Los partidos de la izquierda comienzan a repensar estrategias después del convulso proceso de unidad que desencadenó el adelanto electoral. Con una posible reedición del gobierno de coalición a la vista, las distintas fuerzas han emprendido un proceso de reflexión sobre cómo debe ser la articulación de ese espacio político para el nuevo ciclo. En este contexto, el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha diseñado una propuesta para la construcción de un “frente amplio”, dotado de herramientas democráticas y en el que Movimiento Sumar, la plataforma política de Yolanda Díaz, sea “un partido más”.
elDiario.es ha tenido acceso al borrador del texto que ha presntado esta tarde Alberto Garzón ante la coordinadora federal: el máximo órgano de decisión entre asambleas de Izquierda Unida. Se trata de un análisis de la situación política tras las elecciones del 23 de julio donde el líder de IU establece cinco propuestas programáticas de cara a las negociaciones del nuevo gobierno de coalición. Garzón también reflexiona sobre el proceso de unidad que la vicepresidenta segunda en funciones empezó a articular alrededor de su propio proyecto. La dirección federal de IU ha respaldado el informe político con un 94% de votos a favor.
Las negociaciones para formar la coalición Sumar y los resultados del 23J alteraron la correlación de fuerzas al interior de la izquierda. En el nuevo panorama salido de las urnas Movimiento Sumar, el partido instrumental creado por Yolanda Díaz, que en los próximos meses celebrará una suerte de asamblea constituyente, ha reemplazado a Podemos como sujeto hegemónico de todo ese espacio. En términos numéricos, esa fuerza cuenta con diez diputados en el Congreso, por los cinco de los de Ione Belarra o Izquierda Unida. El resto de partidos que integraron la coalición son fuerzas de arraigo autonómico, como los comuns, que tienen también cinco diputados; o Más Madrid y Compromís, con dos cada uno.
Transcurridas las elecciones y una vez esté clarificado el escenario político si se conforma un gobierno de PSOE y Sumar, Garzón cree que la izquierda debe comenzar un proceso de construcción de una plataforma que trascienda los partidos, pero que no se limite a una coalición electoral. “Un espacio en el que el partido Sumar, que está en formación desarrollando sus propias estructuras, sería un partido más”, plantea.
En sus palabras, un Frente Amplio con mecanismos democráticos de coordinación, en el que “todos los partidos y coaliciones se sientan cómodos, representados y por tanto partícipes”. Y para ello plantea un proceso colectivo de discusión, que deberá definir la estructura de ese frente, que podrá parecerse más a lo que fue Unidas Podemos (menos consolidado como estructura autónoma) o tendrá más que ver con la experiencia de los comuns o Compromís o incluso los ejemplos de Uruguay o Chile.
La reflexión de Garzón parte del análisis sobre cómo se articuló la coalición electoral del 23J. Tras la decisión de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones, Yolanda Díaz sentó a todas las fuerzas políticas a las que quería integrar bajo unas mismas siglas en unas tensas negociaciones de las que todavía supuran algunas heridas. El peso de cada partido en esas listas, tanto en puestos de salida como en recursos, se negoció a puerta cerrada y no a través de un proceso de primarias, algo que Garzón lamenta en sus conclusiones.
El líder de IU también señala algunas decisiones tomadas por el equipo de Yolanda Díaz que o bien han generado “confusión” tanto dentro como fuera del espacio o bien caminan en la dirección contraria a ese espíritu plural y democrático que cree que debe regir en el espacio. Una de ellas, que la coalición electoral (Sumar) tuviese un nombre muy parecido al del partido de la vicepresidenta segunda (Movimiento Sumar): “Otro elemento que ha generado confusión es la dualidad de Sumar coalición y la existencia del partido Movimiento Sumar, por darse el mismo nombre al partido y a la coalición, en un momento en el que todo está por concretar”.
La segunda decisión que critica Garzón es la de la negociación de las portavocías en el Congreso de los Diputados. Izquierda Unida había reprochado en las últimas semanas la forma en la que se negoció este asunto, que también generó malestar en Podemos. Yolanda Díaz decidió otorgar portavocías adjuntas a partidos como los comuns, Compromís o Chunta Aragonesista y no a las dos formaciones de corte estatal con más diputados. “Analizamos de forma crítica que se mantengan las portavocías que se designaron sin diálogo durante la campaña y que se hayan nombrado las portavocías en el Congreso de forma unilateral por la dirección del grupo”, sostiene Garzón, que defiende un modelo de portavocías rotatorias.
