Bruselas, D. C. (distrito catalán) en el 1-O

Bruselas D.C. Distrito catalán, al menos este 1-O.

Este martes era el segundo día de los hearings en el Parlamento Europeo. Es decir, de los exámenes a los comisarios designados para el futuro Ejecutivo comunitario. Habían pasado 24 horas desde que la Eurocámara tumbó a los candidatos de Hungría y Rumanía. En tres semanas se votará en Estrasburgo la nueva Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen. Pero aún no se sabe cómo quedará su equipo ni si persistirá con la Protección del estilo de vida europeo vinculado a la seguridad y la migración.

Quedan 30 días para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, y a dos semanas de la cumbre de líderes europeos en Bruselas sigue sin haber acuerdo de retirada. Es decir, el abismo está a escasos centímetros de 500 millones de europeos.

Pero es 1 de octubre. Es el segundo aniversario del 1-O. La sentencia del procés está al caer, seguida previsiblemente de una tercera euroorden para los líderes independentistas en Bélgica. Y España está en campaña electoral. También en Bruselas.

“Si el PP saca un escaño más que el PSOE, gobernará España”, decía Dolors Montserrat, jefa de la delegación del PP en la Eurocámara este martes por la mañana, pero el 20D Mariano Rajoy sacó muchos más escaños de diferencia a Pedro Sánchez y no sólo no logró gobernar, sino que se negó a aceptar el encargo del rey para siquiera intentarlo y hubo repetición electoral el 26J. Y fue necesario un golpe de mano en el PSOE para que su abstención hiciera presidente a Rajoy en otoño de 2016.

“Hemos demostrado que somos capaces de llegar a acuerdos en comunidades y ayuntamientos”, contestaba Montserrat. Y, en efecto, el PP con Ciudadanos y Vox se ha hecho con alcaldías y comunidades: “Por eso hemos ofrecido a Ciudadanos hacer un España Suma, pero lo han rechazado, así que seremos nosotros quienes convoquemos a los españoles para sumar”.

De la misma manera, Montserrat ha convocado al PSC a sumarse a la moción de censura en Catalunya, que no tiene los números para desalojar a Quim Torra: “Pero sería una victoria simbólica”, ha dicho .

“Exigimos a Pedro Sánchez que haga cumplir la ley en Catalunya, rompa sus pactos con el independentismo y apoye la moción de censura contra Torra”, decía Montserrat, a pesar de que las elecciones del 28 de abril pasado se celebraron, precisamente, porque el independentismo no apoyó los presupuestos del Gobierno.

Montserrat fue la primera, a la hora del desayuno, en el Parlamento Europeo. Después, a la hora del aperitivo en España –del almuerzo en Bruselas–, al mediodía y bajo un diluvio, se concentraban en la plaza de Luxemburgo, frente a la Eurocámara, Carles Puigdemont, Toni Comín, Meritxel Serret, Lluís Puig, Clara Ponsatí, Izaskun Bilbao (PNV), Pernando Barrena (EH Bildu), Matt Carthy (Sinn Fein) y Mark Demesmaeker (N-VA), entre otros.

Allí, Puigdemont ha defendido “el derecho de los millones de ciudadanos y votantes a que sus representantes [Puigdemont, Comín y Junqueras] ocupen sus escaños. Es un día importante que nos recuerda el referéndum de hace dos años cuando más de dos millones de ciudadanos de Catalunya votaron independencia, y nos dijeron que no valía. Hoy estamos aquí para recordar que nos dicen que tampoco valen las elecciones en las que otros dos millones de personas se están quedando sin representación”.

Y al acabar la concentración de Puigdemont, ha salido el eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas a la puerta del edificio Altiero Spinelli del Parlamento Europeo para replicar al ex president: “Mientras Puigdemont se mojaba [bajo la lluvia], los demócratas estamos protegidos en este edificio. Hace dos años intentaron doblar la democracia española con un referéndum ilegal. Que Puigdemont esté en la puerta del Parlamento Europeo, y no en prisión, es un problema europeo”.

“Las acciones de Puigdemont buscaban doblar la democracia, y no puede estar libre por nuestras calles ni venir a la puerta de la democracia europea a mancillar la democracia española”, ha proseguido Cañas: “Vamos a enviar una carta a los eurodiputados sobre los CDR, porque debe ser conocido en Europa que el presidente de Catalunya jalea a presuntos terroristas”.

Puigdemont contestó, en una rueda de prensa por la tarde, a la hora de la merienda en España (casi precena en Bruselas) convocada para anunciar una asamblea de electos tras la sentencia del procés: “Forma parte de esta construcción de una narrativa vinculando independentismo y violencia para intentar conseguir lo que no han conseguido las euroordenes. La violencia nunca ha sido una vía para nosotros. Ya lo dije en verano del año pasado cuando gente con cuchillos se paseaba arrancando lazos amarillos. Llamé a no responder en forma violenta. Sólo hay una vía, la mejor respuesta es la que más incomode, y al Estado le incomodan los votos en urnas, que ratifiquen el 1 de octubre”.

En efecto, cuando ya anochecía en Bruselas D.C., Puigdemont anunciaba el siguiente paso del independentismo para mantener viva la llama del 1-O, emulando una idea de Francesc Cambó de 1917. “Catalunya, en un momento de la historia de España que puede ser épico y puede ser trágico, siente toda la grandeza y toda la generosidad de la misión salvadora de España”, dijo Cambó, y convocó una Asamblea de Parlamentarios que se reunía el 19 de julio de 1917 con 68 diputados –46 de ellos catalanes– de diversos partidos –radical, regionalista, republicano, socialista–.

Ahora Puigdemont Puigdemont llama “a unos Estados Generales de la sociedad, que den legitimidad al voto de la gente, y que a la luz del nuevo contexto tome las decisiones que afecten a las instituciones y políticos. Es un llamamiento a fuerzas democráticas que quieren que se resuelva de forma democrática. La autodeterminación no implica sólo la independencia”.