El asesinato de tres activistas kurdas en París fue considerado hoy por las autoridades turcas como un intento de bloquear los contactos entre Ankara y Abdulá Ocalan, el fundador del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), para acabar con el conflicto.
“Parece ser una lucha interna, hemos visto este tipo de incidentes antes. Puede haber gente que quiera hacer descarrilar este proceso. Deberíamos ser extremadamente cautelosos”, declaró Huseyin Celik, portavoz del gubernamental Partido Justicia y Desarrollo.
Entre las tres mujeres halladas muertas la pasada madrugada en París figura Sakine Cansz, una de las fundadoras del PKK en 1978. Las otras dos asesinadas son Fidan Dogan y Leyla Söylemez, ambas activistas kurdas.
Por su parte, el PKK acusó de estas muertes a “fuerzas oscuras” dentro del Estado turco.
“Estos ataques van contra los contactos entre Imrali (Ocalan) y el Gobierno turco. Este ataque ha sido perpetrado por fuerzas oscuras contra el nuevo proceso”, manifestó en un comunicado Zubeyr Aydar, el representante para Europa del PKK.
El prokurdo Partido Paz y Democracia (BDP) condenó los asesinatos y pidió a las autoridades francesas que encuentren a los culpables lo antes posible y a los kurdos que se manifiesten contra la muerte de sus “mártires”.
Desde hace unos días, altos cargos del Estado turco mantienen conversaciones con Ocalan, encarcelado desde 1999 en la isla de Imrali en Turquía, sobre un posible desarme del proscrito grupo de guerrilleros kurdos.