La embajadora en Suiza reclamó al Gobierno ayuda del CNI para investigar a la delegación de la Generalitat

La acción del Estado para contrarrestar la difusión del proceso soberanista en el extranjero queda al descubierto con la documentación que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha incorporado a su petición para que la justicia decrete la paralización de tres “embajadas” de la Generalitat. En una de las notas informativas, a las que ha tenido acceso eldiario.es, aparece la embajadora en Suiza reclamando que Madrid envíe un “Consejero o Agregado de Interior” a Ginebra de forma permanente para controlar la actividad de la delegación catalana en el país helvético, entre otras funciones.

La profusión de documentos que la Abogacía del Estado ha aportado a la causa en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya incluye informaciones de carácter “reservado” que evidencian cómo el Gobierno ha accedido a comunicaciones reservadas entre la Generalitat y sus enviados a Suiza, Alemania y Reino Unido. La interceptación de esas comunicaciones internas ha provocado que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, califique esas notas como “un caso grave de espionaje” y “un escándalo democrático”.

En esos “puntos de situación”, como denomina Exteriores a las notas confidenciales, aparece la orden de Oriol Junqueras desde la cárcel para que los delegados entren en contacto con los representantes de las organizaciones eclesiásticas en los países donde ha sido destacados. También las instrucciones reservadas de la Conselleria de Interior a su delegado en Reino Unido para que se acerque a la primera ministra de Escocia o para que haga gestiones que impliquen más a Amnistía Internacional en la defensa de los políticos presos.

Otras notas informativas tienen un carácter menos reservado, pero revelan la acción diplomática española en el exterior. Reflejan la cobertura, por parte de personal diplomático, de actos públicos en favor del proceso soberanista; los encuentros entre autoridades locales y los delegados de la Generalitat; el seguimiento en redes de la actividad de éstos; o valoraciones de los embajadores españoles sobre la actividad de las delegaciones del Ejecutivo catalán.

La embajadora española en Suiza, Aurora Díaz-Rato, concluye una de sus notas, en respuesta a la petición de información que le hace Madrid sobre la delegación de la Generalitat, de la siguiente forma: “Considero que habría que estudiar la posibilidad de que el CNI nombrara a un Consejero o Agregado residente en Ginebra por la importancia creciente de los intereses en juego en el ámbito multilateral, institutos académicos, sociedad civil… alrededor de la llamada Ginebra internacional”. Díaz-Rato lamenta en la nota, de 24 de octubre de 2017, que la delegación española ni siquiera cuenta con un Agregado de Interior, puesto que suele ocupar un mando de Policía o Guardia Civil.

El trabajo discreto de los diplomáticos españoles queda al descubierto, por ejemplo, cuando el embajador en Alemania, Ricardo Martínez Vázquez, envía a Madrid un correo electrónico el pasado 6 de abril describiendo los movimientos desplegados para evitar que el Parlamento alemán apruebe una moción a favor del procés presentada por el grupo Die Linke.

“El lunes prepararemos munición verbal y escrita para todos los grupos parlamentarios y cerraré mi ronda de contactos con portavoces y representantes de todos los grupos, para evaluar la situación y frenar la moción en la medida de lo posible. En su día, en el Parlamento escocés frenamos media docena” (captura que encabeza esta información). La comisión de Exteriores, Asuntos Europeos y Derechos Humanos del Parlamento federal rechazó finalmente la proposición de apoyo a los independentistas que había propuesto Die Linke.

“El speaker no es imparcial”

speakerCarlos Bastarreche, embajador de España en Reino Unido, envió una nota informativa el 15 de febrero al gabinete del ministro Borrell con las novedades de la actividad de la delegación catalana. En uno de sus puntos explica cómo el diputado del partido galés Plaid Cymru Hywell Williams había intervenido en el Parlamento dos días antes “en favor de los enjuiciados”, en referencia a los acusados en la causa del procés.

Según su nota, Williams habría preguntado al speaker de la Cámara de los Comunes, el vehemente John Bercow, si autorizaría un debate sobre la independencia en el Parlamento británico. “Bercow respondió afirmativamente y luego pontificó acerca de las bondades del sistema parlamentario en el Reino Unido que, a deferencia del español no permitiría enjuiciarle por organizar tal debate”, escribe el diplomático español.

Bastarreche continúa: “Era justo lo contrario de lo que había ocurrido con la expresidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, a la que él había recibido en una visita previa a ese Parlamento. Bercow estuvo a favor de que el APPG (representación parlamentaria de todos los grupos) sobre Cataluña organizara una actividad en Westminster con la consejera fugada Clara Ponsatí. Se hicieron gestiones por parte de esta Embajada y el acto no tuvo lugar. La parcialidad del speaker quedó, sin embargo, claramente reflejada”.

“Hiperbolización” independentista

Estos informes de los embajadores españoles incluyen una descripción y valoraciones sobre las actuaciones de las “embajadas” catalanas que suelen acabar con la misma conclusión: las delegaciones de la Generalitat han sobrepasado el marco competencial asignado a la representación de una comunidad autónoma española. La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya debe decidir sobre la petición de suspensión de la actividad de las delegaciones a raíz del informe presentado por la Abogacía del Estado en representación de Exteriores.

Esos informes incluyen apreciaciones personales de los embajadores, como cuando el diplomático destacado en Londres escribe que el independentismo publicita una foto de Josep Costa con Lindsay Hoyle, “deputy speaker del Parlamento, y ”en fidelidad a la hiperbolización ya característica del secesionismo, fue presentada como un acto de bienvenida“ de la diputada británica.

En otra nota, Bastarreche escribe: “La Delegación catalana en Londres sustituyó el lazo amarillo por una pancarta con nombres en catalán (coinciden los nombres de las personas en prisión o fugadas de la justicia). Está situada (la pancarta) en alto, se ve poco y el público local entiende aún menos”. También alude a una cena de Catalans-Uk con Ponsatí. “Según una fuente que estuvo presente en el acto estuvo flojo. 25 personas. Hubo incluso vacío de preguntas. Mucho hastío y sensación de estar desnortados y divididos. Ponsatí no sabía ni qué contar a los asistentes. Todo muy lúgubre y funerario”.

Una de las notas incluidas en la documentación no es de un diplomático sino de la consejera de Interior María Jesús Bustos Quiñones, remitida al Ministerio del que depende y que éste, a su vez, reenvía a Exteriores. La comisaria de Policía alude a numerosos actos que se desarrollan en Alemania entre enero de 2018 y abril de 2019, en los que participa la delegada de la Generalitat en Alemania, Marie Kapretz. No pasan de ser asistencias de personal de la embajada o de la Policía española a actos públicos, información recogida de las redes sociales o transcripción de una entrevista en la radio.

Excepto en un caso, donde la comisaria escribe de algo que fecha el 30 de noviembre pasado: “Con esta fecha, se tuvo conocimiento por Fuentes Vivas (sic) que Marie Kapretz podría estar siendo muy activa últimamente en la búsqueda de contactos pudieran apoyar al independentismo catalán”. “Su delegación habría elaborado una amplia lista de políticos catalanes que podrían estar interesados en actuar como observadores internacionales durante el juicio a los políticos catalanes presos. Además, recientemente se habría entrevistado con Bertil Wenger, secretario de Política Internacional de la CDU, y, próximamente, lo hará con Katja Dorner, parlamentaria federal de Alianza 90/Los Verdes”, concluye.