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Arrimadas y Bal llevan a Ciudadanos a una guerra civil con el partido al borde de la desaparición

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, y el portavoz adjunto del partido en el Congreso, Edmundo Bal.

Carmen Moraga

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No hay vuelta atrás. Ciudadanos se ha partido en dos en el peor momento posible: cuando la formación entraba en la recta final de su llamado proceso de “refundación” para rearmarse y afrontar el crucial año electoral, mientras todas las encuestas pronostican su desaparición. Los llamamientos a la “unidad” y a la búsqueda de una candidatura de “consenso” han sido infructuosos y ante el estupor de muchos, Ciudadanos celebrará unas primarias entre el 9 y 10 enero a cara de perro, con dos listas enfrentadas: la que abandera Edmundo Bal, al que se han unido un grupo críticos con la actual dirección, y la que avala Inés Arrimadas, en la que ella va en último lugar de forma “simbólica” junto a la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, mientras cede el primer puesto y todo el protagonismo al eurodiputado Adrián Vázquez y a la dirigente balear, Patricia Guasp. Toda una “artimaña” a juicio del que fue su fiel escudero hasta hace unos días, que la acusa de intentar seguir controlando los hilos por “la puerta de atrás”.

La semana pasada fue decisiva para intentar que las aguas volvieran a su cauce. Muchos dirigentes mediaron para ver si era posible. Pero lejos de hacerlo, la situación empeoró. Ambos presentaban a sus respectivos equipos con cuarenta y ocho horas de diferencia, en un mismo marco: la plaza de la Cortes, frente a los leones del Congreso de los Diputados. Primero lo hizo Edmundo Bal, que el miércoles pasado revelaba los principales nombres de los que le acompañan en este reto, consumando con ello su desafío a la líder del partido.

Con Bal está el concejal del Ayuntamiento de Madrid Santiago Saura, como futuro secretario general, que será el que llevará la parte orgánica del partido si esa lista se impone a la que impulsa Arrimadas una vez que se celebre la Asamblea General extraordinaria de la “refundación”. El hecho de que Saura, que fue número dos de Villacís en las municipales, se haya unido a Bal se ha visto en el partido como todo un duro golpe para la dirigente madrileña, quien, en cambio, no ha dudado en situarse al lado de Arrimadas, lo que da un fuerte peso político a su lista. Lejos de mostrar enfado, la dirigente madrileña restaba importancia a la decisión de su compañero en el Ayuntamiento de Madrid dado que a estas alturas las “traiciones” están afectando por igual a los dos bandos.

Dos días después, la todavía presidenta de Ciudadanos era la que daba a conocer la candidatura 'oficialista' que ella avala pero no encabeza. El hecho de que Arrimadas y Villacís cierren esa lista ha sido presentado por la líder de Ciudadanos como una demostración de que “lo importante es el proyecto, no los nombres”. Sin embargo, para Bal y sus seguidores solo se trata de un “engaño” porque creen que en realidad será ella la que controlará los hilos del partido si se alza con la victoria. El portavoz adjunto del grupo parlamentario, además, considera que es un gesto de “cobardía” ya que de esa manera no va a poder protagonizar con él ningúncara a cara durante el proceso de primarias para “confrontar sus diferentes proyectos”. Habrá dos debates en la campaña electoral. Un debate para los candidatos a secretario general y otro para los candidatos a portavoz político.

“Sus heridas son hondas y sus posturas, irreconciliables”

Las heridas abiertas entre Bal y Arrimadas, a juicio de la mayoría de los dirigentes consultados, son ya “tan hondas” que difícilmente van a poder cicatrizar después de que acabe todo este proceso, gane quien gane. Salvo que a última hora decidan lo contrario, los dos tendrán que continuar conviviendo juntos en el Congreso, dado que ya han advertido de que mantendrán sus escaños hasta las generales, proyectando el día a día con un grupo parlamentario fragmentado y que en su mayoría ha mostrado su apoyo o simpatía a Bal, salvo el malagueño Guillermo Díaz.

Sin embargo, en esta contienda uno y otro se presentan como víctimas de la otra parte. El portavoz adjunto del partido ha estado los días previos a dar su paso adelante exigiendo a Arrimadas que dejara la portavocía en el Congreso y no se presentara a las primarias, ofreciéndole a cambio la formación de una lista “de unidad” y de “consenso”, sin ninguno de los dos, formada con gente “nueva” y en la que la diputada María Muñoz fuera la nueva cabeza visible. “Pero la reacción de Inés a mi oferta fue reírse”, desveló Bal el miércoles pasado.

