La animadversión que siguen provocando los diputados de Amaiur -coalición vasca en la que conviven Aralar, Eusko Alkartasuna, Alternatiba y la izquierda más radical abertzale- está centralizada fundamentalmente en el PP. Pero también dentro del propio Grupo Mixto, al que pertenecen, en donde no fueron bien recibidos ni por UPN, ni por Foro, ni por Coalición Canaria. El más beligerante con ellos es Carlos Salvador, portavoz navarro de UPN, que sigue pensando que se han puesto la 'piel de cordero' para continuar defendiendo los intereses de ETA. “No me lo creo. No creo que hayan asumido la cultura democrática. El odio y el desprecio que nos tienen por no comulgar con sus ideas es el mismo de siempre. Por eso mi compromiso con los navarros es no bajar la guardia”, afirma contundente.
Fuera del Mixto su opinión es compartida por Rosa Díez, líder de UPyD, que no ha dejado de exigir su ilegalización antes y después del inicio de la legislatura. La relación que mantiene Díez con los abertzales es nula. “En realidad es que no coincido con ninguno, solo les veo de vez en cuando por los pasillos”, afirma. Pero si se cruza con alguno, no le saluda, algo que corrobora los amaiures. “Cuando pasa a nuestro lado desvía la mirada”, afirman.
Con el resto del Grupo Mixto –Geroa Bai, Compromís y BNG– no se llevan mal, aunque con quien realmente mantienen buenos vínculos y mayor afinidad política son con los 3 diputados de ERC con los que comparten espacio en la planta sexta del Edificio de Ampliación del Congreso, que es donde está ubicado parte del numeroso grupo Mixto –18 miembros– tras el deliberado reparto de despachos que hizo la Mesa de la Cámara para que no hubiera fricciones, distribuyéndoles entre la planta baja, la quinta y la sexta del citado edificio.
Superados esos primeros escollos, los 18 diputados han asumido que tienen que compartirlo todo, entre otras cosas, los 28.597, 08 euros de subvención mensual que asigna la Cámara baja a cada grupo, en virtud del articulo 28 del Reglamento, y del que ellos, al ser 7, se llevan un buen 'bocado'. Además, cada diputado, sea del grupo que sea, recibe otros 1.645,49 euros de subvención adicionales, también mensuales –al margen del sueldo 'normal' y de los complementos y dietas que les corresponda a cada uno–, que son de libre disposición y de los que la Mesa no les suele pedir que rindan cuentas, aunque podría hacerlo. Amaiur tiene derecho asimismo a 3 asistentes- un asesor, un jefe de prensa y una secretaria- que paga la Cámara.
Por su parte, los socialistas, en su mayoría, han aceptado con normalidad su presencia, así como los nacionalistas de CiU y del PNV pese a que unos y otros ahora guardan sus distancias metidos de lleno como están en campaña. Con los diputados de la izquierda plural la relación es bastante cordial.
Pese a todo, con el paso de tiempo, hay diputados dentro del propio PP que reconocen que han 'suavizado' su trato con algunos de ellos. Valga este ejemplo. “¿Y tu de qué grupo eres?”, le preguntó, intrigada, a Jon Iñarritu una de las diputada del PP con las que desde el inicio de la legislatura comparte dos veces a la semana clases de inglés en el Congreso. “Soy diputado por Bizkaia, de Amaiur”, le aclaró Iñarritu. La diputada no pudo ocultar su sorpresa y exclamó; “Pero ¿qué dice? ¡Si eres 'normal'!”. Iñarritu, que sonríe recordando la anécdota, pertenece a Aralar y al igual que su compañero, el diputado por Guipúzcoa Rafael Larreina, histórico dirigente de Eusko Alkartasuna y miembro numerario del Opus Dei, suele acudir al Congreso con traje de chaqueta y corbata, vestimenta que gusta mucho a los conservadores y que contrasta con la que usan el resto de los diputados de Amaiur, mucho más informal que la que se ve habitualmente por la Cámara.
Ese 'detalle' fue el que despistó a la diputada del Grupo Popular, en donde consideran una “falta de respeto institucional” acudir a trabajar al Congreso en mangas de camisa o con otra indumentaria que no incluya al menos la protocolaria chaqueta de 'vestir'. Precisamente por ello, el portavoz del grupo, Mikel Errekondo, se ganó este verano una buena bronca de otra diputada del PP, Carmen Quintanilla, en pleno pasillo. “Yo le dije con toda cordialidad que al palacio de la soberanía popular no se puede ir igual que si se va a jugar al golf”, recuerda. El incidente le sirvió también para relajar el frío trato que hasta entonces mantenía con Errekondo, con el que ahora confiesa que se saluda “educadamente”.
Larreina se alegra de que haya algunos diputados que hayan ido modificando su percepción hacia ellos y achaca ese cambio gradual de actitud a que han demostrado que no son 'el lobo feroz'. “Al inicio, muchos diputados del PP e incluso una parte del PSOE nos recibieron con gran hostilidad. Creo que algunos pensaban que íbamos a quemar el escaño o algo parecido. O incluso que íbamos a sacar cualquier día una pistola en el hemiciclo”, afirma con sorna.
