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El artista que pintó la lápida de Franco se sienta en el banquillo y afronta una petición de cárcel

Tumba de Franco en la Basílica del Valle de los Caídos | Foto: Fernando Sánchez

Laura Galaup

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Este viernes 10 de diciembre se sienta en el banquillo Enrique Tenreiro, que accedió a la Basílica del Valle de los Caídos y pintó en letras rojas el mensaje “por la libertad” en la lápida de Francisco Franco. Tras un largo proceso judicial, la Audiencia Provincial se posicionará sobre los hechos que el artista gallego protagonizó el 31 de octubre de 2018, cuando los restos del dictador todavía se encontraban en Cuelgamuros. 

Para la Fiscalía la actuación de Tenreiro supone un delito contra la libertad de conciencia, que conlleva una pena de un año de prisión. Además, requiere al acusado que asuma —en concepto de responsabilidad civil— el coste de la limpieza (323,41 euros) y el de las entradas que Patrimonio Nacional devolvió ese día (510 euros): 833,41 euros en total.

En el escrito dirigido al juzgado de instrucción, el Ministerio Público recalca que, “con evidente desprecio hacia los sentimientos religiosos de los presentes”, realizó la pintada “amparándose en su concepción socio-política de la sociedad”. “La acción descrita anteriormente tuvo lugar mientras los niños de la Escolanía estaban accediendo al Coro y los sacerdotes celebrantes de la Eucaristía se dirigían al altar mayor”, destacó la fiscal el pasado 14 de enero de 2020. 

Para el letrado del acusado son “sorprendentes y preocupantes” las “aseveraciones” realizadas por el Ministerio Público “sobre la concepción socio-política de la sociedad y los sentimientos religiosos” de Tenreiro, apuntó el abogado en su escrito de defensa.

Por su parte, la acusación particular, ejercida por la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, solicita dos años por delitos contra la libertad de conciencia, de acto de profanación y daños en tumba; y cinco meses más de prisión por otro delito de profanación, según el auto de apertura de juicio oral. En el escrito de conclusiones provisionales, esta organización argumentó que el acusado actuó “con absoluto menosprecio hacia los sentimientos religiosos más elementales, en un acto de provocación insoportable para cuantos fieles vieron perturbadas sus prácticas religiosas”. “Todo ello por motivos de discriminación y odio por ideología”, ha reseñado. 

Finalmente, la Abogacía del Estado se limita a pedir a Tenreiro la reparación económica de los “daños ocasionados [833 euros] más los intereses legales previstos” en la Ley de Enjuiciamiento Civil. Consultados por esta redacción, desde el departamento de comunicación de Patrimonio Nacional aseguran que la institución “respeta el normal desarrollo del procedimiento judicial”. 

El juzgado de instrucción número 4 de San Lorenzo de El Escorial (Madrid) acordó en julio de 2020 la apertura de juicio oral contra él por un delito contra la libertad de conciencia y otro de profanación y daños en tumba. Este viernes se celebrará la vista en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Madrid, la causa se juzgará allí por “el tipo de penal y no por la petición de pena”, apuntan fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Los magistrados analizarán en el enjuiciamiento lo sucedido en el Valle de los Caídos el día en el que se produjeron los hechos. Alrededor de las 10.50h de la mañana Tenreiro entró en la Basílica —junto a un fotógrafo que inmortalizó el momento— para realizar una pintada en la tumba del dictador en la que se leía el mensaje “por la libertad”, que acompañó junto al dibujo de una paloma. 

Mientras realizaba la performance, y antes de ser retenido y apartado de la tumba por los guardias de seguridad, justificó su comportamiento al grito de “por la libertad y la reconciliación de todos los españoles”. “Para que no haya ningún bando vencido. Por la libertad. No tengo nada contra Franco”, añadió. Según relata Tenreiro, para evitar que le imputasen un delito de odio realizó esa última declaración al ser interceptado por los guardias de seguridad.

“El mayor delito del que me acusan es el de libertad de conciencia por interrumpir la preparación de una misa, que estaba programada a las 11h. No lo pude hacer antes. Estuve esperando desde las 10.20h, pero había gente de rodillas en la lápida con el brazo en alto. ¿Cómo se puede permitir que en una Basílica de todos los españoles haya gente alabando a un dictador así?”, relata el acusado a elDiario.es. Tenreiro sostiene que “es un poco paradójico” que le procese “la justicia de un país con una Constitución” por criticar un hecho que considera “totalmente ridículo”, como el hecho de “que haya un mausoleo para alguien que dio un golpe de Estado”.

El presidente de la asociación que ejerce la acusación particular, Pablo Linares, defiende que su organización no busca “meterse con nadie” ni “buscarse problemas”. Además sostiene que la pena que piden contra Tenreiro es la que “se suele pedir por este tipo de delitos”. “Entendemos que lo que hizo este señor no es de recibo. Al igual que si hubiese sido un señor de signo contrario en la sepultura de Dolores Ibárruri, nos parecería exactamente igual de mal, lo pongo como ejemplo. No está bien jugar con los sentimientos de la gente en el tema funerario”, indica Linares.

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