El texto es prácticamente el mismo que el del reglamento del PSOE y se queda corto comparado con los del PP, pero la aprobación de los nuevos estatutos de Izquierda Unida en Madrid ha suscitado un debate sobre cómo debe regularse la libertad de expresión de los militantes de un partido que aspira a liderar un cambio en las formas de la política.
“Esta norma es papel mojado, porque Izquierda Unida se caracteriza por albergar la crítica interna pública a todos los niveles, pero hay que retirarla porque tal y como está es un rasgo antidemocrático”, dice el diputado de Izquierda Unida Alberto Garzón.
El nuevo articulado de la federación madrileña, partida en dos desde su última asamblea donde la dirección actual ganó por 17 votos, tipifica como “infracción grave” que cualquier militante haga una “manifestación pública, por cualquier medio de difusión, de opiniones, ideas o comentarios contrarios a las decisiones, acuerdos y resoluciones de los órganos de IUCM”.
Es una fórmula más contundente que la que existía en estatutos anteriores y está copiada de anteriores reglamentos federales de Izquierda Unida. La última vez que éstos se aprobaron, a finales de 2012, un grupo de militantes presentó una enmienda para que ese artículo fuera suprimido porque “no se debe limitar la libertad de expresión de la militancia”, ya que “una cosa es que los cargos internos y públicos deban asumir las decisiones tomadas y otra que nadie pueda expresar su opinión al respecto”. La enmienda no fue aceptada y el artículo quedó aprobado y pasó inadvertido.
Esta semana, fragmentos de los nuevos estatutos de Izquierda Unida en Madrid han comenzado a circular en redes sociales entre comentarios críticos de algunos militantes. Tras la publicación del documento en eldiario.es, comparando el texto con la normas disciplinarias de PSOE, PP y haciendo referencia a las normas federales de IU, se ha abierto un debate sobre la forma y fondo de esta parte de la norma.
El responsable del Área Interna de IU-CM, Carlos Gutiérrez, explica a eldiario.es que lo aprobado en Madrid “es prácticamente una fotocopia” de los estatutos de IU a nivel federal, como ya se explicaba este jueves en el eldiario.es. “Puede ser algo llamativo, pero no hay ninguna intención especial ni tiene que ver con ninguna situación específica en Izquierda Unida de Madrid”. Los estatutos ya recogían una fórmula para sancionar o expulsar a militantes que tuvieran “conductas” que no respetaran la línea del partido, pero tanto el federal, como IU-CM y otras formaciones regionales han optado por aprobar una fórmula más contundente. “No conozco la razón por la que el federal introdujo esta fórmula”, dice Carlos Gutiérrez, “aunque es verdad que poner puertas al campo es complicado”, reconoce el responsable de Área Interna sobre el articulado que han adoptado. La dirección federal de IU no ha querido hacer comentarios al respecto.
Alberto Garzón considera que “es muy difícil de comprender por qué está en los estatutos federales o por qué se introduce en unos estatutos nuevos de Madrid”. Para el diputado, “pensar en prohibir la crítica pública” en esos términos es “innecesario y además no encaja con la realidad”. Si ese artículo se aplicara, “muchos ya no estaríamos”. Garzón destaca propuestas como la que acaba de aprobar el PCE para permitir la revocación de los cargos cada dos años si quienes les eligieron consideran que no cumple con su mandato.
Por su parte, Álvaro Aguilera, portavoz de Cambiar IUCM, una de las principales corrientes críticas que existe en la federación madrileña, considera que “es un argumento absurdo que digan que lo único que han hecho es copiar a IU federal”. Según su colectivo, “para lo que les conviene han hecho exactamente lo contrario, han profundizado en las diferencias”, y cita que se crean estructuras orgánicas propias para el partido en la ciudad de Madrid o cambios en el sistema de garantías, “y para esto precisamente les han copiado”.
En ningún partido se aplica habitualmente este tipo de medidas disciplinarias en casos de disenso, pero con ellas cualquier crítica en Twitter o Facebook a las decisiones del aparato podría servir para la expulsión de un militante si los órganos del partido se lo propusieran, según ha denunciado Hugo Martínez Abarca, miembro del Comité Político Federal de IU.
“Creemos que hay una voluntad política de adoptar esa prohibición en un momento de mucha tensión”, dice Álvaro Aguilera, portavoz de Cambiar IUCM. “Que piensen eso si quieren continuar con su victimismo, pero no es así”, insiste Carlos Gutiérrez desde la dirección de IU-CM.