Albert Rivera quería un hermano de pequeño pero tuvo un gato
Estoy decepcionada: anoche, en una nueva entrega de 26J Quiero gobernar, el programa de Tele 5 producido y presentado por Ana Rosa Quintana, Albert Rivera no tocó el tema Venezuela. Apenas una mención de nada. Y yo necesito mi dosis, me he dado cuenta. Dicho esto, vamos a ver cómo fue el asunto.
Para los que no hayáis visto el nuevo formato (ni el del martes con Pablo Iglesias ni el de ayer con Rivera) porque preferisteis deleitaros con la hermosura de Jon Kortajarena, que estaba a la misma hora en El Hormiguero, en Antena 3, que sepáis que el programa consiste en que Ana Rosa sienta a cinco niños elegidos al azar entre los millones de pequeños españoles repartidos en las 17 comunidades autónomas, para que todos juntos interactúen con el líder de una formación política. Ayer le tocó a Rivera. Dura media hora. Media hora en la que, acompañada (afortunadamente) por Twitter constaté que un día va a explotarme la cabeza si tengo que seguir viendo a niños en la tele cantando, bailando, cocinando, contando chistes, o haciendo el pino puente.
Yo personalmente no necesitaba periodistas en miniatura, pero en fin. La tele es así, todo el día innovando, todo el día buscando formatos arriesgados, comprometidos y sobre todo diferentes, todo el día buscando el bien común, satisfacer al espectador, aumentar su nivel, cuidar su inteligencia…
El caso es que los niños elegidos al azar entre los millones de pequeños españoles eran bastante pro Ciudadanos, lo cual está bien, porque así todo es guay y amable y eso. Y pasas un ratito divertido, oye, que ya está bien de programas políticos sesudos y sosegados donde hay tiempo para exponer tus ideas y contrastarlas y argumentar y refutar argumentos.
Ante sus ocurrencias se oyen risas y aplausos pero no se ve a la gente que se ríe ni que aplaude porque esa gente no aparece. No está ahí. Así que entre eso y ese salón un poco como de teatro, te da la impresión de que estás en un gag de esos de Escenas de matrimonio que hacía el inefable José Luis Moreno. Pero entonces te fijas en la pizarra que está detrás del líder, donde el abecedario sigue mal escrito, con la N antes de la M (no me voy a cansar de decirlo, que lo sepáis) con su solecito y su arco iris, y dices, no, no, estoy en una entrevista con niños al líder de Ciudadanos. Lo normal, vamos.
Albert estuvo francamente encantador y consiguió que el programa fuera, como el martes, TT. Eso gusta mucho a las cadenas, que lo sepáis también. Ana Rosa también estaba contenta. Los niños, mega simpáticos, le dijeron a Rivera que era guapo, le preguntaron cómo se llamaba su novia, supieron reconocer al Pequeño Nicolás en una foto que les enseñó Ana Rosa… Le preguntaron si iba a prohibir los toros, que como todo el mundo sabe es un tema candente que a los niños de ocho años les preocupa mogollón en este país. Hay visitas guiadas a los cosos taurinos. Y Albert contestó que a él no le gustan, pero que, oye, libertad, que cada uno disfrute con lo que quiera. Muy Ciudadanos, vaya, como no podía ser de otra manera.
Llegó la sección Juego de niños que consistía en que Albert les enseñaba una foto que él no podía ver y ellos tenían que explicarle lo que era y él tenía que adivinarlo. La primera foto era una urna. Albert lo adivinó a la primera cuando la mayor de las niñas, le dio algunas pistas: “es una caja para meter las papeletas”.
Otro de los pequeños, que está interno en un colegio inglés, le preguntó si le preocupaba que ese idioma se enseñara mejor en las escuelas. Rivera dijo que sí, que cómo no, que “saber idiomas siempre va bien”.
Y entonces llegó el momento que yo había anhelado el martes con Iglesias: momento Juan y Medio con niños andaluces que cantan. Lo que pasa es que no salió el presentador (cosa que no entiendo, porque tengo la impresión de que podrían ser buenos amigos los dos) pero sí hubo niña, Tina, una andaluza que se arrancó a cantar flamenco: una canción de una tal Sarayma (alguien lo celebró en Twitter).
Hubo frases inmensas pronunciada por esos adultos del futuro como “para gobernar tú no puedes ir por ahí con coleta” dicha tras alabar las sendas corbatas que lucían en una foto Rivera y Pedro Sánchez. O esta otra: para ir a ver al rey, traje, y para la playa chanclas. Que lo que está bien, está bien siempre.
Y así, en esa plácida y distendida media horita supimos que Albert habría querido tener hermanos, (es hijo único), que tuvo un gato de pequeño, que es despistado y que no es puntual (que fueron los dos grandes defectos que destacó en un vídeo Inés Arrimadas, compañera de partido). Ah, y que su novia, que es muy guapa, se llama Beatriz.
Al líder de Ciudadanos le fascinó Pablo Gomáriz, ese pequeño de 7 años que sale convertido en un clon del entrevistado. Hice una búsqueda rápida y descubrí que tiene una cuenta en Twitter con 6.371 seguidores, donde se define como futuro genio inventor de 7 años. Pablo, que sale a escena convertido en un Mini Albert Rivera y es todo el rato graciosete y eso. De esos que despiertan sentimientos encontrados, tipo “¡¡¡me lo como!!!” frente a “¿soy yo el único a quien le parece repelente este niño?”. Disparidad de opiniones, eso es lo sano.
Le preguntó a su otro yo por que había llorado en Venezuela y si lloraba en España. Y Rivera explicó primero lo de Venezuela y luego dijo:
-En España he llorado por mi hija, que la veo cada 15 días.
Luego se abrazaron.
Cuando acabó hice un zapping rápido (en Tele 5 empezaba La que se avecina) y me topé en Cuatro con una nueva entrega de First Dates. Pillé a uno de los aspirantes a encontrar a la mujer de su vida, diciendo “sin en cambio” en lugar de “sin embargo” y apagué la tele.
Kortajarena ganó a Rivera
Tal y como sospeché, el guapo y listo Jon Kortajarena, en El Hormiguero (14,8%, con 2.620.000 espectadores) superó al líder de Ciudadanos en audiencia. Jon coincidió en el tiempo con el programa de Tele 5 de Albert Rivera, (11,3%, 2.020.000 espectadores).
Dicho esto, y aunque supongo que a Vasile, que siempre le gusta ser líder, no estará contento con los datos, a mi me parece que dos millones de personas viendo un programa que tú has creado, en esa franja de prime time, no está nada mal. Pero es que yo me conformo con cualquier cosa, eso también es verdad.