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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Vox torpedea en Murcia el primer gobierno autonómico de las tres derechas tras el 26M y extiende la amenaza sobre Madrid

El negociador de Vox en Murcia Luis Gestoso.

Iñigo Aduriz

Vox ha consumado finalmente su amenaza en la Región de Murcia y ha echado por tierra la primera oportunidad de que las tres derechas –PP y Ciudadanos y la formación de extrema derecha– unieran sus fuerzas para la formación de un Gobierno autonómico después de las elecciones del 26M.

El partido de Santiago Abascal volvió este jueves a votar que 'no' a la investidura del popular Fernando López Miras como presidente murciano en segunda votación –hubo 22 síes frente a 23 noes–, tras tumbarla también el martes en la primera. Ahora, los tres partidos tienen cerca de dos meses, hasta el 31 de agosto, para negociar una nueva investidura.

Tal y como explicó al final del pleno el portavoz de Vox, Juan José Liarte, el acuerdo puede llegar en las próximas semanas dependiendo de la postura que mantenga la dirección de Ciudadanos: “Vamos a tener un gobierno pronto si la dirección en Madrid permite actuar con libertad a los responsables en la Región de Murcia. Hasta el último día, último minuto, mi mano estará tendida”, zanjaba.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, máximo jefe de las negociaciones de su partido con Ciudadanos y Vox, se desplazó este jueves por la mañana hasta Murcia para tratar de asegurarse el voto favorable de la extrema derecha facilitando una reunión a tres, una de las exigencias de la formación de Abascal para apoyar la investidura de López Miras. No lo consiguió.

Tras cinco horas de reunión, los representantes de Vox, capitaneados por el negociador del partido Luis Gestoso, se levantaban de la mesa al no considerar cumplidas sus exigencias y después de que desde Ciudadanos su exportavoz parlamentario Juan Carlos Girauta insistiera en que su partido no se sentaba con Vox a “negociar un acuerdo programático” sino que se trataba únicamente de una reunión “para tomar café”. Esta expresión no sentó nada bien a la dirección nacional del partido de extrema derecha que, de inmediato, ordenó a sus interlocutores en Murcia que abandonaran la cita con PP y Ciudadanos. 

El encuentro se producía en plena batalla entre las tres derechas y después de un agrio cruce de insultos y declaraciones que ahondó en la desconfianza entre los partidos de Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, a pesar de que están condenados a entenderse para una hipotética segunda sesión de investidura en Murcia en los próximos meses, así como para formar el Gobierno de la Comunidad de Madrid con la popular Isabel Díaz Ayuso como presidenta.

Fuentes del PP en Madrid se confesaban preocupadas poco antes de que se rechazara la reelección de López Miras: “Si Murcia no sale, a temblar, eso quiere decir que seguimos [las negociaciones] en julio”, informa Sofía Pérez Mendoza.

“Han llegado para pedir cargos”

Este mismo jueves, el PP lanzaba toda su artillería contra Vox como medida de presión para intentar que la extrema derecha apoyara a López Miras. En un carrusel de entrevistas –tres en menos de una hora, en TVE, la Cadena Ser y Antena 3– el vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto, cargaba con dureza contra la formación de Abascal, un partido que, a su juicio, “ha llegado a la política para pedir cargos”.

“Pero lo que realmente abochorna es que Vox vote con Podemos y el PSOE para que no haya un Gobierno de centro derecha”, aseguraba, haciendo alusión a la primera votación de la investidura de López Miras del martes, en la que la extrema derecha votó en contra.

A Maroto le respondía a través de Twitter el propio líder de Vox, Santiago Abascal. “Vox no facilitará nunca los gobiernos de la izquierda frentepopulista. Esta es la gran verdad olvidada o escondida por quienes pretenden chantajearnos desde las portavocías y los medios acólitos de la derechita cobarde y la veleta naranja”, sostuvo el líder de la formación de extrema derecha.

Para él “la actitud de Cs es una mezcla de la que durante años han mantenido los nacionalistas (el chantaje) y la que mantiene la izquierda (el ”cordón sanitario“). Y no vamos a convertirnos en sus cómplices para estigmatizar y humillar a nuestros propios votantes”, afirmaba. “Pero la actitud del PP es incluso peor. Al no denunciar el chantaje de Cs, y mantener una posición de equidistancia entre los chantajistas y los que deseamos llegar a acuerdos, está anteponiendo el cálculo electoral al bien común, y a eso hay que sumarle que en el PP se enorgullecen de haber hecho trampas a Vox en los ayuntamientos y de incumplir sus acuerdos, cuando en realidad han hecho trampas y engañado (una vez más) a sus propios electores”.

Unas exigencias llevadas “al límite”

El ambiente entre las tres derechas comenzó a caldearse el miércoles, cuando Fran Hervías, secretario de Organización de Ciudadanos, acusó a Vox a través de un tuit de aliarse con PSOE y Podemos para “paralizar las instituciones”. El partido de extrema derecha contestó a ese ataque con un tuit lleno de insultos hacia Rivera, en el que la formación extremista volvió a acusar a Ciudadanos de estar a las órdenes del presidente francés, Emmanuel Macron, y en el que les retaban a pactar con el PSOE si no quieren sentarse con ellos. Y los de Rivera volvían a contestar con ironía.

En su papel de mediadior, el PP llegó a publicar un tuit desde la cuenta del partido en la Comunidad de Madrid: “¿Qué tal si dejamos de insultar y trabajamos para que el socialismo no gobierne en Madrid? ¿No será eso lo que quieren los madrileños?”. Poco después lo borraron.

La formación de extrema derecha había llevado al límite sus exigencias en la Región de Murcia. En un documento fechado el pasado 26 de junio, condicionó su apoyo al acuerdo de Gobierno alcanzado por PP y Ciudadanos a que, entre otras medidas, se eliminaran las leyes LGTBI de la comunidad y las tres derechas apoyaran la “deportación de los inmigrantes ilegales”.

Vox siempre exigió “una negociación visible, transparente y simultánea de los tres partidos”, lo que implicaba la participación de Ciudadanos en la mesa, algo que finalmente sí sucedió, aunque sin éxito, este jueves. No admitieron “cordones sanitarios” y aseguraron que no apoyarían “a nadie que insulte, margine o menosprecie” a sus votantes o que trate de marginarles “en cualquier negociación para formar gobierno”.

Derogar leyes LGTBI y “expulsar” inmigrantes

Para apoyar la investidura de López Miras, el partido de extrema derecha puso sobre la mesa una serie de propuestas que giran en torno a tres ejes: “Libertad”, “Economía e Impuestos” e “Inmigración”. Vox Murcia pidió libertad para los padres para elegir el centro educativo de sus hijos, proteger desde la escuela los símbolos nacionales y estudiar la “aportación de España a la civilización como elemento clave de la Historia Universal”.

La formación también exigió en este apartado “la derogación de la ley autonómica de igualdad social LGTBI” porque “vulnera los derechos fundamentales contenidos en la Constitución de libertad de educación, de expresión y de comunicación”. Los de Abascal tampoco olvidaron su oposición a la Ley de Memoria Histórica y pidieron su eliminación por fomentar “la división entre españoles”, así como apartarla de las aulas de los colegios. La Región de Murcia no tiene una ley de Memoria Histórica, como sí tienen otras comunidades autónomas.

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