El batacazo en Andalucía deja tocado a Pedro Sánchez y el PSOE abre un periodo de “reflexión”

La preocupación y la decepción en el PSOE por el batacazo en Andalucía es palpable en las filas socialistas. Tanto en Ferraz como en el PSOE-A reconocen que no se esperaban un resultado electoral que pusiera en riesgo el Gobierno de Andalucía, como ha sucedido, y justo seis meses después de que Pedro Sánchez llegara a la Moncloa. Ante esa situación, la dirección de Pedro Sánchez abre un periodo de “reflexión” para encontrar las causas que han llevado a Susana Díaz a perder cerca de 400.000 votos y a dejarse 14 escaños. Susanistas y sanchistas se cruzan reproches sobre quién tiene la responsabilidad de la caída.

“Se ha registrado una baja participación de nuestro electorado –ha expresado el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos–. Nos lleva a una reflexión de por qué una parte de nuestro electorado no ha revalidado su confianza en nosotros. Desde hoy mismo el PSOE está trabajando ya para recuperar esta confianza del electorado”.

Ábalos ha comparecido minutos después de que la presidenta en funciones lo hiciera en Sevilla tras una conversación con Pedro Sánchez. El mensaje que lanzan tanto en Ferraz como el PSOE-A es casi idéntico: son los ganadores de las elecciones, aunque no con la ventaja que esperaban, y trasladan la presión a PP y Ciudadanos ante su intención de pactar con Vox para desbancar a los socialistas.

“El combate que nos compete es ahora liderar el frente de la democracia, la batalla de la democracia frente al miedo”, ha dicho el número tres de Sánchez. “Los demócratas debemos facilitar, promover, un Gobierno de carácter constitucionalista y europeísta”, ha expresado Ábalos en la misma línea que había expresado previamente la presidenta andaluza en funciones.

Con mayor claridad que la dirigente andaluza, el ministro ha avisado de que ese pacto con la extrema derecha tendrá una traslación a nivel nacional: “Lo que hagamos en Andalucía va a ser también una buena demostración de lo que algunos serán capaces de hacer en España”. Los socialistas creen que el auge de la extrema derecha movilizará al electorado de izquierdas, que se ha visto mermado en las urnas andaluzas con un retroceso importante.

Cruce de reproches: ¿quién es culpable del batacazo?

En el corto plazo, el PSOE evita dar por perdida la Junta y quiere que PP y Ciudadanos se retraten ante lo que este domingo han dado por hecho: un pacto que incluya a Vox para hacerse con la Junta mientras que a “la extrema derecha en Europa se le aísla”. No obstante, en la dirección federal consideran que de momento “está todo abierto” y que el proceso que se inicia “será largo”. En Ferraz ven complicado también el camino de Juanma Moreno y Juan Marín para ponerse de acuerdo en la presidencia de la Junta en plena batalla de la derecha.

Pero más allá de la primera lectura, el PSOE ha tenido su peor resultado en su principal bastión en un momento clave para los socialistas. La primera noche electoral de Sánchez como presidente del Gobierno ha acabado con un mapa que era impensable para los socialistas. Tanto en la dirección como en Moncloa estaban convencidos, además, de que el “viento de cola” de la moción de censura les iba a impulsar pese al desgaste que el partido acumula en Andalucía tras 36 años ininterrumpidos de gobierno.

Las caras largas y la preocupación en Ferraz ha sido la tónica durante toda la noche. Sánchez se trasladó a la sede del PSOE a seguir el recuento junto a su núcleo duro y que inicialmente no estaba previsto. Los resultados en Andalucía tienen una doble lectura en el seno del partido, a pesar de que en el equipo del presidente se esfuerzan por marcar distancias con Díaz.

Sánchez se desmarca de la debacle de Díaz

En Ferraz consideran que la campaña andaluza ha sido de “baja intensidad” y focalizan la debacle en Díaz: “Ha escondido al PSOE, hasta en los carteles. Pedro es el líder nacional que menos ha pisado Andalucía”, dice un alto mando de Ferraz: “La clave es que nuestro votante se ha quedado en casa”, agrega ese dirigente, que cree que la culpable de esa abstención es Díaz por su pasado al frente de los socialistas andaluces –en su enfrentamiento interno con Sánchez, en su promoción de la abstención para que gobernara Mariano Rajoy e incluso por haber pactado con Ciudadanos en 2015, según relata–.

Sin embargo, en los sectores más alejados de la dirección del PSOE consideran que el castigo a Díaz tiene que ver con la situación de la política a nivel nacional: “Cae el PSOE y cae Podemos. Se dispara la derecha y se dispara reactivamente a la moción de censura”, reflexiona un exdirigente, que considera que el apoyo de los independentistas a Sánchez en esa votación y la dependencia que tiene el PSOE en el Congreso ha tenido repercusión en Andalucía. Otras fuentes socialistas apuntan a que la actuación de Sánchez desde Moncloa está “movilizando a la derecha” mientras que la izquierda se queda en casa.

En el entorno de Sánchez se desmarcan de la debacle de Díaz y consideran que su resultado no condiciona la situación de la política nacional. El plan del presidente es aguantar “bastantes meses” hasta convocar las generales, aunque ha reconocido que un fracaso en los presupuestos “acorta” su intención de agotar la legislatura. “No cree que sea extrapolable”, dice uno de los dirigentes que ha seguido el recuento electoral en Ferraz. “Son unas autonómicas”, dicen fuentes monclovitas.

“Vamos tarde para convocar elecciones”, afirma un miembro de la Ejecutiva. En el PSOE hay voces que llevan meses advirtiendo de que un adelanto electoral les vendría bien para aprovechar el tirón de la moción de censura y evitar el desgaste antes de las urnas. Algunas fuentes apuntan a que la irrupción de Vox puede movilizar al electorado de izquierdas y convocar los comicios puede frenar su ascenso mientras que otros ven en el auge actual una amenaza inmediata que se puede disipar con el tiempo.

“El Gobierno no está ni a expensas de los resultados electorales ni de ninguna otra cuestión que no sea la viabilidad del proyecto con el que se convirtió en presidente”, expresó la vicepresidenta, Carmen Calvo, el pasado viernes. Ábalos ha asegurado que el auge de la extrema derecha no cambiará “el rumbo”.