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El Gobierno asegura que solo la Iglesia puede evitar que los restos de Franco terminen en la Catedral de la Almudena

Calvo admite que el Gobierno no puede impedir que Franco sea enterrado en la cripta de La Almudena

elDiario.es Política

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha admitido este miércoles que el Ejecutivo no puede impedir que los restos del dictador Francisco Franco sean trasladados a la cripta anexa a la Catedral de la Almudena de Madrid si la familia los lleva allí y la Iglesia no se opone al respecto. Los nietos de Franco plantean que ese sea el lugar al que sea trasladado el cadáver cuando sea exhumado del Valle de los Caídos.

En una entrevista en Onda Cero recogida por Europa Press, Calvo ha explicado que el Ejecutivo sólo tiene capacidad para exhumar a Franco del Valle de los Caídos, un monumento que, a diferencia de la Catedral de la Almudena, pertenece a Patrimonio Nacional. La vicepresidenta subraya que lo más importante es que los restos no reposen en un monumento público.

Calvo ha sentenciado que una vez exhumados los restos, el Gobierno se los tiene que entregar a la familia porque son “su responsabilidad”. Únicamente en caso de que la familia no se hiciera cargo de ellos, el Ejecutivo podría decidir su nueva sepultura. Situación, que de darse, no se elegiría la cripta de la Catedral de la Almudena, sino otro lugar que el Ejecutivo no revela.

Como ha contado eldiario.es, la hija de Francisco Franco, Carmen Franco, adquirió en 1987 una tumba “a perpetuidad” en la cripta de La Almudena. Es ahí donde los nietos del dictador quieren que acaben sus restos cuando sea exhumado del Valle de los Caídos, según las alegaciones que han presentado al expediente de exhumación iniciado por el Ministerio de Justicia. Se trata de un panteón con capacidad para entre cuatro y seis cuerpos, que no fue un regalo de la diócesis sino comprada por 'Carmencita' por un importe, al cambio en pesetas, de unos 150.000 euros. Otras fuentes, cercanas a la familia, rebajan la cifra, y apuntan que fue sensiblemente inferior (unos 30.000 euros al cambio).

Una de las tumbas de la cripta de la Almudena, situada en una girola a la izquierda de la entrada del templo, donde ya no hay tumbas a la venta y las que permanecen vacías están reservadas, estuvo vacía hasta que en 1998 se trasladaron allí los restos del marqués de Villaverde, yerno de Franco. El diciembre pasado, Carmen Franco fue enterrada allí junto a su esposo y, ahora, los nietos del dictador pretenden que su abuelo (y, posiblemente su mujer, Carmen Polo, hoy enterrada en Mingorrubio, un cementerio privado sufragado por Patrimonio Nacional) haga lo propio debajo de un templo que fue inaugurado en 1993 por Juan Pablo, convirtiéndose en la primera catedral del mundo bendecida por un Papa.

La jugada de los nietos de Franco de optar por la cripta para que reposen los restos de Francisco Franco parece factible. La decisión, legal y que acataría el decreto ley aprobado por el Gobierno el pasado mes de agosto, ha suscitado la preocupación en el arzobispado de Madrid, que teme que el templo pueda convertirse en un mausoleo del dictador o, cuando menos, un lugar de peregrinación de nostálgicos del régimen. Algo que también admite el Gobierno, que no obstante recuerda que el objetivo principal es que el dictador salga de Cuelgamuros.

La posibilidad de que acabara en La Almudena la tenía ya en mente la diócesis cuando, el mismo día en que el Ejecutivo anunció el comienzo del proceso para la exhumación del dictador, la Iglesia de Madrid emitía un comunicado en el que se comprometía a cumplir con la legalidad, y apostillaba: “Como Iglesia no nos compete valorar la conveniencia ni la urgencia de la modificación legal; sí mostrar nuestra efectiva disposición para acoger en terreno sagrado los restos mortales de un bautizado”.

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