La líder de Cuidadanos, Inés Arrimadas, ha decidido volcarse en la campaña de las elecciones catalanas del 14 de febrero que se inicia a medianoche de este jueves para reforzar al candidato de su partido para presidir la Generalitat, Carlos Carrizosa. El dirigente catalán sale por primera vez a competir en la carrera autonómica con unas encuestas adversas y una valoración ciudadana de las más baja como candidato. Por eso en el partido confían en el tirón electoral de Arrimadas, que estará todos los días en Catalunya protagonizando actos o bien con Carrizosa o bien con otros dirigentes que acudirán a echar una mano en una campaña atípica en la que no habrá mitines tradicionales y los actos tendrán que seguirse por streaming. “Inés será una candiadata más”, aseguran en la dirección de Ciudadanos.
La dirigente del partido y el candidato abrirán este jueves por la tarde la campaña con la tradicional pegada de carteles en la montaña de Montjuic, en Barcelona, y en la que se dará a conocer el lema, estrenarán nueva sintonía electoral y habrá “sorpresas”, según anuncian.
El último CIS aventuró que Ciudadanos podría perder el 14F seis de cada 10 votantes y se quedaría en la mitad o menos de los históricos 36 diputados que logró Arrimadas en 2017. Unos malos pronósticos que desde la dirección de la formación creen posible conjurar si consiguen una amplia participación del electorado que antes les apoyó y que denominan “constitucionalista”, ya que están convencidos de que “es posible el cambio porque el independentismo está ahora más desmovilizado y dividido que nunca”, como señaló este miércoles Arrimadas en una entrevista en La Hora de la 1, en TVE. Por ello han lanzado un envite al PSC, impulsado en estas elecciones gracias a su candidato, el exministro Salvador Illa, para que evite pactar con ERC y Podemos y “reeditar otro tripartito”. Los deseos del partido son que ese cambio lo pudiera liderar Ciudadanos pese a saber que eso es más un brindis al sol que una posibilidad real. La estrategia es la misma que ya emplearon durante la negociación de los Presupuestos: mantener la oferta a los socialistas para que luego “no puedan decir que no tuvieron más remedio que pactar con los independentistas porque no había otra alternativa”.
Fuentes de la dirección de la formación que se dice “liberal” recuerdan que el listón que dejó Arrimadas en Catalunya es muy alto –fue la fuerza más votada en las anteriores autonómicas, en 2017– y el contexto de estas elecciones, con el tercer rebrote de la pandemia desbocado, es mucho más adverso. Así que quedarse en la mitad de los escaños no lo considerarían un desastre sino que lo verían como una posibilidad para impedir que se materialice otro tripartito. Las mismas fuentes aseguran que ahora están en una horquilla de entre el 12% y el 17% de apoyo frente al 25,35% que lograron en 2017.
Aguado, Marín e Igea
El diseño de la campaña tampoco es el habitual. Habrá actos por la mañana y por la tarde, unos protagonizados por Arrimadas y Carrizosa, juntos, en la calle, y otros por separado con los cabezas de carteles provinciales y dirigentes de otras autonomías que acudirán a ayudar a remontar al candidato los malos pronósticos. Según explican, está asegurada la presencia de varios coordinadores autonómicos y de los vicepresidentes de Madrid, Ignacio Aguado; Andalucía, Juan Marín, y Castilla y León, Francisco Igea, que fue rival de Arrimadas en las primarias y con el que sigue manteniendo algunos roces. Además, se espera que acudan también a algún acto la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el jefe de la delegación en el Parlamento Europeo, Luis Garicano.
En el partido no descartan algún nuevo gesto de apoyo de los fundadores de Ciudadanos que ya expresaron su respaldo a Carrizosa a través de un manifiesto. En ese grupo no está –ni se le espera– el anterior presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, con el que en la nueva dirección reconoce que no hay interlocución. Pero le disculpan y recuerdan que cuando dimitió y dejó todo tras las generales de noviembre de 2019 –en las que llevó a la debacle al partido–-, Rivera dejó dicho que no iba a interferir en nada y se mantendría alejado de la vida del partido. Pese a sus promesas, no ha dejado de poner chinas en la nueva etapa y estrategia que ha emprendido su sucesora.
Por las tardes se dará preferencia a actos sectoriales en lugares cerrados, sin público, que se emitirán telemáticamente. El objetivo es conseguir que los mensaje lleguen al mayor número de personas posible, mientras Arrimadas, en la medida que su agenda se lo permita, refuerza la campaña con entrevistas en medios de comunicación.
La dirigente de Ciudadanos ha decidido votar por correo y el sábado se hará la foto en Barcelona recogiendo en una oficina de Correos su solicitud con la papeleta de su partido, gesto que repetirá antes de que se acabe el plazo de entrega para depositar su sobre. Con ello pretende animar a los catalanes a elegir esta modalidad, mucho más segura en tiempos de pandemia que votar presencialmente en el colegio electoral. El domingo, la Ejecutiva Nacional de Ciudadanos se reunirá en Barcelona por videollamada con la idea de escenificar su apoyo a la candidatura de Carrizosa.
Preparados para cualquier debate
Además, en el partido cuentan con que que Carrizosa pueda salir airoso de los debates que se están organizando. Aunque no habrá ningún cara a cara de dos contrincantes. El primer debate será el del próximo viernes, organizado por el diario La Vanguardia con todos los candidatos. Habrá otro en TVE, y un tercero, creen, organizado por Atresmedia. Desde el partido aseguran que ellos siempre acudirán a todos los que sean invitados porque los consideran un buen medio para explicar sus propuestas a los votantes.
Los ejes de la campaña se centrarán en volver a alertar de lo pernicioso que sería un nuevo procés y del peligro de una reedición de un tripartito de izquierdas, porque creen que lo que necesita ahora la sociedad catalana es “pasar página” de todo eso y reactivar un cambio que saque de la “parálisis” a esa comunidad. El PP no será centro de sus ataques mientras procurarán ignorar a Vox, convencidos de que en realidad a quien más va a perjudicar el partido de extrema derecha es a la candidatura de Alejandro Fernández que les 'robó' a Lorena Roldán. Lo que no contemplan en ningún caso es ese sorpaso que anhela Casado en Catalunya.
Ciudadanos tampoco dejará a un lado la gestión de la crisis sanitaria, económica y social derivada de la pandemia, y la “pésima gestión de Illa” y del Govern de la Generalitat, contrastándolas con las que ha hecho su partido en las cuatro comunidades en donde gobierna con el PP, que consideran mucho mejor, y poniendo en valor también la actitud “responsable” que creen que ha demostrado en el Congreso con su “política útil”.
Con todo, la obsesión de Ciudadanos es que el 14F se demuestre que en Catalunya “no hay una mayoría separatista” y que la suma de los votos de los partidos no nacionalistas puede superar a la del independentismo para formar “un gobierno constitucionalista en la Generalitat”. Por ello la formación de Arrimadas hace un llamamiento casi a la desesperada para que ese apoyo se concentre mayoritariamente en Carrizosa y “pueda ser él quien lidere ese cambio”.