El rotundo fracaso cosechado por Vox en las recientes elecciones en Galicia, donde de nuevo no lograron sacar representación parlamentaria, no ha desanimado a Santiago Abascal. De puertas afuera, el líder de la extrema derecha española intenta demostrar que afronta las próximas citas con las urnas con mucha moral. Pero la realidad es que en el cuartel general de Vox hay vértigo ante esas inminentes elecciones –vascas y europeas–, en las que Abascal se juega mucho.
En las vascas del 21 abril, que serán las primeras, Vox confía en mantener al menos el escaño por Álava que logró hace cuatro años con Amaia Martínez Grisaleña como aspirante a la lehendakaritza, como apuntan algunas encuestas. Pero en donde han puesto todas sus esperanzas es en las elecciones europeas del nueve de junio en las que aspiran a crecer aprovechando el auge de la extrema derecha en toda Europa, una realidad de la que hace tiempo que están alertando los partidos de izquierda. No en vano Abascal está buscando el aliento de otros dirigentes de su misma cuerda, que le están dando públicamente su apoyo para que Vox sobreviva en Europa y pueda seguir difundiendo la “alternativa patriótica” que proclaman por el viejo continente. Un apoyo que el líder de Vox ya consiguió en la campaña electoral de las pasadas generales del 23J en las que no faltaron videoconferencias de los líderes ultraderechistas, como la italiana, Giorgia Meloni, el húngaro, Viktor Orbán, o el de Polonia, Mateusz Morawiecki, además de los líderes latinoamericanos firmantes de la Carta de Madrid.
“Queridos amigos, ha llegado el tiempo de los patriotas. En Italia, como en Finlandia, Suecia, Polonia y la República Checa, hemos demostrado que los patriotas podemos gobernar y contribuir al aumento de la prosperidad de su gente”, arengó Meloni telemáticamente en un mitin en València. El batacazo de Vox en esas elecciones enfrió el entusiasmo de la familia ultraderechista. No obstante, posteriormente, muchos de estos mismos líderes volvieron a dar aliento a Abascal el día de su nueva proclamación como líder de Vox en una asamblea extraordinaria sin rivales y sin votación de la militancia.
Apoyo de Trump y Milei desde Washington
Hace unos días Abascal acudió a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), la gran convención anual de la derecha más tramontana estadounidense que se celebró entre el 21 y el 24 del pasado mes de febrero en localidad de National Harbor (Maryland), a las afueras de Washington D.C. Allí, Abascal tuvo la oportunidad de intercambiar impresiones durante unos minutos con el aspirante republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, anfitrión del evento, al que a su vez dio apoyo en su campaña para competir contra Joe Biden por la presidencia de EEUU. Al finalizar, Abascal se hizo unas fotos con el republicano y con el presidente argentino, Javier Milei –que no faltó a la cita–, que se apresuró a subir después a las redes sociales.
Según explicó posteriormente el partido, con Trump habló unos15 minutos sobre “el fortalecimiento de las fronteras frente a la inmigración ilegal”, así como sobre “la soberanía de las naciones frente al globalismo” y “la protección de familia y la vida frente a la ideología de género y la cultura woke”, término que utiliza Abascal para referirse a los movimientos progresistas en términos despectivos. Son tres temas en los que coinciden todos los partidos de la ultraderecha junto a lo que denominan “la dictadura climática” que en España ven encarnada en la Agenda 2030 que, según lamenta el líder de Vox, apoyan tanto el Gobierno del PSOE como el PP de Feijóo. A estos asuntos Vox añadió el “firme compromiso” de los dos dirigentes políticos “por la inversión en Defensa”.
Trump: Abascal gobernará “muy pronto” en España
En su discurso Trump regaló los oídos del líder Vox y dijo que estaba “encantado” de haberle conocido, felicitándole por el “progreso” que había logrado para Vox. “Han progresado mucho y será el número dos y el número uno muy pronto. Parece que eso es lo que estoy leyendo”, vaticinó Trump, sin tener en cuenta que el partido perdió en las últimas elecciones generales de 2023 19 escaños de los 52 que logró en 2019 y acababa de fracasar también en las gallegas.
