30 de agosto de 2016. Es la fecha que ha elegido Mariano Rajoy para someterse al debate de investidura. La presidenta del Congreso la ha anunciado después de que el líder del PP se haya comprometido con Albert Rivera a establecerla este mismo jueves así como a firmar sus exigencias anticorrupción para que las negociaciones entre PP y Ciudadanos puedan ponerse en marcha. Esas eran las condiciones que impuso el partido naranja como primera premisa para cambiar de la abstención al “sí”.
La fecha elegida por el presidente en funciones y comunicada por la presidenta de la Cámara Baja supone que, en caso de que no salga adelante y no haya Gobierno en el plazo de dos meses tras la primera votación, se celebren terceras elecciones el 25 de diciembre, es decir, el día de Navidad.
Ana Pastor, amiga de confianza del presidente, ha evitado decir a los periodistas en qué momento se lo ha comunicado Rajoy. Así, se ha atenido a lo que marca la ley, que indica que es su prerrogativa como presidenta de la Cámara, y se ha limitado a decir que había hablado con el presidente y con el rey Felipe VI “esta tarde”.
Los formalismos se han respetado, de forma que Rajoy le ha comunicado su “disposición a someterse al debate” y ella ha declarado qué fecha ha escogido. Aun así, Albert Rivera había reconocido que él ya sabía la fecha tras su reunión con el candidato del PP, lo que desmiente que sea una decisión de Pastor.
La posibilidad de que los españoles vuelvan a tener que ir a las urnas y además el día de Navidad sirve a Rajoy de órdago. De esta forma, la presión sobre el resto de dirigentes políticos sube un escalón más y llega al límite en el caso de Pedro Sánchez y el PSOE, a quien señalaría como único culpable. A pesar de que la fecha no es propicia para acudir a votar, el PP está tranquilo dado que sabe que la fidelidad de su electorado es mucho mayor que la de los demás partidos.
Si aún así, Rajoy se estrella en su intento de contar con el apoyo de la mayoría del Parlamento, habrá convertido su aspiración de un segundo mandato en un círculo cerrado, ya que los comicios caerían cinco días después del 20D de 2015.
La tardanza en convocar la sesión de investidura contrasta ahora con las prisas. Pero la fecha del 30 de agosto cumple con el plazo que Rivera esperaba, ya que había insistido en que la primera semana de septiembre era lo máximo que estaba dispuesto a aceptar.
Tras el anuncio de Pastor, y con los cálculos que sitúan una hipotética repetición de las elecciones el 25 de diciembre, algunos miembros del PP han comenzado a utilizar este hecho como argumento para presionar a Pedro Sánchez. Es el caso del presidente del PP catalán, Xavier García, que ha tuitado “a ver si Pedro Sánchez tiene 'narices' de llevar a 36 millones de españoles a repetir elecciones el día de Navidad”.
El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, ha denunciado esa estrategia de fijar la posible repetición de la elecciones en Navidad como elemento de presión. Para Garzón se trata de “una nueva jugada en este póker con el que destrozan la política”. El líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, ha reiterado su rechazo a la investidura de Rajoy.