicas teniendo en cuenta los temas regionales, ahora casi la mitad lo hará pensando en los temas nacionales (ver cuadro 3).

5. Los comicios tendrán lugar en un contexto en el que ha mejorado la valoración que tienen los electores de la situación económica, pero ha empeorado su percepción de la situación política, con la corrupción como uno de los temas estrella (ver cuadro 4). Será interesante ver el domingo cuánto pesará el voto económico, y cuánto pesará el más estrictamente político político. Veremos.

Si ahora preguntáramos a un ciudadano de cualquier localidad española qué ha cambiado en relación al contexto en el que tuvieron lugar las elecciones autonómicas y locales celebradas hace cuatros años (el 22 de mayo de 2011), es muy probable que, de forma tajante, respondiera “ha cambiado todo”. Y, posteriormente, apuntara a la aparición de nuevos actores políticos que compiten con los partidos tradicionales como el principal factor que hace que sea diferente uno y otro contexto.

El impacto que ha tenido el auge de las nuevas fuerzas políticas invita a extender el foco de atención más allá de la intención de voto a los partidos y de la fragmentación política. Por ejemplo, podemos plantearnos si ahora el electorado está más movilizado de lo que lo estaba antes de las elecciones autonómicas y locales de 2011. O si para el elector pesarán más que hace cuatro años los temas de ámbito nacional a la hora de votar.