“Si hacemos este análisis crítico es para contraponer lo que entendemos que no debe ser un Frente Amplio que articule la participación popular y de los partidos y así hacer propuestas en positivo sobre cómo facilitar la puesta en marcha de mecanismos de debate y democráticos”, razona el ministro.
Un “encuentro amplio” en el primer semestre de 2024
El planteamiento que establece Garzón en su borrador hace hincapié en separar la coalición del partido político de Yolanda Díaz, precisamente cuando el equipo de la vicepresidenta segunda ha empezado a carburar el lanzamiento de una asamblea constituyente, para la que deberá organizar a una militancia propia. En los grupos de simpatizantes que se ya se están organizando para este proceso hay militantes de diferentes partidos, de IU, pero también de Podemos o Más Madrid, que brindaron sus datos para la campaña electoral, que se muestran confundidos sobre los límites del proyecto de Sumar con los de sus propias organizaciones.
Garzón propone una mejora de la “participación” de las organizaciones políticas y de las personas, “de tal manera que coexistan dos legitimidades en el proceso”: por un lado la “experiencia y legitimidad” de las organizaciones políticas y por otro la de la “participación popular”, “que no necesariamente debe encorsetarse en la anterior”. Para tratar de evitar confusiones en esa conformación en paralelo de un nuevo partido político de izquierdas y al mismo tiempo de algo más amplio que una coalición electoral (esto segundo según el deseo de Izquierda Unida), Garzón lanza una hoja de ruta concreta.
El líder de IU plantea una primera fase basada en la “organización” de un “encuentro amplio” de todas las fuerzas políticas. En ese encuentro, Garzón propone la aprobación de un manifiesto con los principios generales del posterior frente político. Ese encuentro estaría pilotado por una “comisión coordinadora” formada por los principales integrantes de la coalición electoral del 23J. El coordinador de IU plantea además que esa comisión coordinadora se encargue también de gestionar asuntos como la negociación del gobierno de coalición. Garzón incluso le pone un marco temporal a esta primera fase: “se iniciaría en noviembre o diciembre de 2023 y debería finalizar en junio de 2024”.
A partir de aquí, esa coordinadora debería debatir el modelo de organización de ese frente, la implicación de los inscritos, “la forma de participación de los partidos” y también “las competencias de cada uno de los órganos aprobados”. Izquierda Unida avanza que elaborará propuestas concretas como “las primarias o la articulación de la mesa de organizaciones separada ya de la Comisión Coordinadora y las competencias de cada uno de los órganos” y establece que otras formaciones puedan sumar ideas.
“Desde nuestra experiencia creemos que la mejor fórmula para que convivan partidos, organizaciones sociales y personas es la Federación de Partidos donde se regule las relaciones y las competencias de cada actor y de los órganos”, propone Garzón, que insiste en que para la construcción de este espacio es preciso el “reconocimiento y la asunción de las personalidades jurídicas de las partes que participen en el mismo”. “Excepto la fórmula de partido político, cualquier otra (jurídica o no) puede ser válida”, puntualiza.
Cinco propuestas para las negociaciones del Gobierno de coalición
Garzón también aprovechará la reunión de la Coordinadora Federal de IU para hacer un balance de la coyuntura política y para exponer cinco propuestas, tal y como hizo Podemos la semana pasada, que entiende que Izquierda Unida debería plantear en las negociaciones para un nuevo Gobierno de coalición.
En primer lugar, un “plan de trabajo garantizado” que pueda crear “un millón de puestos de trabajo en el que tendrán prioridad jóvenes y parados de larga duración”. El líder de IU estima una inversión pública del 1% del PIB en tres principales sectores: servicios sociales, cuidado del medio ambiente, infraestructuras y patrimonio y el sector sociocultural. También propone intervenir el mercado de la vivienda para “congelar los alquileres, invertir el 1% del PIB en construcción y rehabilitación de vivienda pública y dedicar las viviendas de la SAREB a alquiler social para menores de 35 años”.
Como una fuerza que defiende su carácter municipalista, Garzón propondrá también la redacción de una ley para garantizar “la suficiencia financiera de los municipios, de la España vaciada y de las zonas rurales para que ningún territorio se quede atrás”. La idea es que se garantice por protección legal “que los municipios, especialmente de las zonas con menos recursos, pueden prestar servicios públicos dignos para evitar la despoblación”.
Por último propone un plan nacional contra la sequía y para proteger la biodiversidad, con la conversión de Hunosa “en la gran empresa pública de energía” y la recuperación de “las concesiones hidroeléctricas”; así como la creación de una “Sistema Estatal de Cuidados Públicos”.