Carretera y chófer pagado por el partido, kilómetros y exposición en redes sociales a todas horas. Los candidatos a presidir el PP no solo compiten en las plazas donde besan, abrazan y atienden a los militantes. La huella de su paso por cada lugar es cuidadosamente vendida en Instagram y Twitter con fotografías, vídeos y montajes. Ya no solo se trata de exponerse, cuanto más mejor, con una cara conocida –vale un exministro o un presidente autonómico– sino de hacer ver que el resto responde al mensaje y participa de él.
Pablo Casado ha iniciado una campaña que llama directamente a la militancia a hacerse fotos con los dedos sobre las comisuras de los labios en forma de sonrisa. Su equipo de comunicación se esmera por retuitear todas esas sonrisas. El candidato más joven es también el que representa la mayor ultractividad en estas plataformas. Su nicho potencial de apoyos está aquí, en las redes. Y eso le ha jugado alguna que otra mala pasada, como compartir una foto que en realidad estaba retocada porque en unos de los márgenes sale una persona pidiendo en la calle.
Casado está haciendo de todo en la campaña. Desde, en un momento de exaltación, subirse al capó de un coche con la bandera de España entre las manos a grabarse un vídeo charlando animadamente con el vicesecretario Javier Maroto sobre su siguiente parada mientras corta queso: “Ahora vamos a Alsasua, que están de fiestas y me parece a mí que están los abertzales quemando otra vez banderas de España”.
Si hay algo que tienen en común las fotos de tres principales candidatos es la bandera de España. Y después, el fútbol. Cada uno a su estilo. Cada vez que gana España, Pablo Casado comparte un vídeo en el que besa la camiseta de las selección y después muestra las siglas del PP, que pueden verse en un letrero a su espalda.
Soraya Sáenz de Santamaría, entre partido y partido, se fue de karaoke con el exministro Íñigo Méndez de Vigo. El último encuentro en Rusia lo vio envuelta en una bandera de España y acompañada de sus excompañeros de Gobierno Fátima Báñez y Álvaro Nadal, que la han respaldado en una parte de su tour nacional.
En el periplo de carretera y manta, Sáenz de Santamaría se ha hecho fotos con admiradores, entre nubes de vecinos y vecinas y tomando cañas, pero también ha recurrido a sus estampas virales en su etapa de vicepresidenta para enganchar a los instagramers, como el baile en El Hormiguero y su minuto de gloria como DJ en el cierre de campaña del PP.
Cospedal no empezó con buen pie la construcción de su imagen en redes. Una bandera franquista se coló en la primera imagen que compartió tras postularse como candidata a suceder a Mariano Rajoy.
Con el lema #PrimeroelPP, la aún secretaria general hace gala en redes de actos llenos y cariños con los militantes. La imagen de sus nutridos encuentros contrastan con los grandes datos del partido, que evidencian una desmovilización de las bases: solo votarán el futuro del partido un 7,6% de los que el PP tiene listados como afiliados.
La exministra de Defensa comparte sus propios vídeos y también los de personas anónimas que la apoyan con los suyos. Cospedal eligió al exministro José Ignacio Zoido como compañía para ver uno de los partidos, bandera de España mediante.
Fútbol, abrazos y banderas. Y lo que queda hasta el 4 de julio.
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