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La abdicación del rey dificulta la estrategia de Madina para dirigir el PSOE

La abdicación del rey Juan Carlos cogió a todos por sorpresa en el PSOE, menos a Alfredo Pérez Rubalcaba y a Susana Díaz. Eduardo Madina, sin embargo, se enteró de la noticia al mismo tiempo que el resto y con su estrategia para aspirar al poder en Ferraz ya en marcha. La decisión del rey ha puesto a Madina en una tesitura incómoda.

Cuando todo estaba previsto para que el debate en el PSOE copase todas las portadas, los movimientos de Zarzuela han dejado esa lucha en un segundo plano. Madina, republicano convencido, ha reaccionado tomándose un tiempo y aplazando cualquier movimiento. En su entorno aseguran que tiene la decisión tomada pero antes tendrá que bregar con la reunión que su grupo parlamentario ha convocado para el martes y en la que el PSOE comunicará a sus diputados que están obligados a votar lo que la dirección ha designado. Madina es el número dos del aparato socialista en el Congreso. Hasta solventar ese trámite, la lucha de poder en el PSOE deberá esperar.

Tan pronto se conocieron las intenciones del rey, todas las miradas se pusieron en el ámbito socialista. Rubalcaba pronto dejó claro que su partido apostaba por garantizar el orden constitucional y el relevo tranquilo en la Corona. Desde la dirección socialista, apenas hubo referencias sobre el desgaste de la Casa Real por escándalos como el Caso Nóos, la cacería en África o los rumores de amistades especiales con la princesa Corinna. Paralelamente, las voces reclamando un referéndum se extendían de tal modo que incluso algunos barones socialistas (en Galicia y Baleares) participaron de la reclamación de un referéndum previo al relevo en Zarzuela.

En una de sus primeras apariciones públicas tras conocerse la noticia, Madina aseguró que “parece claro que hay un debate en la calle”. El político vasco recordó, en declaraciones a la SER, que la decisión real venía precedida de un desgaste evidente en la monarquía pero fijó su postura con la mirada puesta en la reforma constitucional que en su día ponga el PSOE sobre la mesa.

La estrategia de Rubalcaba es más rotunda que la del posible candidato a su relevo. Esta circunstancia obligará al diputado vasco a participar en una reunión del grupo parlamentario que se prevé tensa y en la que la dirección del PSOE exigirá que todos sus diputados se atengan a la disciplina de voto. Dicho de otro modo, en la reunión del martes todas las miradas estarán puestas en lo que diga Madina a sus compañeros sobre lo que muchos califican como la noticia de la década.

El número dos del grupo parlamentario del PSOE asume esa votación convencido de que no se está sometiendo a escrutinio el favor hacia la monarquía o la república, por mucho que alguno de sus compañeros lo haya entendido así.

La coyuntura marcada por Zarzuela incomoda a Madina porque le sitúa en el perfil de hombre del aparato. Esa imagen no beneficia su estrategia de aspirar al poder del PSOE frente a una Susana Díaz a la que la práctica totalidad de los barones ha apoyado antes incluso de que ésta declarase su intención de presentarse. A Madina le resultará complicado articular un discurso frente al aparato, mientras se retrata como parte indisoluble del mismo. Mientras tanto, Susana Díaz no tiene problemas en alinearse con las posturas más promonárquicas desde su posición privilegiada de la presidencia andaluza.

Fuentes del grupo parlamentario socialista, consultadas por eldiario.es, se muestran convencidas de que en la reunión del martes “la sangre no llegará al río y tan solo habrá algunas voces discordantes de la postura general”. Estas mismas fuentes aluden a la cita de San Ignacio de Loyola para asegurar que “en tiempos de tribulación, no hacer mudanzas”. Sin embargo, una parte del PSOE clama por políticas que recuperen la conexión con la ciudadanía. Ése es básicamente el discurso de Madina, a quien el rey ha alterado su estrategia.