El exembajador Gustavo de Arístegui y el exdiputado Pedro Gómez de la Serna, pagaron supuestamente a través de la compañía Western Union a familiares de funcionarios argelinos para conseguir dos contratos en Argelia por los que cobraron comisiones, según han descubierto los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) como avanza 'El Mundo'.
La presunta organización criminal dirigida por De Arístegui y Gómez de la Serna sobornó al diputado argelino y jefe de campaña del presidente argelino Abdelaziz Buteflika, Omar Alilat, según informa 'El Mundo'. El agente y conseguidor en Argelia de la trama de los dos expolíticos del PP, Cristóbal Tomé, envió a Alilat al menos dos transferencias de dinero en diciembre de 2011 en París. Tomé es un empresario español afincado en Argelia que a finales de 2015 admitió a 'El Mundo' que parte de su trabajo consistía en “engrasar” para conseguir que sus intermediaciones fructificaran.
Los sobornos sirvieron para que la firma española Elecnor consiguiera dos contratos públicos en el país argelino, por un lado, la construcción de un tranvía en Ouargla, y por otro, la canalización de aguas en Souk Tleta.
La investigación De Arístegui y Gómez de la Serna
El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata dirige la investigación de la Fiscalía Anticorrupción de la trama de corrupción de los dos expolíticos del Partido Popular por los presuntos delitos de corrupción en las transacciones económicas internacionales, cohecho, blanqueo de capitales y organización criminal para conseguir adjudicaciones en diversos países. Los datos descubiertos por la policía ponen de manifiesto que los dos 'populares' ejercieron soborno y tráfico de influencia para extender su presunta trama corrupta.
La red de influencias de la organización empresarial de los exdiputados se extendió también a Irak, según reveló el sumario del caso el pasado viernes. La presunta organización criminal habría intentado conseguir adjudicaciones en el país irakí. A cambio, la sociedad que dirigían los políticos populares habrían cobrado 15.000 euros mensuales de una de las empresas vinculadas a la trama, aunque finalmente la entidad no llegó a conseguir ninguno de los proyectos que se barajaban.
La empresa española Elecnor encargó un informe en 2010 a la organización de Arístegui y De la Serna para “explorar la apertura del mercado de Irak”. En concreto, se trataba de un anteproyecto para instalar un sistema de navegación aérea en Bagdad. Al año siguiente, la misma empresa encargó otro trabajo para lograr la adjudicación de un sistema de regadío en el Kurdistán iraquí.
Hasta el momento se conocía que la trama, dedicada al cobro de comisiones y sobornos a cambio de la obtención de contratos internacionales, había extendido su influencia esencialmente en América Latina, aunque también en Congo, Kuwait o Moldavia.