Alerta en el PP: el temor a una sangría de votos fuerza un cambio de estrategia para atacar a Vox y Ciudadanos
Las últimas encuestas que auguran que la fragmentación del centro derecha en tres partidos (PP, Ciudadanos y Vox) afectará especialmente a los populares en próximas citas electorales como las generales del 28 de abril, en las que podrían perder hasta 50 escaños, y el desgaste de las últimas semanas, alimentado por polémicas –como sus cuestionadas propuestas para fomentar la maternidad o los escándalos que rodean a su candidata en Asturias, Teresa Mallada– han llevado al partido a cambiar su estrategia. Pablo Casado, que tras el resultado de las andaluzas optó por tratar de reeditar el modelo y que las tres derechas sumasen cada una su porción del electorado, ha decidido combatir directamente a los partidos de Albert Rivera y Santiago Abascal.
El temor que existe en las filas populares –que según dirigentes consultados por este diario crece cada día– a que el desplome que auguran las encuestas se materialice en las urnas ha llevado a Casado a olvidar su campaña de guante blanco frente a Ciudadanos y Vox para pasar a descalificar a sus socios en Andalucía. Durante los últimos actos se ha notado ya el cambio de tono en los discursos, en los que ahora se critican e incluso ridiculizan las propuestas de Abascal y Rivera.
El entorno de Casado había defendido no realizar ninguna crítica a Ciudadanos y a Vox durante la precampaña para “no polemizar” con sus posibles socios postelectorales, con los que mantiene una pugna por el electorado de derechas prácticamente desde que el líder del PP llegó a la presidencia de la formación conservadora.
La situación es enrevesada porque al mismo tiempo que compiten por el mismo espectro ideológico, las encuestas auguran que PP, Ciudadanos y Vox estarán obligados a entenderse y a convertirse en socios una vez pasen las elecciones para poder formar gobiernos alternativos a la izquierda, como sucedió en diciembre en Andalucía
La “utilidad” de sus competidores
Pese a ello, desde la semana pasada los ataques de Casado contra Ciudadanos y Vox son constantes. Casado ha llegado a poner en cuestión la propia existencia de los partidos con los que compite y les ha recomendado no presentarse a los comicios pidiéndoles también fundirse con el PP para lograr una derecha más fuerte. “Ciudadanos y Vox tienen que reflexionar si son útiles”, llegaba a asegurar el líder del PP en una entrevista en la revista Telva.
Este miércoles, el líder del PP consideraba en otra entrevista, en este caso en Antena 3, que el de Santiago Abascal es un partido que está “escondido” ante las elecciones generales del 28 de abril porque su presidente, Santiago Abascal, “no aparece en los medios” y se dedica a hacer propuestas como “llevar armas por la calle”. El PP es, en su opinión, un partido “serio” mientras que Vox “no sabe gobernar ni una concejalía”.
Desde Vox han replicado en algún mitin que Ciudadanos y el partido de Casado son el “top manta” que no deja de copiar sus ideas.
“Llevo sin ver al líder de Vox en un medio de comunicación un mes. No aparece y cuando ha aparecido, le preguntas cuatro cosas y si no sabe contestarlas, dice que tiene a España en el corazón y no en la cabeza”, denunciaba la semana pasada el líder del PP durante una entrevista en Trece.
Casado añadía días después: “Yo no he vuelto a ver al líder de Vox. No sale. Dicen que están en la táctica de Trump, solo en las redes sociales. ¿Por qué?, porque no tienen ningún proyecto que ofrecer a los españoles. Y porque en cuanto debates, la gente se da cuenta de que no saben ni de economía, ni de sanidad, ni de educación, ni de política internacional, ni de educación, ni de política presupuestaria”.
Rivera habla de “rojos y azules”
A Ciudadanos el líder del PP le acusaba este miércoles de apuntarse “al carro” del PP con propuestas para actuar contra partidos como Arran o la CUP siguiendo la Ley de Partidos Políticos, o de limitarse a hablar de “rojos y azules”.
En los últimos días Casado también ha cargado contra los de Rivera por no saber gestionar, según él, “ni una sola concejalía”, y ha dado a entender que una vez pasen las elecciones, Ciudadanos puede pactar con el PSOE, como ya hizo en el pasado, a pesar de haber aprobado en su Ejecutiva un acuerdo comprometiéndose a no pactar con los socialistas tras las generales.
El objetivo que persigue el líder del PP con su cambio de estrategia es lanzar a los electores de centro derecha el mensaje de que el voto a Ciudadanos y Vox es inútil para desbancar a la “conjunción de la izquierda, los independentistas y los batasunos” del poder y que el único respaldo válido para evitar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, siga en la Moncloa, es el que se dé al PP, que es además la única fuerza que tiene “experiencia” en las instituciones.
“Quien quiera que gobierne el PP, que vote al PP”, porque “los votos que no vayan al PP, pueden dar un escaño al PSOE”, aseguraba Casado este miércoles.
El Senado y las circunscripciones pequeñas
Una de las obsesiones de Casado ante las elecciones generales es poder mantener el control del Senado –donde obtuvo mayoría absoluta en los comicios de 2016– para tener las manos libres ante una hipotética nueva aplicación del artículo 155 en Catalunya, a pesar de que la activación de la intervención de una autonomía la debe proponer el Gobierno.
Ese resultado le permitiría utilizar de nuevo el rodillo parlamentario contra el Ejecutivo convirtiendo la Cámara Alta –al igual que en esta última Legislatura– en un instrumento de control en el caso de que los populares no logren el apoyo suficiente para recuperar la Moncloa.
Con ese objetivo, prácticamente desde el mismo día en el que Pedro Sánchez anunció el adelanto electoral, Casado y su equipo se lanzaron a reclamar a Ciudadanos que evitara “dividir el voto” conservador presentando listas conjuntas para el Senado o, directamente, renunciando a sus candidaturas en favor de los senadores del PP.
Pese al 'no' rotundo del partido de Albert Rivera –con el que sí han logrado un acuerdo para concurrir juntos en Navarra, sumando también a UPN–, Casado volvía a insistir este miércoles durante un acto en Barcelona tendiendo a Ciudadanos la mano “con una alianza de senadores por España y la Constitución” para que “los socialistas, los comunistas e independentistas no tengan un contrapeso en el Senado”.
El PP centra también su presión en Vox, otro rival político pero socio necesario a quien también reclama que por el bien “de la unidad de España” eviten presentar sus propios candidatos al Senado y sumen esfuerzos a los de los senadores populares.
Una ley “proporcional, no mayoritaria”
Además de lo que pueda ocurrir en la Cámara Alta, Casado considera que “todo va a depender de las veinte provincias con menos de seis escaños”, ya que quien quiera echar a Sánchez de La Moncloa tiene que optimizar, según él, ese esfuerzo votando al PP, para que la división no permita a la izquierda capitalizar los votos en escaños.
Este miércoles el presidente de los populares advertía de que si la gente piensa que votando a Vox o a Ciudadanos ayuda al PP a lograr escaños se equivoca porque “la ley en España es proporcional, no mayoritaria”. “Es una cuestión de responsabilidad, porque España no está para bromas ni experimentos”, concluía el presidente del Partido Popular.