La ilusión con la que tanto Alberto Garzón como muchos dirigentes y militantes de IU llegaron por la tarde a la sede de la coalición, se tornó al final de la noche en tristeza y frustración. La candidatura de Unidad Popular se ha quedado lejos de este grupo “fuerte” que ha venido reclamando Garzón durante toda la campaña electoral. Tan solo ha logrado dos diputados por Madrid: el del propio Garzón y el de su número dos, la independiente Sol Sánchez, además de otros tres que figuraban en las candidaturas de confluencia en Galicia y Cataluña. En cuanto a votos, su candidatura ha obtenido 900.000, casi la mitad que en 2011 –más de 1.600.000-, cuando logró 11 diputados.
Ni en la tierra de Garzón, Málaga, en donde han estado a punto de lograr un escaño, ni en Sevilla, ni en Valencia, que eran los objetivos de Garzón, han conseguido sacar representación. Tampoco en Asturias. Pese a ello, el dirigente de IU ha querido poner en valor el gran trabajo de los militantes y el esfuerzo que han hecho durante esta intensa campaña.
Precisamente, lo que más esperanzas había dado a Unidad Popular de sacar esos ansiados cinco diputados ha sido el “entusiasmo” que han visto entre la ciudadanía a lo largo de estas dos semanas en todos los actos que ha protagonizado el joven dirigente de IU. En algunos, hasta ha desbordado el aforo y ha tenido que salir a la calle para responder al entusiasmo ciudadano.
“Podemos era mucho Podemos, y esa llamada al voto útil ha calado en mucha gente que ha pensado que votar a Alberto era un voto perdido”, lamentaba una militante madrileña que reconocía que mantuvo hasta el final la esperanza de que al final consiguieran una “pequeña remontada”. Pero no fue así.
Garzón ha comparecido ante los periodistas al filo de las once y media de la noche junto a parte de su equipo, los números dos y tres de su candidatura, Sol Sánchez y Enrique Santiago – que no ha logrado escaño-, el coordinador general de IU, Cayo Lara, el dirigente del PCE, José Luis Centella, el exeurodiputado, Willy Meyer, y su jefa de campaña, Clara Alonso, entre otros.
Garzón, que pese a los malos resultados no ha dejado de esbozar una sonrisa, ha sido recibido con una fuerte ovación por los militantes, que no ocultaban su decepción en sus caras.
El candidato ha reconocido que los resultados –esos dos únicos diputados en Madrid, más los otros tres integrados en candidaturas de confluencias, en Galicia y Cataluña-, no son buenos pero ha destacado como “hecho positivo” que “se han acabado las mayorías absolutas” y no será tan fácil “aplicar más recortes sociales”. “Va a tener que haber mucho diálogo y mucha negociación”, ha subrayado.
Dicho esto, ha apostillado “como elemento negativo” que su candidatura no haya logrado alcanzar ese 5% que le hubiera garantizado grupo parlamentario propio aunque ha adelantado que, pese a todo, van a intentar negociar constituirlo. “Vamos a explorarlo y a confiar en la flexibilidad que se quiera hacer del reglamento”. Pero también ha señalado como “elemento negativo” que “el bipartidismo” se mantenga vivo.
Garzón no ha querido adelantar la posibilidad de que haya una coalición de izquierdas, si es que se llega a plantear, como tampoco qué alianzas se van a fraguar en el hemiciclo amparándose en que es “demasiado pronto”. “Todo pacto o diálogo se va a tener que hacer mediante el programa”, ha advertido. Tampoco ha querido valorar los resultado de Podemos ni de las demás candidaturas. Solo les ha felicitado a todos, de forma general.
El candidato ha puesto de relieve las dificultades que ha tenido que afrontar Unidad Popular durante la campaña y, a la vez, el hecho de que la ley electoral no les beneficie. Aun así ha destacado: “Somos la quinta fuerza política pese al severo castigo que hemos recibido de la ley electoral. Nos han votado cerca de un millón de personas a las que no les vamos a fallar”, ha prometido.
El último mensaje que ha lanzado ha sido mirando al futuro. “IU ha demostrado con su ejemplo que la convergencia es el camino”, por lo que seguirán “luchando por los valores que defiende Unidad Popular”.