Por su parte, Abascal hizo suyo el eslogan de Trump, “Make America Great Again” (hacer Estados Unidos grande de nuevo) y afirmó que su objetivo era “hacer a España grande de nuevo”. En su intervención no tuvo reparos en atacar a la Universidad de Salamanca, una de las más prestigiosas del mundo, a la que acusó de ser “la punta de lanza del totalitarismo que viene” y “una máquina de censura, coacción, adoctrinamiento y antisemitismo” como otras universidades históricas como “Bolonia o Harvard” que a su juicio “han declarado la guerra al sentido común la verdad, el lenguaje y a la biología”.
“Queremos universidades que sean templos del saber, de la libertad de pensamiento, de la transmisión de conocimiento y no queremos comisarios perturbados que inventen géneros, que perviertan la inocencia de los menores, que reescriban la historia o que promuevan ideologías criminales”, añadió.
Sus comentarios desataron la indignación del rector de la Universidad salmantina Ricardo Rivero, que acusó a Abascal de tener “una irresponsable ignorancia” sobre la vida institucional de las universidades. “Quien insulta desde la falta de información a nuestra universidad demuestra poco aprecio por la imagen internacional de España”, le reprochó en un comunicado. Unas criticas a las que se sumó también el PP de Castilla y León, partido con el que gobierna Vox, al considerar sus opiniones “una barbaridad”.
Sus buenas relaciones también con el argentino Milei
Hace apenas unos meses, en diciembre de 2023, Abascal viajó hasta Argentina para asistir a la toma de posesión como presidente de Javier Milei, que lidera otra formación de similar tinte ideológico a Vox, La Libertad Avanza. El dirigente de extrema derecha español aprovechó la presencia en aquel acto del húngaro Orbán para intercambiar con él impresiones de cara a la preparación para las elecciones europeas. Orbán, que también mantuvo un encuentro con expresidente brasileño Jair Bolsonaro, no dudó en pronosticar luego en su cuenta de X, en la que publicó una foto estrechando la mano a Abascal, que “los vientos de cambio son fuertes en Europa” tras desvelar que los dos habían tenido “una gran discusión” sobre esos comicios. El mandatario húngaro remató su mensaje con un entusiasta “Viva Vox”, lo mismo que suele gritar Milei aunque acompañado de un “carajo”.
A finales de enero de 2022 Abascal hizo de anfitrión en Madrid de una Cumbre de la ultraderecha europea que, como Vox publicitó, tenía como fin reunir a “patriotas de toda Europa en defensa de nuestros valores comunes, nuestras fronteras y nuestra soberanía”. El encuentro, que se realizó a puerta cerrada en un hotel de la capital –en el que la formación de extrema derecha negó como de costumbre la acreditación a varios medios de comunicación–, fue una continuación del celebrado en diciembre del año anterior en Varsovia. Como principales estrellas, viajaron a la capital de España la francesa Marine Le Pen, líder de Reagrupación Nacional; el primer ministro húngaro Orbán, y su colega polaco, Mateusz Morawiecki, fijos en este tipo de foros. Abascal volvió a presumir en las redes de su compañía.
Al finalizar la cumbre, de cuyo contenido transcendió muy poco, el responsable entonces de Acción Política y eurodiputado de Vox, Jorge Buxadé improvisó unas declaraciones en la puerta del hotel. Dado que acababa de estallar la guerra de Rusia contra Ucrania los líderes de la extrema derecha, con posiciones encontradas sobre el apoyo a Putin, se limitaron a conjurarse para “trabajar para garantizar que las naciones de Europa actúen solidariamente ante la amenaza de agresiones externas”, apostado por que cada país tenga “una voz fuerte y solidaria para preservar la paz, la integridad territorial y la inviolabilidad de las fronteras” frente al fracaso de la diplomacia comunitaria.
