La novela negra se ha convertido en una de las mejores herramientas de denuncia social y si a ello se une la experiencia de una larga labor periodística, el resultado es “Margen de error”, el segundo título “noir” de Berna González Harbour, quien ha puesto lupa en la corrupción y la falta de ética empresarial.
Publicado por RBA, “Margen de error” tiene como protagonista a la comisaria María Ruiz, un personaje que nació y tomó cuerpo en “Verano en rojo”, la primera novela de Berna González Harbour, periodista y subdirectora de El País, y que ya va a formar parte de la lista de investigadoras de ficción en España, con carácter, inteligencia y sensibilidad, como Petra Delicado o Mariana de Marco.
“Margen de error” muestra, a partir de la investigación de un supuesto suicidio, una compleja trama con diferentes asuntos, uno de ellos que funciona como punto de fuga para la autora es el que nace a partir de una noticia que fue portada en todos los periódicos: los 23 trabajadores de Telecom que se suicidaron tras conocer que iban a ser despedidos o trasladados.
Y a esta noticia que le sirve como “telón de fondo”, como explica a Efe, le suma también el tema de los secuestros por dinero, las manifestaciones del 15-M y los indignados, el uso de las redes sociales y la tecnología y la transformación de los medios de comunicación, el viejo y el nuevo periodismo.
“La novela negra es la otra cara del periodismo pero es la misma moneda. El periodismo te permite hacer pinceladas, retazos de fotos sobre el tema, pero la novela es un cuadro amplio y detallado donde están todos los componentes”, explica González (Santander, 1975).
“Son dos cosas complementarias”, argumenta la autora, quien precisa rápidamente que la novela negra hoy tiene mucho éxito, pero no es ningún sustituto del periodismo de investigación.
En “Margen de error” se dan citan la muerte, la corrupción, los intereses, las tramas o los comportamientos detestables, todo ello sin salir de España, ni hurgando en las alcantarillas, los bajos fondos o los vapores de whisky o humo.
Y es que como dice el tópico, la realidad supera la ficción con creces y a Berna González Harbour solo le ha hecho falta mirar cerca con los ojos de una mujer de hoy: su inspectora María Ruiz
Una mujer inteligente, trabajadora, sensible y luchadora al frente de un equipo que está formado por el periodista Luna, “un periodista de raza”, forjado durante años en sucesos, y dos policías; el veterano Carlos, que se conoce perfectamente su profesión, y el otro más joven, Tomás, dedicado a la investigación de crímenes informáticos.
“He querido retratar el mundo actual -precisa- y para ello una mujer era ideal, porque quería mostrar también los cambios y los avances en la sociedad. El mundo de los detectives ha cambiado, ya no son esos misóginos o cínicos de vuelta de todo en ambientes donde las mujeres solo aparecían llenas de curvas o como objetos sexuales”.
“Adoro a Camilleri a Vázquez Montalbán y a muchos otros, pero pintaban universos que creo ya superados. Hoy la mujer no es un objeto con pechos y curvas sinuosas”, ha recalcado la autora.
El periodismo, su transformación y las nuevas tecnologías es otro de los pilares en donde descansa este relato.
“Con las nuevas tecnologías tenemos acceso a informaciones que antes eran inimaginables, a rastreos; pero como siempre las herramientas son neutrales, no así quien las usa y de ahí el peligro”, matiza esta escritora, al tiempo que asegura que nunca el periodismo ha vivido un momento mejor.
“El periodismo está más vivo que nunca, y sus investigaciones son más eficaces que las judiciales o policiales en términos de corrupción”, por ejemplo, concluye.
Por Carmen Sigüenza.