El presunto conseguidor de la red Púnica, Alejandro de Pedro Llorca, imputado por siete delitos por facturar a distintas instituciones públicas la propaganda en Internet que realizaba para políticos del PP, dirigía la expansión de su red a través de sus contactos para facturar a más administraciones e importantes empresas del Ibex-35 cuando fue detenido en octubre de 2014.
Así lo evidencia el extracto de sus conversaciones telefónicas, emails y sms incluidos en este sumario que acumula medio centenar de imputados y que indaga sobre un fraude de más de 200 millones de euros en instituciones de distinto color político.
Lo que vendía De Pedro –imputado por los delitos de organización criminal, tráfico de influencias, malversación, cohecho, falsificación documental, utilización de información confidencial y fraude– a través de sus empresas Eico y Madiva eran campañas para contrarrestar informaciones negativas en la Red a través de falsos medios de comunicación que luego se amplificaban con perfiles de Twitter.
En la Comunidad de Madrid, durante los mandatos de Esperanza Aguirre e Ignacio González, estuvieron sus principales clientes institucionales que contrataron incluso campañas contra la Marea Verde de profesores. Los exconsejeros Salvador Victoria y Lucía Figar tuvieron que dimitir cuando fueron imputados por este escándalo.
La Diputación de León, que presidía la fallecida Isabel Carrasco, también había pagado a la trama. Igual que media docena de ayuntamientos madrileños con alcaldes del PP.
El exconsejero de Educación de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, hoy presidente de la región, recurrió a De Pedro cuando se encontraba en plena carrera para convertirse en candidato del PP con la intención de paliar las consecuencias mediáticas de su previsible imputación en el caso Auditorio.
De Pedro cerró el acuerdo con Sánchez en varias reuniones que mantuvo con él, según figura en los informes de los investigadores, pero los contratos no llegaron a adjudicarse porque lo impidió el arresto del cabecilla de la red por la Guardia Civil. Pero en la causa existen indicios abundantes sobre los planes para cargar al Gobierno murciano la campaña en internet a favor de Pedro Antonio Sánchez.
Fuentes próximas a la investigación aseguran que está al caer el escrito del juez Eloy Velasco con la exposición razonada para que el presidente murciano sea investigado por el Tribunal Superior de aquella comunidad.
En el momento en que fue arrestado, el supuesto experto en Internet trataba de ganarse la confianza de la presidenta de Castilla la Mancha, María Dolores de Cospedal, para empezar a trabajar en esa comunidad. Como sistema de acercamiento, De Pedro remitió un informe por correo electrónico a Cospedal alertándole de “los problemas” que “la bicefalia” en el PP estaba generando en Murcia.
Esa comunicación, que se produjo a finales de septiembre de 2012, no deja lugar a dudas sobre sus intenciones: “Querida amiga, desde la última vez que nos vimos la empresa mía ha crecido [...] a tu disposición para trabajar [...]. Si necesitas más información aquí me tienes para las próximas elecciones”. Paralelamente, sus contactos buscaban también nuevas vías de negocio en el Ayuntamiento de Ciudad Real y de Tarancón, ambos en manos del PP.
Cita con los Aznar concertada por Zaplana
La hiperactividad de De Pedro le llevó al mismo chalé de los Aznar-Botella en la exclusiva urbanización de Guadalmina, en Málaga. Era el verano de 2013 y Ana Botella era la alcaldesa de Madrid. De los mensajes incorporados al sumario de la Púnica se deduce que el conseguidor visitó la residencia veraniega en la mañana del 26 de agosto de 2013 con la mediación de Eduardo Zaplana, al que había conocido porque José Antonio Alonso Conesa, socio de De Pedro y exalcalde socialista de Cartagena, tiene un hermano que trabajaba con el antiguo ministro de Aznar en Telefónica.
“Una cosita, tengo que ir esta semana a Estepona, Zaplana me ha puesto una reunión en casa de Aznar jueves o viernes no lo tengo aún cerrado…”, le escribe el 20 de agosto De Pedro a Francisco Granados. El mismo día 26 de agosto, a las 12.00 de la mañana, el mensaje del conseguidor va dirigido al director general de Societe Generale, Donato González: “Acabo de estar con Aznar”.
En mensajes anteriores, Zaplana le da la dirección del chalé de los Aznar-Botella. Consultado por eldiario.es, el exministro de Trabajo afirma que él “jamás” estuvo en esa reunión, que no recuerda haber mediado para que se produjera y que tampoco tiene constancia de que se llegara a celebrar. De Pedro quería ofrecer a Ana Botella sus trabajos reputacionales en Internet.
La Guardia Civil mencionó en un informe la posibilidad de que la reunión se hubiera llegado a realizar de acuerdo a las afirmaciones de De Pedro. “He cerrado con Aznar, ya te contaré”, le dice De Pedro a otro interlocutor el 7 de septiembre. Sin embargo, la investigación no ha dado ningún resultado en ese sentido. Fuentes del equipo de Botella en el Ayuntamiento de Madrid reconocen que el conseguidor ofreció sus servicios, pero niegan tajantemente que Botella llegara a contratar a Alejandro de Pedro.
El PSOE tampoco escapaba del radar de Alejandro de Pedro. “Creo que podremos hacer algo con el PSOE, pero hay que ser prudentes”, cuenta a un colaborador. En otra conversación, días antes de verse con Aznar, De Pedro afirma sobre su socio y exalcalde de Cartagena José Antonio Alonso: “Quedamos con él en septiembre, es muy amigo mío y es la entrada a la parte del PSOE que quieras, además es híper-buena persona”. La afirmación se produce el 30 de julio de 2013 en una conversación con Donato González, otro de sus colaboradores.
Sus clientes del Ibex
La institucional fue solo la primera de las vías de negocio de la factoría De Pedro. Pero sus sociedades, Eico y Madiva, también se hicieron un hueco entre la selecta clientela del Ibex-35. El hombre que según la Guardia Civil, la Fiscalía Anticorrupción y el juez del caso, Eloy Velasco, actuaba como conseguidor de la trama, llegó a firmar acuerdos con Telefónica, Mediaset y Bankia.
En el momento de su arresto intentaba extender su negocio a otras grandes del Ibex como la constructora Sacyr, entonces también en el Ibex, a la que ofertó planes de comunicación por 1.500, 3.000 y 6.000 euros mensuales. Según el registro de conversaciones incorporado a la causa, De Pedro cuenta a una colaboradora llamada Sara el 2 de octubre de 2014, unas semanas antes de su detención, que la constructora tenía interés en “hacer ruido con el aeropuerto en la región de Murcia” pero también en usar las campañas de la Púnica para cualquier otra crisis que se pudiera generar.
Por las mismas fechas, las empresas de De Pedro trataban de captar como cliente al grupo Isolux seduciendo con entradas para el fútbol a su equipo de comunicación.