Pese a coincidir en sus mensajes, la extrema derecha ha fracasado en su intento de crear un solo grupo en el Parlamento Europeo y está repartida en dos: el de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) [partido que surgió en 2009 y del que Buxadé es vicepresidente], en el que está Vox y también la italiana Georgia Meloni; e Identidad y Democracia (ID), en donde se encuentran las formaciones de la francesa Marine Le Pen y del italiano Matteo Salvini.
Fichaje de algún independiente
En las pasadas europeas, celebradas hace cinco años, Vox logró cuatro eurodiputados: Jorge Buxadé, que encabezó la candidatura; Hermann Tertsch; Margarita de la Pisa, y Mazaly Aguilar. Al ser circunscripción única, eso les benefició, y el partido, que acababa de aterrizar por entonces en el Congreso con 24 diputados, lo consideró todo un “éxito” dado que en aquellos años apenas tenían implantación ni estructura orgánica por el país.
Abascal todavía no ha desvelado la lista para esos comicios pero fuentes del partido aseguran que, salvo “sorpresa mayúscula”, Buxadé repetirá como cabeza de cartel, pese a que no habla idiomas –algo sorprendente para un dirigente político que tiene que desenvolverse en Bruselas y Estrasburgo–, y pese a haberle quitado galones dentro de su nueva Ejecutiva de la que era vicepresidente y ahora es solo vocal. El jefe de la delegación de Vox en Europa, de hecho, ha empezado ya a hacer actos de precampaña y la semana pasada dio su primer mitin en Alicante dentro de una gira por todo el Levante español y Andalucía.
La sorpresa de esa candidatura podría estar en el posible fichaje del periodista Luis del Pino, que acaba de abandonar esRadio, la emisora de Federico Jiménez Losantos, muy crítico con Vox, para incorporarse a El Toro TV [cuyo dueño es el exdiputado del PP, Julio Ariza], donde a partir del 1 de abril dirigirá un programa matutino en Radio Libertad con el que pretende competir con Es la Mañana de Federico. Losantos y Ariza llevan enfrentados muchos años.
Del Pino ha sido uno de los principales defensores de la 'teoría de la conspiración' de los atentados del 11M que cuestionan que fueran cometidos por terroristas yihadistas -como está probado- y atribuyen a ETA. Fuentes conocedoras de esos “deseos” de Abascal aseguran que, si finalmente cuaja la idea, el fichaje del periodista -como hizo en 2019 con Hermann Tertsch- sería “un bombazo” dado el gran predicamento que el comunicador tiene en redes sociales entre el electorado de la derecha más radical.
En el partido se da como “muy probable” que en la lista esta vez no esté Mazaly Aguilar, una histórica de Vox considerada una 'rebelde' a la que nunca le ha gustado doblegarse ante las imposiciones internas de la dirección. Aguilar, que domina varias lenguas y es experta en agricultura, fue vicepresidenta segunda de la formación de extrema derecha cuando Abascal fue nombrado presidente tras el portazo que dio Alejo Vidal-Quadras al poco tiempo de su fundación. Fuentes que conocen la situación de la eurodiputada confirman a esta redacción que Buxadé la ha estado marginando y no la quiere a su lado ya que ambos han mantenido muchos encontronazos desde que llegaron al Parlamento Europeo.
Durante la campaña Vox va a explotar –y exportar– al máximo temas nacionales que afectan también a Europa, como las protestas de los agricultores, ya que creen que las políticas de Bruselas y la “agenda globalista” les están arruinando; tampoco soltarán el hueso de la ley de amnistía y la situación jurídica de Puigdemont, contra quien el Tribunal Supremo ha decidido abrir una causa por terrorismo. Y, por supuesto, no se olvidarán del 'caso Koldo' y el supuesto uso irregular de fondos FEDER para pagar la compra de mascarillas durante la pandemia.
A eso sumarán la feroz campaña que ha redoblado Vox contra los inmigrantes a los que vincula con todo tipo delitos cometidos en nuestro país: desde robos, okupaciones de viviendas, crímenes y violaciones. El partido de Abascal ha celebrado el anuncio de Trump, que ha prometido una oleada de expulsiones masivas de migrantes y una gran “operación de deportaciones” en caso de ganar nuevamente la presidencia de Estados Unidos.