“Estamos ante una situación de emergencia nacional. Tiene que estar al frente el Gobierno de España”. La frase la pronunció el pasado lunes el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. El barón del PP asumió así la posición de su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, y se situó contra su homólogo valenciano, Carlos Mazón. El ‘president’ de la Generalitat no ha recibido un solo apoyo explícito de ninguno de los más importantes dirigentes de su partido a su decisión de no delegar el mando de la gestión de la DANA que ha provocado más de 200 muertos e inmensos daños materiales.
Mazón está cada vez más solo en su defensa de una decisión política que ya parece irreversible: retener en su persona el mando tras el peor temporal registrado en décadas y cuyas consecuencias todavía no son cuantificables en todos sus extremos. Y eso que su partido le ha mostrado en varios momentos el camino a seguir para contar con el respaldo de toda la organización.
El primero fue el propio Feijóo el pasado jueves cuando, con la ciudadanía todavía esperando el despliegue de medios humanos y materiales, reclamó al Gobierno declarar la “emergencia nacional”. Una fórmula que, según la ley, daría el mando operativo al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Y se lo quitaría al propio Mazón.
El presidente valenciano respondió minutos después en una comparecencia junto a Pedro Sánchez en la que rectificó a su jefe de filas. Mazón puso en valor la “colaboración” del Gobierno central desde el primer momento, lo que justificaría no delegar el poder.
El mismo jueves el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, también dijo que la catástrofe provocada por la DANA es “una emergencia de interés nacional” cuya gestión y coordinación debía asumir Marlaska “para movilizar, dirigir y coordinar los recursos estatales”. Andalucía también fue afectada por la DANA, aunque con más suerte que la Comunitat valenciana y no se tuvieron que contabilizar víctimas humanas. Desde entonces, Moreno está en silencio sobre esta cuestión y, como otros líderes regionales, ha centrado su mensaje en la ayuda puesta a disposición de Mazón.
Durante el fin de semana se filtró un supuesto “informe” interno que recogía el argumentario del PP nacional: el Gobierno debió de asumir el mando el martes, incluso antes de las riadas. Si no se envió la alerta antes de las ocho de la tarde, cuando el agua ya inundaba cientos de kilómetros de territorio, era por culpa de Sánchez al no declarar la emergencia, lo que en realidad era un intento de ocultar los errores en la actuación de Mazón.
Este lunes la presión sobre Mazón se hizo más contundente desde sus propias filas. Tras las palabras de Mañueco, Feijóo insistió con más claridad en su mensaje. “Seguimos solicitando, como hicimos desde el primer día, la declaración de emergencia nacional”, dijo en una declaración, sin preguntas de los periodistas. “Y, si se decide, tiene nuestro apoyo”, añadió.
Pero esa primera persona del plural no parece obligar a todo el PP porque el de la Comunitat Valenciana no sigue la estrategia marcada por la dirección nacional de la madrileña calle de Génova. Mazón trató de parapetarse los primeros días tras su consellera de Justicia, Salomé Pradas, pero tuvo que salir a asumir públicamente la responsabilidad el sábado, tras la comparecencia de Pedro Sánchez. Fue cuando reclamó que, en vez de poner las autoridades valencianas al servicio del mando único del Gobierno, fueran los ministros los que se pusieran a sus órdenes en diferentes grupos de trabajo que iba a poner en marcha, cuatro días después de la riada.
Desde entonces, Mazón ha intentado aferrarse al mando sobre la gestión de la tragedia como resorte para blindarse al frente de la Generalitat cuando parte de su Gobierno y de su partido está al margen de sus decisiones y empiezan a arreciar las críticas internas a su operativo.
Barones de perfil
Esas voces internas que cuestionan de momento en privado la gestión de la Comuniitat Valenciana se multiplican mientras en público el silencio se ha impuesto en la organización. Mañueco es el único presidente autonómico que esta semana ha hablado expresamente sobre la declaración de la emergencia nacional en el País Valencià. Y lo hizo para contradecir a su homólogo. El resto ha optado por el silencio, algo que no suele ser habitual en algunos y algunas de las personas que lideran gobiernos autonómicos del PP.
La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, siempre presta a entrar en los debates nacionales, evitó este miércoles responder a una cuestión que la situaría bien del lado de Mazón, bien del lado de Feijóo. Ayuso dijo estar “viviendo un momento dramático”, sufrir “muchísimo con el pueblo de València”, sentir “la impotencia que genera el querer todos colaborar y muchas veces no saber cómo”. También argumentó que no es imaginable “el mal cuerpo” que tienen los dirigentes del partido.
La presidenta de Madrid no respondió a la cuestión. Pero tampoco lo han hecho otros barones. Ninguno quiere tomar partido en público porque supondría no solo elegir bando interno, sino también poner en duda su propia autonomía y capacidad. Feijóo quiere utilizar la tragedia de la DANA para “confrontar con el Gobierno” y “no con Mazón”, según reveló una fuente de la dirección nacional al diario 'El Mundo' este martes.
En privado, presidentes consultados por elDiario.es sí piden que se declare la “emergencia nacional” para “hacer lo que se tiene que hacer” en la zona anegada. Pero en público, si no es obligatorio y a preguntas de los periodistas, prefierern no hablar.
Es lo que ha hecho el resto de dirigentes autonómicos, quienes han optado por ponerse de perfil y centrar su mensaje en la ayuda puesta a disposición de los valencianos.