Arrimadas, por su parte, sostiene que la que realmente ha estado trabajando en esa búsqueda de “unidad” y “consenso” ha sido ella con Villacís, con parte de su actual Ejecutiva y con miembros del equipo de refundación, que durante el proceso final de esos trabajos comenzaron a trabajar en esa idea. “Los de Bal se negaron”, aseguran los que se mantienen fieles a la líder. La situación empeoró al surgir la idea de la bicefalia, que no gustó nada al vicesecretario general y a los suyos porque consideraron que era una manera de que Arrimadas de forma “encubierta” contralara el partido y se “perpetuara en el poder”. El hombre elegido por Arrimadas para ese papel que amalgamara a las dos facciones era el eurodiputado Adrián Vázquez, al que finalmente la líder ha decidido presentar como secretario general en la lista que ella cierra.

Pero la división no solo surge por el modelo de partido, sino que va mucho más allá y se ha trasladado al terreno ideológico. El abogado del Estado, que hasta hace poco no había levantado la voz contra ninguna de las decisiones colegiadas, ni en la Ejecutiva ni en el grupo parlamentario, ha desvelado las fuertes tensiones internas que han vivido en los últimos meses, principalmente a cuenta de la ley del 'solo sí es sí' o de la Ley Trans. A la dirección del partido le costó mucho justificar públicamente el voto a favor de la iniciativa de Irene Montero, con las duras críticas que lanzaron después al comprobar que algunos condenados por delitos sexuales habían visto rebajadas sus penas o incluso habían sido excarcelados. La líder del partido afeó a Bal que no les alertara como experto abogado que es de esas posibles consecuencias, y eso provocó que se abriera la caja de los truenos. “Tuvieron una buena bronca”, desvelan testigos de ese momento.

Bal, además, ahora se presenta como un crítico a la política de Arrimadas, a la que reprocha que Ciudadanos se haya convertido en el partido “subalterno” del PP. En una de las muchas entrevistas que ha concedido desde que plantó cara a Arrimadas, no dudó en sentenciar que en su opinión “Inés no puede representar este proyecto porque está identificada con lo viejo”. Su nuevo discurso, que ha dejado perplejos a muchos de sus compañeros de filas, se sustenta en que el partido no puede ser visto como “de derechas” y debe adoptar un perfil más amplio y “transversal” con el que poder pactar “a ambos lados”. “Nuestra candidatura representa a personas que pisan la calle y quieren un Ciudadanos autónomo y sin coqueteos con aquellos que buscan su anulación por absorción”. “Municipalismo de verdad”, ha dejado dicho en Twitter.

Su posicionamiento ha hecho saltar a Villacís, que es el principal cartucho que le queda al partido para las municipales, que ha advertido a Bal de que no le apoyará si gana e intenta “reconfigurar” Ciudadanos como un partido “subalterno al 'sanchismo'”. “Soy liberal y estaré en un partido liberal. Estaré en Ciudadanos si es lo que siempre ha sido, un partido liberal”, ha dejado dicho.

Los dos bandos miden sus fuerzas

Ambos bandos miden ahora sus fuerzas, convencidos, respectivamente, de que pueden ganar. Bal cuenta, entre otros, con el apoyo de diputados como Sara Giménez, Miguel Gutiérrez, María Carmen Martínez y Juan Ignacio López-Bas y con el senador Miguel Sánchez. A él se ha sumado el economista y tertuliano Juan Carlos Bermejo, militante de Las Rozas (Madrid) y eterno aspirante a primarias, que ya se ha postulado para encabezar la candidatura a la Comunidad de Madrid.

Y se presuponía que también tenía de su lado a María Muñoz, portavoz económica, a la que Bal propuso como persona de “consenso”. Pero la valenciana se descolgaba el pasado viernes y adelantaba a través de una carta que publicaba en Twitter que no iba a participar en ninguna de las dos listas. Lo que ha causado una amarga sorpresa en el bando de Arrimadas ha sido las duras palabras que en dicha carta le dedica a la líder, a la que acusa de haberla “intentado engañar” mientras lamenta que su candidatura “no sea realmente fiel a todo ese trabajo que durante todos estos meses” han realizado junto a la militancia. Muñoz asegura que “no puede formar parte de ese trampantojo”, pese a que, según fuentes cercanas a Arrimadas, a finales de la semana pasada acudió a una reunión en la que exigió figurar cuanto menos como número cuatro de la candidatura de Arrimadas. “María ha estado jugando a dos bandos y le ha salido mal”, aseguran estas fuentes.

El abogado del Estado cuenta también con el apoyo de cargos y excargos, fundamentalmente de ediles de municipios de diferentes comunidades. Pero el mayor respaldo le ha llegado por parte del exvicepresidente del Gobierno de la Junta de Castilla y León y único procurador que tiene el partido ahora en las Cortes regionales: Francisco Igea, que ya se presentó contra Arrimadas en las anteriores primarias para disputarle la presidencia de Ciudadanos.

