Con la excepción de Cayetana Álvarez de Toledo, Esperanza Aguirre y una parte del sector aznarista colocado por Pablo Casado en puestos de responsabilidad del Partido Popular tras su triunfo en las primarias de 2018, la gran mayoría de los dirigentes populares acogieron el pasado octubre con satisfacción el intento por abrazar la moderación que supuso que su máximo líder escenificara su ruptura con Vox durante el debate de la fallida moción de censura que presentó la extrema derecha contra Pedro Sánchez. Aunque, en la práctica, Casado ha mantenido en los últimos meses la bronca contra el Gobierno, al que acusa de ilegítimo y dictatorial sin escatimar en gruesas palabras y descalificaciones, barones y distintos cargos orgánicos consultados por este diario celebran ese intento por diferenciarse de la extrema derecha.
Todo ello a pesar de que el PP mantiene intactos los acuerdos con Vox, que le permiten gobernar en comunidades y ayuntamientos. Además, los populares siguen coincidiendo con el partido de Santiago Abascal en los mensajes contra el Ejecutivo por su gestión de la pandemia, sobre la lucha contra la inmigración, o en debates morales como el del aborto o la eutanasia. El pasado jueves, de hecho, PP y Vox –además de UPN– fueron los únicos partidos que votaron en contra de la nueva ley que regula por primera vez la muerte digna en España.
Pese a la buena acogida que tuvo internamente ese intento por girar al centro, distintas fuentes del partido explican en privado que la dirección de Casado considera que debe excluir del viraje a la moderación a Nuevas Generaciones, la organización juvenil del PP. Los dirigentes consultados aseguran que Génova 13 ha constatado que sus militantes más jóvenes sienten cierta simpatía por Vox y por sus mensajes, en muchos casos más a la derecha que los de los populares, y por sus formas de transmitirlos, a través de las redes sociales –el nido de nuevos votantes–, donde admiten que el partido de Abascal se mueve mejor que el PP.
En ese contexto enmarcan las fuentes consultadas la apuesta de Casado por colocar al frente de Nuevas Generaciones a Bea Fanjul, una joven diputada por Bizkaia –la única que logró el PP en Euskadi en las generales del 10N– al que se sitúa en el sector más derechista del partido y que, precisamente, suele lograr cierto protagonismo por sus polémicos mensajes en las redes sociales. Tras la renuncia del actual vicesecretario de Relaciones Internacionales de la organización juvenil del PP, Carlo Angrisano, que a principios de mes decidió retirar la candidatura por la apuesta clara de Génova 13 por Fanjul, ella será la única candidata a liderar Nuevas Generaciones durante el congreso que tendrá lugar los días 23 y 24 de enero, en Barcelona.
Sustituye a Diego Gago, de un perfil más moderado
La parlamentaria vasca sustituirá así a Diego Gago, presidente de Nuevas Generaciones desde 2017 que por edad –este año cumplió los 33, cuando el máximo para entrar a militar en la organización está en 30– no puede repetir mandato. Gago, elegido líder de las juventudes del PP cuando el partido lo presidía Mariano Rajoy, está considerado de un perfil más moderado que el de Fanjul.
El también diputado por Pontevedra es un dirigente cercano al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el único barón popular que puede presumir de haber logrado cuatro mayorías absolutas y al que se identifica como un dirigente más centrista que el propio Casado, principalmente por su constante intento por diferenciar al PP de Vox cuando el líder nacional contemporizaba con la extrema derecha, y por sus campañas personalistas dirigidas a buscar la transversalidad del voto en Galicia.
Fanjul, en cambio, es una diputada que gusta al sector duro de los populares. La exportavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, que después de que Casado le cesara del cargo, el pasado agosto, ha tratado de hacer oposición interna al líder del PP a través de su canal de Youtube, ha mostrado su simpatía por la diputada por Bizkaia en distintos foros. Su entorno incluso la propuso como candidata a la lehendakaritza y para liderar a los populares vascos en febrero, cuando Casado fulminó a Alfonso Alonso, del sector moderado, e impuso finalmente a Carlos Iturgaiz, cuya candidatura, en alianza con Ciudadanos, hundió al PP en las elecciones vascas de julio –pasó de los 9 escaños logrados por Alonso en 2016 cuando el PP se presentó en solitario, a seis–.
La parlamentaria por Bizkaia, nacida en 1991, se adapta a la perfección al discurso de Casado de tratar de vincular al Gobierno con ETA por el apoyo de EH Bildu a los Presupuestos, y comparte con Álvarez de Toledo su rechazo al consentimiento sexual que se promueve desde el Gobierno bajo la premisa de que “solo sí es sí” a la hora de aceptar mantener relaciones. “No sé si tendremos que ir al notario cada vez que vayamos a mantener relaciones”, ironizaba ella a principios de mes, en una entrevista en El Español junto a la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, de Ciudadanos. “Tendríamos que salir de casa con papel y bolígrafo”, añadió.
Considera “injusto” llamar xenófobo a Vox
En esa misma conversación, Fanjul aseguró no entender el “afán” de la ministra de Igualdad “por castigar a los hombres”. “Yo defiendo la igualdad entre personas. ¿Ellas? No lo creo”, concluyó. En otra entrevista, en Intereconomía, aseguró que “el PNV se ha nutrido del virus de ETA y avala el terrorismo” y, en otra, concedida a elDiario.es hace un año, consideró “injusto y oportunista” tachar a Vox de xenófobo o racista, sostuvo que apuesta “por la vida” cuando se le preguntó por el aborto y tachó también de “oportunista” plantear la regulación de la eutanasia. El jueves, tras la aprobación en el Congreso de la primera ley que regula la muerte digna, Fanjul hizo alusión a un tuit de una diputada socialista que celebraba la nueva normativa y sentenció: “El PSOE ve como único avance la muerte”.
En su activo perfil de Twitter, Fanjul se ha caracterizado por publicar cada día un mismo tuit contabilizando las jornadas que han transcurrido desde la desaparición de los dos hombres sepultados en el vertedero de Zaldibar (Bizkaia) tras el accidente ocurrido en febrero. También compartió un montaje que une los logotipos de PSOE y EH Bildu bajo el eslogan “el partido allegado” e ironizó sobre la relación entre los socialistas y la formación independentista: “Ábalos y Otegi. Allegados”, escribió hace dos semanas.