Uno de los que reconoce que “saluda” a Larreina, con el que coincidió muchos años en el Parlamento vasco, es Leopoldo Barreda, diputado del PP por Bizkaia. No obstante, sigue siendo muy crítico con los parlamentarios abertzales a los que ve jugando al “despiste”. “No sabemos por dónde van a salir ni cuándo van a venir”. Barreda añade que “pasado el primer tiempo de la espuma y el descorche”, el balance de estos meses de Amaiur es “pobre”. “Se ha puesto en evidencia todo el recorrido democrático que les queda por hacer”, afirma, mientras recuerda el “patético” comportamiento que a su juicio siguen manteniendo con las víctimas de ETA, como en el aniversario de Miguel Ángel Blanco, “que nos retrotrae a épocas anteriores”.
Pero lo que más sorprende es que hasta el mismísimo presidente del Congreso, Jesús Posada, habla ahora con bastante respeto de los abertzales vascos y reconoce que su comportamiento en la Cámara está siendo “correcto”. “No es mi función juzgarles, pero tengo que decir que como Presidente de la institución no tengo ninguna queja de su comportamiento dentro del Grupo Mixto. Se han ceñido en todo momento al Reglamento, pese a que al inicio hubo alguna dificultad que se subsanó con buena voluntad de todos y cierta visión permisiva por mi parte. Así que estoy satisfecho”, afirmó Posada al ser preguntado por el balance que hace de estos meses de Amaiur en la Cámara.
Claro, que el primer gesto del soriano – que no gustó a parte de la bancada popular- fue saludarles en los pasillos y darles la bienvenida nada más aterrizar en el Congreso, momento del que quedó testimonio sonoro y grafico. Otro miembro de la Mesa, que prefiere no ser citado, es aún más benévolo y reconoce que “están haciendo una presencia muy inteligente”, “sobre todo –matiza- si recordamos la actitud que antaño mantuvieron los 'batasunos'”. Incluso opina que los diputados de la izquierda plural han mantenido un comportamiento “mucho más bronquista”,“sacando camisetas y banderas en el pleno y montando numeritos cada dos por tres”.
El que guarda mayores distancias con ellos es Mariano Rajoy, como se vio en el pleno de Investidura. El presidente del Gobierno, que siempre que puede elude contestarles, ya les demostró que no iba a ceder un ápice ante sus reivindicaciones por lo que en aquel primer debate empleó un tono muy duro contra Iñaki Antigüedad, que ejerció de portavoz. “Yo a ustedes no les debo absolutamente nada, ni yo, ni la sociedad española, que es la acreedora”. “Sea perseverante con un objetivo, que ETA se disuelva”, exigió Rajoy a Antigüedad en aquel sonado debate. Lo curioso es que luego, según mantienen los amaiures, en los pasillos, algunos diputados del propio PP -incluido Posada- , se acercaron con discreción a 'felicitar' por “el tono empleado” a Antigüedad. El diputado, por cierto, abandonó su escaño este verano por incompatibilidad con su labor docente en el País Vasco, siendo sustituido por Onintza Enbeitia, una de las dos mujeres que hay en Amaiur, los rostros menos conocidos del grupo.
Lo que no entienden los abertzales es que Rajoy no les recibiera durante la ronda de contactos que realizó con los dirigentes políticos mientras que el Rey, en su papel de Jefe del Estado, si recibió en la Zarzuela a Errekondo, ex jugador de balonmano en el mismo equipo que su yerno, Iñaki Urdangarín. Aquel encuentro despertó mucho 'morbo'. Errekondo, que trasladó al monarca sus conocidas reivindicaciones, tras la entrevista, fue sometido en la posterior rueda de prensa a las preguntas de rigor por parte de algunos medios de comunicación sobre si condenaba a ETA, algo que les irrita sobremanera. “¡Pero si ya lo hemos hecho¡”, afirma con énfasis Larreina, recordando que él al menos si lo ha hecho explícitamente. “Trabajamos por la reconciliación de la sociedad vasca por la vía pacífica y democrática. Aunque no me considero español, no odiamos a España. Pero hay gente que no se va a convencer de eso nunca. Sólo la sociedad vasca lo sabe y lo tiene claro”, remacha.
Lo cierto es que durante estos meses los los 7 diputados de la coalición han mantenido en la Cámara baja un perfil político más bien bajo, según coinciden en opinar los demás grupos parlamentarios consultados. De hecho, la Proposición de Ley de Autodeterminación que recoge el derecho ineludible a celebrar un referéndum para que los ciudadanos de las comunidades autónomas digan si quiere o no independizarse, que preparan desde el verano con ERC, pasó bastante desapercibida. No obstante - como ya informamos-, siguen trabajando en ella con la intención de presentarla en breve en la Cámara.
“Nosotros nunca hemos ocultado que estamos aquí (en el Congreso) de paso hasta que logremos nuestros objetivos políticos”, que pasan, entre otras cosas, por “la normalización” de lo que siguen denominando 'el conflicto vasco', “el acercamiento y la excarcelación de los presos de ETA, el reconocimiento de todas las víctimas y la autodeterminación e independencia de Euskal Herria, pero por la vía pacífica y rechazando todo tipo de violencia”, insiste Larreina .
Su hoja de ruta está clara. Hasta el punto de que los diputados de Amaiur únicamente intervienen y votan en las Comisiones y en los plenos aquellos asuntos que consideran afines a sus intereses y están relacionados con Euskadi. Por eso ahora lo que más desean es ganar el recurso que presentaron ante el Constitucional para tener grupo propio, lo que además de tener mayor voz en la Cámara, les daría también derecho a estar en la Comisión de Secretos Oficiales, uno de los asuntos que más polémica levantó y que indudablemente pesó para que la Mesa se negara a concederlo.