La diputada de Podemos Carolina Bescansa ha protagonizado la imagen de la sesión de constitución del Congreso de los Diputados al acudir a su escaño acompaña de su hijo menor, un bebé todavía lactante. Y este es precisamente el motivo que la número tres del partido que lidera Pablo Iglesias ha esgrimido: la sesión iba a ser muy larga y el niño necesita estar con su madre. Ante un grupo de periodistas, Bescansa se ha mostrado partidaria de una “crianza con apego”. Y ha criticado a quienes este miércoles han puesto el grito en el cielo por su gesto mientras ignoraban la que, para ella, era la noticia: la constatación del pacto entre PSOE, PP y Ciudadanos.
“Defiendo que las madres puedan criar a sus hijos como quieran”, ha asegurado Bescansa tajante. La secretaria de Análisis y Programa de Podemos ha explicado que la baja de maternidad concluyó el pasado 8 de enero y que no ha conseguido que el bebé “enganche” el biberón. Por eso, explica, no le ha dejado en la guardería pública en la que tiene plaza en el municipio donde reside “y por la que tengo que pagar 340 euros”. Y por eso, continúa, tampoco le ha dejado en la guardería que tiene el Congreso: en una sesión tan larga y tan nominal como la de constitución de la Cámara baja tendría que haberse ausentado para darle el pecho.
Bescansa se ha mostrado muy sorprendida con que ella haya sido la primera mujer en protagonizar una imagen como la de hoy. En realidad, no lo ha sido. Ya en anteriores legislaturas otras diputadas han llevado al Pleno a sus bebés ante la imposibilidad de separarse de ellos.
Para la número tres de Podemos, el revuelo formado este miércoles es “muy sintomático” y oculta la noticia que para ella es más importante: “El PSOE ha entregado la mayoría de la Mesa del Congreso a PP y Ciudadanos a cambio de un sillón”. Bescansa se ha referido así al pacto triangular que ha propiciado que el socialista Patxi López haya sido elegido hoy presidente del Congreso y a los cinco puestos, de nueve, que se han repartido en la Mesa del Congreso PP y Ciudadanos.
De esta manera, los partidos de Mariano Rajoy y Albert Rivera se aseguran controlar las decisiones sobre los grupos parlamentarios, el primer gran problema al que se enfrenta Podemos en su andadura en el Congreso ya que era uno de los acuerdos que había sellado con las confluencias catalana, gallega y valenciana.