PSOE, PP y Vox ponen a más hombres y menos mujeres como cabezas de lista para el 10N que en las últimas elecciones
La noche electoral del 28 de abril dejó unos resultados que sirvieron para formar el Congreso más paritario de la democracia: el 52,6% de los escaños estaban ocupados por hombres y el 47,4%, por mujeres. Este porcentaje era el dato más elevado desde que volvió la democracia.
Está por ver si los comicios del 10 de noviembre igualan, mejoran o empeoran este registro. Por el momento, un análisis de las listas electorales confirmadas por los partidos muestra que el PSOE, PP y Vox han aumentado el número de hombres y disminuido el de mujeres en sus cabezas de lista respecto a ese 28A. Por contra, Unidas Podemos y Ciudadanos han feminizado más sus primeras posiciones.
Los seis grandes partidos a nivel nacional (incluyendo a Más País) presentan más hombres que mujeres encabezando las candidaturas para los próximos comicios. Vox es el más masculinizado, presenta 12 mujeres y 40 hombres liderando sus listas.
En el caso de los socialistas, pasan de tener 22 mujeres encabezando sus listas (el 42%) a 20 (el 39%) en los próximos comicios. El PP, sin incluir el candidato de Navarra Suma, se deja a tres mujeres en estos seis meses de legislatura: pasa de tener 23 (45%) a 20 (39%). Y Vox reduce aún más su presencia de candidatas para estas elecciones. Si el 28A solo presentó a 13 mujeres como cabezas de listas, en estos comicios apenas presentará 12.
Por contra, Unidas Podemos sitúa a 24 mujeres como cabezas de lista, dos más que en las anteriores generales. Ciudadanos también aumenta el número de mujeres en las primeras posiciones: pasa de las 20 en las elecciones de abril a 21 en los próximos comicios. En todos los partidos el porcentaje de mujeres aumenta en los segundos, terceros y cuartos puestos, donde ya eran mayoritarias en las anteriores elecciones.
La politóloga Berta Barbet señala que las elecciones del 28 de abril tuvieron lugar con la movilización del 8M aún muy próxima y con sus reivindicaciones en la agenda. Este 10N marzo queda más lejos y el feminismo parece que también. “Estamos más con Cataluña y los pactos, y quizá otros temas están menos en la agenda. Algunos asuntos parecen desplazarse más rápido que otros y esto pasa más con el feminismo o el medio ambiente, por ejemplo. Hay que insistir siempre en que estén más en la agenda de los partidos”, explica.
La Ley de Igualdad de 2007 exige que en el conjunto de cada lista la presencia de mujeres sea de al menos el 40%. La legislación solo obliga a los partidos a tener dos mujeres por cada tramo de cinco puestos y no exige una paridad en la posición de salida de los candidatos.
En este sentido, Vox no solo es el partido más masculinizado en cuanto cabezas de lista, sino que sitúa a las mujeres en las últimas posiciones por cada tramo de cinco puestos, según el análisis de las listas. De esta manera, la formación de Santiago Abascal prioriza a hombres en primeros, segundos y hasta terceros puestos y pone a las mujeres por detrás.
El efecto de esta masculinización de los primeros puestos es, de entrada, que las mujeres tendrán menos posibilidades de entrar al arco parlamentario, ya que el primer puesto es, en algunas provincias, el único asegurado. Barbet subraya que este efecto es especialmente significativo en circunscripciones pequeñas en las que solo tiene opción de salir un diputado, “por lo que si los líderes son hombres serán ellos los que salgan”.
Precisamente, en la mayoría de provincias los votantes tendrán más listas lideradas por hombres que por mujeres. En concreto, los electores de 42 provincias tendrán más probabilidades de votar a candidaturas lideradas por hombres que por mujeres. Galicia, la excepción a la regla: más candidatas encabezando listas en 3 de sus 4 provincias.
En estos comicios, el uso de las listas cremallera será una excepción: solo el PSOE ha mantenido una alternancia estricta ente hombres y mujeres en sus candidaturas. Una cremallera que los socialistas solo se han saltado en tres posiciones (en las provincias de Madrid y Asturias) para asegurar que algunas de las ministras del Gobierno estén en puestos donde serán elegibles con seguridad. En este caso, esa transgresión de la lista cremallera es para favorecer a mujeres.
Frente a las listas cremallera están los sistemas de Vox y PP, que dejan a las mujeres para los cuartos y quintos puestos de sus listas. Entre las tres primeras posiciones de las formaciones conservadoras, los hombres son mayoría.
La politóloga apunta al efecto, no solo de representación, sino también de imagen pública: “Si los cabezas de lista son hombres serán los que más participen en actos públicos y figuren. Eso reforzará la idea de que la política es una cosa de hombres, que los líderes son hombres y la figura de las mujeres es secundaria”.