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Ruanda conmemora el 24 aniversario del genocidio tutsi
Ruanda conmemoró hoy el 24 aniversario del genocidio tutsi con un acto encabezado por el presidente del país, Paul Kagame, quien aseguró que la semilla de la matanza -en la que unos 800.000 tutsis y hutus moderados murieron en sólo cien días- fue plantada por “extranjeros”.
“La semilla del genocidio fue plantada entre los ruandeses por extranjeros, gente de fuera, y mientras recordamos, insto a los ruandeses a ser conscientes de esta malvada historia para que evitemos repetirla con la construcción de instituciones democráticas fuertes que promuevan la unidad”, señaló el presidente.
“Recordar significa recordar la verdad”, agregó.
Kagame dijo que, a pesar de esa historia dolorosa, los ruandeses pueden trabajar para construir una nación de la que sentirse “orgullosos”.
La conmemoración del genocidio de 1994 comenzó con el encendido de una llama conocida tradicionalmente como “Urumuri Rutazima”.
“Esta es la luz, la luz del recuerdo, la luz de la vida, el espíritu de Ruanda que nunca muere”, recitó un grupo de jóvenes durante el encendido.
El muftí (jurisconsulto musulmán) Sheikh Salim Hitimana encabezó una oración antes de que Kagame y la primera la dama depositaran una corona funeraria en la fosa común del Memorial del Genocidio en Kigali, donde fueron enterrados los restos de más de 250.000 personas.
Antes del discurso del presidente también hubo una presentación sobre cómo ocurrió el genocidio contra los tutsis y un minuto de silencio.
Desde el monumento, el público inició una caminata hasta el estadio nacional Amahoro donde se celebrará una noche de vigilia.
También la Unión Africana (UA) tuvo un mensaje especial de recuerdo, enviado en un acto en la embajada de Ruanda en Etiopía por el presidente de la Comisión del bloque, Moussa Faki.
Según un comunicado enviado por el organismo, Faki consideró que la comunidad africana siempre estará “marcada por este horrible crimen” y que el recuerdo es “un imperativo” para hacer justicia a las víctimas y no volver a repetir los hechos.
Por otra parte, el líder del opositor Partido Democrático de Ruanda (DGPR), Frank Habineza, ha acusado al Gobierno de falta de apoyo a los supervivientes del genocidio, especialmente a las víctimas de violación, a los niños y jóvenes nacidos de estos crímenes y a las mujeres divorciadas.
“DGPR quiere aprovechar esta oportunidad para llamar al gobierno y sus socios a hacer más esfuerzos en los programas sociales y económicos para apoyar a las víctimas”, señaló Habineza en un comunicado difundido la víspera de las conmemoraciones.
El líder opositor argumentó que la mayoría de los supervivientes no alcanzan a llevar una vida con las necesidades básicas cubiertas y que es necesario también mejorar en educación ya que hay estudios de 2016 que revelan la prevalencia mayoritaria de la ideología del genocidio entre los jóvenes.
La masacre de 1994 supuso el exterminio de entre el 20 y el 40 por ciento de la población de Ruanda, entonces el país más densamente habitado de África, con siete millones de personas.
El 70 por ciento de las víctimas mortales fueron tutsis, asesinados por extremistas hutus tras la muerte del presidente ruandés, Juvenal Habyarimana, cuando el avión en el que viajaba fue derribado el 6 de abril de 1994 poco antes de aterrizar en el aeropuerto de Kigali.
El asesinato de Habyarimana (de la etnia hutu, mayoritaria en Ruanda), muerto junto al presidente de Burundi, Cyprien Ntaryamira, que lo acompañaba, fue el detonante de la matanza colectiva iniciada por hutus radicales y aún hoy día continúa siendo un misterio.
Tras el genocidio, en el que también perecieron numerosos hutus moderados, tomó el control del país el Frente Patriótico de Ruanda (RPF), milicia que entonces lideraba el actual presidente, el tutsi Paul Kagame, a quien una investigación francesa culpó en 2006 de la muerte de Habyarimana, aunque él siempre lo ha negado.
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