Arrimadas, por su parte, suma en la lista que avala, además de a Begoña Villacís, al eurodiputado Adrián Vázquez y al diputado por Málaga, Guillermo Díaz; a algunos dirigentes autonómicos, como la coordinadora en Baleares, Patricia Guasp, que será la portavoz; al catalán Carlos Carrizosa y a su compañero Nacho Martín Blanco; a Carlos Pérez-Nievas, coordinador de Ciudadanos en Navarra; y a Mariano Fuentes, concejal del Ayuntamiento de Madrid. También la apoya la actual secretaria general de la Ejecutiva Nacional, Marina Bravo; el dirigente cántabro Félix Álvarez ‘Felisuco’; y el aragonés Daniel Pérez, en una clara ostentación de respaldo territorial.

El viernes pasado, después de la presentación de la lista que lleva por nombre ‘Renace Tu Partido’, Adrián Vázquez volvía a hacer un último intento por atraer a Bal a ese ansiado consenso. Según anunció, iba a llamar “de inmediato” a Bal para intentar llegar in extremis a un acuerdo “porque no tenemos futuro sin unidad, tenemos que ir todos juntos a la Asamblea de refundación”. “Bal sigue teniendo un hueco en nuestra lista”, afirmó. De hecho, en el comunicado de presentación, señalan: “Este equipo tiende la mano a todos los que quieran sumar con la vista puesta en el reto que supone la próxima cita electoral de municipales y autonómicas. Y tiende la mano a los compañeros de otras candidaturas”, algo que no han hecho los de Bal.

La respuesta llegó con rapidez. El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso no quiere saber nada de la candidatura de su jefa por considerarla “continuista”, y aunque sigue loando el “talento” de los que integran la lista rival, cree que es una “muestra y una clara voluntad de que todo siga igual”.

Bal cree que pueden y deben volver a “ilusionar” a los votantes

En el manifiesto que acompaña a la lista, que ya está registrada y bautizada con el nombre de ‘Ciudadanos de Nuevo’, los de Bal se dirigen a modo de “carta abierta” a “todos los compañeros, cargos electos y afiliados de base” para recordarles que el partido ya consiguió en el pasado “contagiar a millones de españoles con nuestra ilusión”. “Ahora –añaden– nuestro reto es diferente: tenemos que transmitir esa ilusión a los nuestros, a quienes se dejan la piel por nuestro partido en el día a día, a los afiliados y militantes, y también a los antiguos votantes que se sienten defraudados y prefieren quedarse en casa. Para ello, todos nosotros somos necesarios. Juntos, somos imparables”, sentencian.

En esta línea, hacen además hincapié en que la opción que propone es “un verdadero cambio real y profundo para revitalizar el espacio liberal”. “No podemos ir a nuestros candidatos autonómicos y municipales y decirles que se tienen que enfrentar a unas elecciones en cinco meses con un partido que únicamente ha cambiado las caras, pero no la forma en la que hace política para la ciudadanía”, señalan, mientras insisten en la necesidad de volver a “ilusionar”. Una ilusión que, según recuerdan los detractores de Bal, él mismo no logró despertar en Madrid cuando fue designado candidato, en sustitución de Ignacio Aguado, a las elecciones autonómicas que adelantó Isabel Díaz Ayuso en Madrid tras la fallida moción de censura en Murcia. De los 26 escaños que tenían, Bal no logró mantener ninguno.

Este jueves a las diez de la noche finaliza el plazo para que los afiliados avalen las candidaturas que se han registrado, la de Bal y la que impulsa Arrimadas, a las que se han sumado ahora otras dos, la encabezada por Laura Alves y Marcos Morales, de las juventudes del partido en Murcia, 'La Base del Cambio'; y una cuarta de un desconocido militante, Pablo Gracia Biarge. En la anterior Asamblea General se reformaron los estatutos para volver a exigir que los aspirantes a primarias tuvieran que ser avalados por el 1,5% del censo. En este caso supone más de un centenar de apoyos, 115 aproximadamante, teniendo en cuenta que en la actualidad fuentes del partido cifran en 7.600 el número de afiliados, es decir, un 65% menos que hace dos años y medio, cuando Francisco Igea e Inés Arrimadas se enfrentaron en primarias también para la presidencia del partido. Entonces se cifró el censo en 21.000 personas. Las listas que ahora no alcancen ese requisito de avales del 1,5% se quedarán fuera de la carrera.

El reloj mientras tanto sigue corriendo y ha iniciado la cuenta atrás tanto para esas primarias, que se vislumbran reñidas, como para la celebración de la VI Asamblea General extraordinaria de mediados de enero, que ya tiene lema. En esta ocasión Ciudadanos ha elegido 'Radicalmente Libres' como cartel para el encuentro. “Muy libres, sí, pero divididos”, lamenta un miembro de la lista que avala la líder.

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