La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, planteó hoy en Bruselas su reclamo de una batería de medidas a nivel europeo para hacer frente a la crisis de vivienda en el continente y pidió a la Unión Europea “afrontar esta ”realidad“ y ”no mirar hacia otro lado“.
En una rueda de prensa para presentar el manifiesto de la red de ciudades europeas Eurocities de cara al futuro de la UE, Colau se centró específicamente en la crisis de la vivienda y recordó que el modelo europeo de ciudad es “una de las mejores contribuciones de Europa a la humanidad”.
En la actualidad se produce el fenómeno de la especulación y la gentrificación, proceso mediante el cual la población original de un barrio, generalmente céntrico y popular, es progresivamente desplazada por otra de un nivel adquisitivo superior.
“La crisis de la vivienda está amenazando a nuestras ciudades y nuestra economía. El derecho humano a la vivienda no se está respetando. Europa debería estar preocupada por el impacto de esta crisis en el mercado laboral y en la productividad económica de Europa”, afirmó.
Ante esta situación, Colau se mostró partidaria de medidas como un impuesto europeo contra la especulación en la vivienda o la prohibición de los “visados de oro”, los permisos de residencia que obtienen automáticamente los extranjeros que adquieren inmuebles superiores en precio a los 500.000 euros.
“En lugar de poner un impuesto a los especuladores, se regalan los derechos de ciudadanía a las personas ricas que pueden pagar una vivienda de más de medio millón de euros, y en cambio se condena a morir ahogadas a miles de personas en el Mediterráneo porque son pobres”, declaró Colau a la prensa tras la presentación.
También propuso que se garantice un mínimo de gasto público en vivienda del 1,5 % en todos los Estados comunitarios o que se lancen planes de rescate “para la gente y las ciudades” que apoyen proyectos de renovación de los barrios.
“La UE no puede mirar hacia otro lado y necesita afrontar esta realidad”, apuntó la alcaldesa de Barcelona.
Junto a los alcaldes de Glasgow, Nantes, Estocolmo y Varsovia, Colau presentó en Bruselas el manifiesto de Eurocities, un documento que sienta las bases de la postura de este movimiento ante el futuro de Europa y en el que piden una mayor involucración de las ciudades y sus habitantes en el proceso decisorio comunitario.
“El espíritu que nos mueve debe ser profundamente proeuropeo. En tiempos de creciente incertidumbre por el 'brexit', los populismos de extrema derecha y una crisis de legitimidad de la Unión queremos reforzar el proyecto común europeo”, explicó Colau.
La alcaldesa subrayó la importancia de hacerlo “desde una convicción municipalista”, una posición que compartió la presidenta de Eurocities y alcaldesa de Estocolmo, Anna König Jerlmyr.
“Estamos en una posición única para cerrar la brecha entre los que toman las decisiones y los ciudadanos”, dijo la política sueca, quien advirtió de que las ciudades europeas podrían encontrarse ante “su última oportunidad para reclamar la narrativa del proyecto europeo”.
El manifiesto recoge propuestas como el nombramiento de un vicepresidente de la Comisión Europea a cargo de asuntos urbanos para la próxima legislatura o la celebración de cumbres anuales urbanas que reúnan a líderes europeos, nacionales y locales para definir una agenda y acciones comunes.
La cumbre de Eurocities se celebra este jueves al mismo tiempo que la cita de primavera de líderes europeos y contará con la asistencia del presidente del Comité Europeo de las Regiones, Karl-Heinz Lambertz, y el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Jyrki Katainen.
Colau, por su parte, participará esta tarde en un coloquio llamado “La ciudad: un lugar para la mujer” junto a la Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, e intervendrá mañana en la apertura de la cumbre.