Ante la creciente desilusión ciudadana por la corrupción política, ha surgido en la República Checa el movimiento cívico “ANO 2011” del magnate Andrej Babis, que puede convertirse en la segunda formación más votada en los comicios legislativos del viernes y el sábado próximos.
El empresario, de 59 años y origen eslovaco, se presenta al electorado como un “antipolítico” que critica un sistema que, a su juicio, genera líderes ineptos que sólo buscan su propio beneficio.
“Tenemos una pseudodemocracia en la que celebramos elecciones cada cuatro años y eso es todo”, ha denunciado el millonario a lo largo de la campaña.
Sus diatribas no le han impedido rodearse de personalidades con pasado político como Martin Jahn, exministro de Economía, o Pavel Telicka, el primer comisario europeo checo tras la adhesión del país a la Unión Europea en 2004
Las encuestas otorgan al movimiento de Babis hasta un 16 por ciento de los apoyos, lo que le permitiría ocupar la segunda plaza en los comicios, por detrás de los socialdemócratas.
El empresario hizo su fortuna en el sector agroquímico tras la caída del comunismo en 1989 y este año ha anunciado que comprará la editorial Mafra, que publica los renombrados diarios “Mlada fronta Dnes” y “Lidove noviny”.
El principal eslogan de su campaña es “No somos políticos, nosotros trabajamos”, con lo que responde a la generalizada desilusión con la clase política checa, sacudida desde hace años por escándalos de corrupción.
Gracias a su enorme riqueza -su fortuna personal se estima en unos 1.500 millones de euros, con lo que es el segundo checo más rico- el empresario ha sido omnipresente durante la campaña, con pancartas y carteles por todo el país, incluidas paradas de metro y autobús.
También ha participado de forma personal en el reparto de comida entre sus potenciales electores en varios mítines.
Marek Herold, que trabaja en la administración de activos financieros, no oculta su simpatía por el millonario durante un acto electoral.
“Me ha regalado el desayuno en el metro. Estoy considerando votarle, ya que para ser multimillonario dedica mucho esfuerzo a su campaña”, dice en declaraciones a Efe en Praga.
Más de la mitad del electorado aún está indeciso y resolverá a quién otorgará su voto en las próximas horas, aseguran los institutos demoscópicos, que auguran un resultado fragmentado que complicará la formación de gobierno.
Personas como Herold solían votar hasta ahora a algún partido tradicional de centroderecha, pero su oferta electoral se encuentra desprestigiada tras siete años de coaliciones conservadoras que se han visto salpicadas por la corrupción.
“No soy político, pero me he visto obligado a hacer política”, es uno de los mensajes más repetidos del empresario.
Su programa pasa por una moneda checa (la corona) más barata en lugar de adoptar el euro, un aparato estatal con compras centralizadas y doblar el presupuesto para carreteras y autopistas.
Además, quiere aumentar el control de los políticos a través de declaraciones de bienes.
Estas son algunas de las recetas económicas y para combatir la corrupción que propone Babis.
Lo que temen algunos de sus adversarios políticos es su influencia mediática y que ponga el aparato del Estado al servicio de sus empresas.
Según el exministro de Defensa conservador Alexander Vondra, Babis resulta un candidato “ininteligible”.
“No sabemos nada de él, quién es, qué persigue con su candidatura política”, sostiene el antiguo disidente en declaraciones a Efe.
Babis ha reconocido abiertamente su trabajo de “lobbying” en el Parlamento para mantener las subvenciones al biodiésel, del que cada año se beneficia en 400 millones de euros.
“¿Por qué no hacer 'lobbying' si doy empleo a tanta gente, no tengo empresas 'offshore' y pago todos mis impuestos en el país?”, se defendió en un mitin.
Babis es propietario único del gigante Agrofert, un holding que tiene en plantilla a 34.000 personas y aglutina 200 empresas en la República Checa, Eslovaquia, Hungría, Polonia, Holanda y Alemania.
Parte de su infancia la pasó en París, donde su padre ejerció puestos directivos en empresas checoslovacas de comercio exterior.
El propio Andrej Babis fue miembro del partido comunista entre 1980 y 1989, si bien ha impugnado en los tribunales las acusaciones de ser confidente de la policía política comunista Stb.
Babis, divorciado y casado por segunda vez, tiene dos hijos con su actual esposa, Monika Babisova.